Nace el pianista canadiense Glenn Gould

29 de marzo de 2013

Un día como hoy, el mítico pianista canadiense hubiera cumplido 75 años de edad.
Para los amantes del piano, la irrupción de Glenn Gould en la vida musical a mediados de la década del cincuenta constituyó una revelación sorprendente, ya que el pianista canadiense, con menos de veinticinco años, llegó a las salas de concierto y al mundo de las grabaciones discográficas con un repertorio esencialmente integrado por obras de Juan Sebastián Bach. Y para explicar ese sombro, recuérdese que casi todos los pianistas comienzan su carrera interpretando obras menos exigentes desde un punto de vista estilístico, y llegan a Bach, si acaso, después de un largo proceso de estudio y maduración. Glenn Gould no sólo lo hizo al revés, o sea que comenzó con Bach, sino que se mantuvo toda su vida con un repertorio muy especializado que incluía, además del maestro alemán, a Mozart, Haydn, Beethoven, Brahms y otros compositores, hasta llegar a los contemporáneos Hindemith, Schönberg y Alban Berg.
De ahí que pueda afirmarse, sin lugar a dudas, que Gould no fue de esos pianistas que toca mucho y de todo, sino un artista que interpretó sólo lo que le interesaba, y lo hizo con una profundidad excepcional. Esas características le ganaron, a pesar de su limitado repertorio y de su vida relativamente corta, una posición muy relevante en la historia de la interpretación pianística del siglo veinte.
Pero, además de la innegable maestría de Glenn Gould como intérprete, el músico canadiense fue un hombre de una personalidad excéntrica y neurótica con la que fue tejiéndose toda una leyenda alrededor de su conducta, la cual rindió muy buenos dividendos a la prensa sensacionalista y también a los editores de sus discos. Sin embargo, detrás de ese torrente de anécdotas, veraces o exageradas, estaba el artista cuya norma fue trabajar y vivir sólo para la música.
Glenn Gould murió en Toronto, en 1984, a los cincuenta años de una vida que se había iniciado en esa misma ciudad, hace 75 años, UN DIA COMO HOY.