Estreno mundial del Concierto No. 1, para piano y orquesta, de Chaikovsky
29 de marzo de 2013
Como se sabe, el Concierto No.1en si bemol menor, para piano y orquesta, de Chaikovsky, es una de las obras más famosas y populares de todo el repertorio de la música sinfónica, al extremo de que resulta difícil que transcurra un día en este mundo sin que ese Concierto se esté tocando en alguna sala o teatro, o simplemente se transmita por los medios masivos de difusión de algún lugar del planeta.
Por eso cuesta tanto trabajo imaginar que esa partitura se abriera paso con tantos contratiempos, y que su autor sufriera amargos sinsabores a causa de la incomprensión inicial hacia su obra.
Y es que cuando Chaikovsky concluyó su Concierto, en la Navidad de 1874, de inmediato le mostró el manuscrito a su amigo, el famoso pianista ruso Nicolás Rubinstein, a quien proyectaba dedicárselo. Rubinstein rechazó la obra por considerarla “inejecutable y necesitada de retoques”. Pero Chaikovsky, con una enorme confianza en su Concierto, dijo a Rubinstein que no cambiaría una sola nota de la partitura y acudió entonces al excelente pianista alemán Hans von Bülow, cuya reacción ante el Concierto de Chaikovsky fue muy diferente a la de Rubinstein.
Bülow se impresionó positivamente con la obra y pidió a Chaikovsky la partitura para llevarla consigo en una gira que emprendería por los Estados Unidos.
El Concierto No.1, para piano y orquesta, de Chaikovsky es una obra de excelentes valores temáticos, sonoros y constructivos. La escritura pianística es muy brillante y
virtuosa, y algunos de sus pasajes presentan, como bien señalara Rubinstein, problemas técnicos de gran audacia y novedad para su época.
Y esta obra, cuyo vigoroso tema inicial ha pasado a convertirse en una de las melodías más conocidas de toda la historia musical, fue estrenada por Bülow en la mencionada gira por los Estados Unidos. Eso ocurrió en Boston, hace 132 años, UN DIA COMO HOY.