Estreno mundial de la Tercera Sinfonía en Mi bemol Mayor, “Eroica”, de Beethoven
29 de marzo de 2013
Sin dudas, de las nueve sinfonías escritas por Beethoven, la Tercera en Mi bemol Mayor ocupa una posición muy destacada, tanto por sus innovaciones formales como por su fuerza expresiva.
Y a esos méritos de orden estrictamente musical, se ha sumado la anécdota de su dedicatoria a Napoleón Bonaparte, con todos los acontecimientos que rodearon ese episodio y que explica el subtítulo de Eroica, por el que se conoce esta Sinfonía.
Se sabe que el compositor alemán proyectó esta monumental sinfonía como una ofrenda a Bonaparte y a los ideales republicanos que aparentaba representar. Sin embargo, una vez consumada la coronación del Cónsul como Emperador de los franceses, Beethoven, indignado por ese hecho antirrepublicano, borró la dedicatoria a Napoleón y la sustituyó por el subtítulo “Eroica”. Por cierto que, en respeto al empleo por parte de Beethoven del adjetivo italiano, éste continua escribiéndose sin la H que debería llevar en nuestro idioma.
Sin embargo, a pesar del valor humano de esta anécdota y de lo mucho que se ha hablado de ella, la verdadera importancia de la Eroica radica en la forma expansiva y monumental con que Beethoven abordó aquí la forma sinfónica, rompiendo definitivamente con el estilo galante de sus antecesores para iniciar las transformaciones requeridas por el nuevo espíritu romántico que ya invadía el arte y el pensamiento europeos.
Esas características de la Sinfonía “Eroica”, han llevado a la historiografía musical más ortodoxa a considerarla como la primera manifestación sinfónica del romanticismo musical. La obra ocupa el número 55 en el catálogo general de Beethoven, y su estreno ocurrió en Viena, bajo la dirección del compositor, hace 203 años, UN DIA COMO HOY.