Estreno mundial del ballet
29 de marzo de 2013
Después de Chaikovskhy, el continuador de la tradición romántica en el ballet ruso, fue Alexander Glazunov quien sin la genial creatividad de su gran antecesor, supo mantener las características virtudes de la música rusa para ballet y, sobre todo, la de servir de acompañamiento para el baile de virtuosismo, así como la de crear una atmósfera adecuada a la acción dramática que se desarrolla en el argumento.
Sin embargo, en 1901, Glazunov escribió la música para un ballet que se aparta de ese espíritu dramático. Dicho ballet fue titulado Las estaciones y, en este caso, estamos en presencia de un ballet sin líneas argumentales propiamente dichas, pues lo que se pretende es presentar el ciclo continuo de las cuatro estaciones del año con todos los elementos que caracterizan a cada una de ellas.
Desde el punto de vista teatral, Las estaciones es más bien lo que modernamente llamamos una revista, en la cual se suceden cuatro estampas diferentes, inspiradas en la naturaleza de cada estación del año. Y así, por ejemplo, en el invierno hay danzas para el frío, la nieve y la escarcha, mientras que en la primavera bailan las flores, y las mieses comienzan a brotar después del deshielo.
Aunque escénica y coreográficamente Las estaciones no ha alcanzado el mérito de la posteridad, en la misma medida que otras grandes producciones rusas para ballet, su música sí se interpreta con relativa frecuencia, sobre todo a través de grabaciones discográficas, a causa de su atractivo melodismo y su brillante orquestación.
El ballet Las estaciones, con música de Alexander Glázunov, se estrenó en San Petersburgo hace 108 años, UN DIA COMO HOY.