La tuberculosis apaga la vida ejemplar de Rubén Martínez Villena, cuando el joven líder revolucionario está en la plenitud de su madurez intelectual y política
29 de marzo de 2013
La tuberculosis apaga la vida ejemplar de Rubén Martínez Villena, cuando el joven líder revolucionario está en la plenitud de su madurez intelectual y política.
Rubén Martínez Villena nace en el poblado habanero de Alquízar. Estudia la carrera de Derecho en la Universidad de La Habana y, apenas un año después de graduarse, participa en la llamada Protesta de los Trece, calificada por Raúl Roa como “” la primera actitud colectiva, riesgosa y responsable de los intelectuales en la República mediatizada. “”
Posteriormente, Villena funda la Falange de Acción Cubana, organización que pretende adecentar la vida nacional; y poco después, desde el Movimiento de Veteranos y Patriotas, asume una posición radical contra el intervencionismo norteamericano. Es ya en esta época el dirigente que predica la necesidad de la lucha insurreccional.
Durante su corta pero fecunda existencia, Rubén Martínez Villena entabla una profunda amistad con Julio Antonio Mella e integra las filas del Partido Comunista, de cuyo Comité Central llegaría a formar parte.
Labora como profesor de la Universidad Popular José Martí y se desempeña como Consejero Legal de la Confederación Nacional Obrera de Cuba. Como líder del movimiento obrero cubano, Rubén encabeza la huelga general que culmina con la caída del dictador Gerardo Machado.
La intensa labor literaria de Rubén Martínez Villena abarca una vasta obra que incluye: LA PUPILA INSOMNE, MENSAJE LIRICO CIVIL, CANCIÓN DEL SAINETE POSTUMO, MEDALLA DEL SONETO CLÁSICO y numerosos trabajos publicados en periódicos y revistas de la época.
La vida política y literaria de Villena constituye fuente permanente de estudio e inspiración para la juventud y la sociedad cubana en general. Porque, como expresara Pablo de la Torriente Brau, Rubén “” era de los hombres que se transmiten, que legan, generosos, lo mejor de sí a millares de hombres, de los que realizan con ello el verdadero milagro de los inmortales. “”