Estreno mundial del Trío en Mi bemol Mayor, Op. 100
29 de marzo de 2013
Un importante sector de la creación schubertiana está integrado por su música de cámara y, al igual que en sus canciones, Schubert llevó a ese género toda la emotividad sentimental que caracterizó su espíritu romántico. Los tríos, cuartetos y quintetos del compositor vienés presentan una indescriptible nobleza melódica, una armonía fuertemente expresiva y una impresionante belleza lírica.
A veces, el discurso musical de esas obras se hace algo sombrío y angustioso, reflejando, quizás, aquellos rincones donde el compositor guardaba sus sentimientos más amargos: esos que siempre supo ocultar con pudor y estoicismo, incluso ante sus amigos más cercanos.
Y una de las obras más importantes de la producción de cámara de Schubert es el Trío No. 2 en Mi bemol Mayor, para violín, cello y piano.
La obra fue escrita en 1827, es decir, un año antes de la muerte del compositor, y mucho tiempo después otro gran romántico, el alemán Robert Schumann, escribió sobre esa obra lo siguiente: “Hace alrededor de diez años, un Trío de Schubert pasó a lo largo de la vida musical diaria como un furioso portento en el cielo”.
La obra consta de cuatro movimientos y su estructura externa se ajusta a los patrones convencionales del género. En cambio, su expresión, como también señalara Schumann, muestra una amplia gama de emociones y sentimientos: desde la más profunda indignación y angustia espiritual, hasta los momentos del más tierno y delicado lirismo.
El Trío No. 2 en Mi bemol Mayor, que ocupa el número 100 en el catálogo general de Franz Schubert, se estrenó en Viena, hace 183 años UN DIA COMO HOY.