Muere el compositor francés Jean Baptiste Lully
29 de marzo de 2013
Nacido en Florencia, Italia, en 1632, Lully era hijo de un humilde molinero y, desde muy niño, manifestó su talento musical. A los once años se desempeñaba en París como paje de música y ayuda de cámara de una dama de la nobleza, y poco tiempo después, Lully tocaba perfectamente el violín y daba muestras de su enorme talento para la danza, la composición y la actuación.
En 1652, con sólo veinte años de edad, Lully ingresó como violinista en la Casa Real para formar parte de los famosos “veinticuatro violines del rey”. Un año más tarde, su habilidad y destreza le granjearon la simpatía del monarca, quien lo nombró compositor de música de danza y puso bajo su dirección un conjunto adicional de instrumentos de cuerdas para la interpretación de ballets de corte, en los que el mismo rey acostumbraba a danzar.
Desde su posición de favorito del rey Luis XIV, Lully alcanzó varias y muy lucrativas posiciones en la alta jerarquía de la corte francesa, entre las que se destaca el cargo de “superintendente de música real”, así como su nombramiento como profesor-jefe de la Escuela de la corte.
Su asociación con Moliere y la gran amistad que unió a ambos artistas fue un acontecimiento relevante en la vida de Lully, pues lo condujo a la creación de la música para varias piezas del gran teatrista que se representaban con mucho éxito en el palacio real.
La posición de Lully en la historia de la música quedó firmemente establecida por las numerosas innovaciones que introdujo en la ópera francesa, las cuales permanecieron inconmovibles hasta el advenimiento de Gluck, un siglo más tarde.
Lully estableció también la forma de la Obertura francesa, y los fragmentos instrumentales de sus ballets y de sus óperas ejercieron una gran influencia en la música sinfónica escrita después de su muerte por numerosos compositores de toda Europa y, sobre todo, de Alemania.
En 1681, Lully fue nombrado secretario y consejero del rey Luis XIV, lo que trajo aparejado un título nobiliario y una inmensa fortuna. Seis años después, el músico se encontraba dirigiendo un Te Deum en una iglesia de París, y con el largo bastón que le servía de batuta se produjo una profunda herida en un pie. A los pocos días sobrevino la gangrena y Lully murió repentinamente cuando aún no había cumplido los 55 años de edad.
Eso ocurrió en París, hace 321 años, UN DIA COMO HOY.