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Nace el insigne violinista cubano, José White

29 de marzo de 2013

Entre las efemérides musicales correspondientes al primero de enero, se destaca la que se refiere al aniversario 172 del nacimiento del notable violinista cubano, José White.
Considerado junto a Claudio José Domingo Brindis de Salas como una de las dos figuras cimeras de la interpretación violinística en Cuba durante el siglo XIX, José White nació en Matanzas de padre francés, mientras que su madre fue una negra liberta, privada de ofrecer a su hijo el legado de un apellido.
El niño comenzó los estudios de violín a la muy temprana edad de cinco años, y ya a los quince no sólo tocaba ese instrumento con gran destreza, sino que comenzó a componer sus primeras obras. Antes de cumplir los diecinueve, el joven White podía tocar sin dificultad, nada menos que dieciséis instrumentos, entre los que se encontraban la viola, el violoncello, el contrabajo, el piano, la guitarra, la flauta, el clarinete, la trompa y el clavicordio.
El 21 de marzo de 1854, aún sin haber cumplido los diecinueve años de edad, José White tocó en Matanzas junto a Louis Moreau Gottschalk, compositor y pianista norteamericano que visitó nuestro país en varias oportunidades, y al que el propio Chopin declaró como el mejor intérprete de su Concierto en mi menor.

Y fue ese extraordinario éxito, alcanzado por el joven violinista junto a un artista de la fama de Gottschalk, lo que motivó que su padre lo enviara a París un año más tarde.
En la capital francesa, el cubano ingresó en el Conservatorio en la clase de Delphin Alard, el ilustre jefe de la escuela violinística francesa de la segunda mitad del siglo XIX.
En julio de 1856, a sólo un año de su llegada a París, White obtiene el Primer Premio del Conservatorio al hacer su examen de graduación. Y sobre ese acontecimiento, la Gaceta Musical del 3 de agosto de ese año, comenta cómo los miembros del jurado, que ya habían escuchado 19 veces el mismo Concierto de Viotti, se encontraban hastiados de las pobres interpretaciones que habían evaluado hasta ese momento, pero al aparecer José White creyeron estar ante un experimentado ejecutante para quien el instrumento, la obra y el estilo no tenían secretos. De modo que los profesores comenzaron a escucharlo con tanto placer como admiración y, apenas White terminó de tocar, fue proclamado vencedor por unanimidad de votos del Jurado. Y el periodista concluye así su reseña de aquél memorable acontecimiento: “Míster White tiene poco más de diecisiete años, y desde hace apenas uno ingresó en el Conservatorio, en la clase de Alard.
Pero, ¿dónde tomó sus primeras lecciones?. ¿Cómo este hijo de la virgen América se ha hecho el émulo de los más grandes violinistas conocidos en Europa?. He aquí, concluye el crítico de La Gaceta Musical, lo que ignoramos y lo que desearíamos saber por honor de la Escuela americana, de la que es una soberbia muestra el eminente José White. Así, desde ese momento, comenzó para el violinista cubano una brillante carrera de concertista que lo llevó a los principales centros musicales del mundo. Y a la muerte de Alard, White ocupó la cátedra de violín en el Conservatorio de París, y tuvo entre sus alumnos, nada menos, que a George Enescu y a Jacques Thibaud. El primero, como se sabe, el más grande músico que ha dado Rumania hasta el presente; y el segundo, o sea, Jacques Thibaud, es el extraordinario violinista francés cuyo nombre lleva uno de los más prestigiosos Concursos internacionales dedicados a ese instrumento.
En 1875, White se encontraba en Cuba, a donde venía frecuentemente para visitar a su madre, y en esa ocasión fue perseguido por sus actividades revolucionarias independentistas, y obligado a expatriarse junto al también muy notable pianista y compositor Ignacio Cervantes. A partir de ese momento, ambos se dedicaron a ofrecer conciertos cuya recaudación iba a engrosar los fondos de la causa por la liberación de Cuba. También de ese año 1875 son las maravillosas crónicas que José Martí le dedicara al músico, y que se encuentran, sin dudas, entre lo más bello y sublime escrito por el Maestro.
José White nació en Matanzas, hace 172 años, UN DIA COMO HOY.