Muere el compositor francés Maurice Ravel
29 de marzo de 2013
En verdad, Ravel es una de esas figuras gigantes de la historia musical que no necesitan mucha presentación para los aficionados a ese arte. Ya desde sus primeras obras, creadas cuando era aún estudiante del Conservatorio de París, Ravel fue conformando un catálogo que resulta hoy indispensable en el repertorio orquestal, vocal y pianístico. Títulos como Dafnis y Cloe, La Valse, Bolero, Gaspar de la nuit, los Conciertos para piano y orquesta, la Rapsodia española y tantas otras, nos han quedado como ejemplos imperecederos de una de las más altas cumbres del arte musical en esa difícil y transicional época que a Ravel le tocó vivir, y en la cual el compositor francés habló con un lenguaje tan firme como orgánico en sus fundamentos y evolución. Y todo ello volcado en un color y una atmósfera para los que no parecieron existir limitaciones tímbricas.
Al compositor francés le apasionó lo exótico y oriental, como a muchos de sus antecesores románticos. Y eso quedó reflejado en el ciclo titulado “Scheherezade”, en las “Canciones populares” y en “Tzigane”. Le atrajo España en la Rapsodia española, en el Bolero y en “La hora española”, ya que recibió de su madre sangre vasca. Demostró interés por el estilo, las danzas y los compositores de los siglos XVII y XVIII en la “Pavana para una infanta difunta”, el Minuet antiguo y “Le tombeau de Couperin”. Abordó el imaginativo y fantástico mundo de las narraciones infantiles en “Mi madre la oca” y “El niño y los sortilegios”. Y se integró a su contexto literario acudiendo a los poetas contemporáneos como Mallarme y Verlaine. Tampoco faltó en su extenso catálogo la apelación a la sensual vitalidad mediterránea pues, entre otras cosas, eso es Dafnis y Cloe.
Maurice Ravel, quien durante toda su vida había sido un hombre callado, solitario, reservado e íntimo, terminó sus días en las tinieblas de la demencia a causa de un tumor cerebral.
Su muerte le sobrevino en París, a los sesenta y dos años de edad, en 1937, UN DIA COMO HOY.