Muere muy notable compositor y pianista cubano,
29 de marzo de 2013
Nacido en La Habana, el 31 de julio de 1847, Ignacio Cervantes Kawanagh adquirió sus primeros conocimientos de solfeo, teoría de la música y piano, con su propio padre. Más tarde, en 1850, pasó a estudiar con el notable compositor y pianista habanero Nicolás Ruiz Espadero, quien se preocupó porque su discípulo dominara perfectamente la técnica pianística con los insustituibles Estudios y ejercicios de los principales maestros de esa disciplina, como Juan Bautista Cramer, Ignaz Moscheles, Muzio Clementi y Carl Czerny. Ya habría tiempo, según Espadero, para adentrarse en la interpretación de Bach, Mozart y los primeros románticos como Schumann, Liszt y Chopin.
Y ya en 1865 ingresó en el Conservatorio de París, donde estudió con Marmontel y Alkán. Allí obtuvo varios triunfos académicos, y en 1868 aspiró al Premio de Roma, pero no fue admitido por su condición de extranjero. Sin embargo, el músico cubano gozó de la estimación de colegas tan ilustres como Rossini, Liszt y Paderewski.
En 1870, después de una breve estancia en Madrid, Cervantes regresó a Cuba, donde permaneció hasta 1875, año en que fue expulsado de la Isla por el Capitán General, a causa de sus ideas contrarias al colonialismo español.
Terminada la Guerra de los Diez Años, Cervantes volvió a la patria pero, al estallar nuevamente la contienda de 1895, partió otra vez al extranjero para regresar definitivamente en 1900 cuando había terminado la dominación española.
Y aquí es bueno recordar también que desde mediados del siglo XIX, todos los elementos de la cultura cubana apuntaban ya hacia la definición de una entidad nacional independiente: se iban gestando en todos los órdenes de la creación intelectual y artística de nuestra Isla, las expresiones de una verdadera nacionalidad cubana. Y en la música ese proceso cristalizó en dos figuras fundamentales: Manuel Saumell e Ignacio Cervantes.
Al morir, Cervantes dejó, además de sus magníficas Danzas para piano, impregnadas de un fuerte criollismo, varias zarzuelas, una ópera, una Sinfonía y algunas otras obras en las que demuestra su notable dominio de la creación orquestal.
Ignacio Cervantes, que fue un músico de sólida formación y un excelente pianista, murió en la capital cubana, a los 58 años de edad, en 1905, UN DIA COMO HOY.