El científico cubano Carlos J. Finlay revela, mediante un informe, que el mosquito Aedes Aegypti es el agente transmisor de la fiebre amarilla
29 de marzo de 2013
El científico cubano Carlos J. Finlay revela, mediante un informe, que el mosquito Aedes Aegypti es el agente transmisor de la fiebre amarilla.
El descubrimiento es fruto de la intensa labor de investigación desarrollada por Finlay para librar a la humanidad del terrible flagelo.
Carlos J. Finlay había nacido el 3 de diciembre de mil 833 en la ciudad de Puerto Príncipe, de padre inglés y de madre francesa. Sus primeros estudios los realiza en Francia y posteriormente se traslada a la ciudad norteamericana de Fhiladelphia, donde culmina la carrera de medicina en mil 855. Decide entonces regresar a Cuba para ejercer su profesión y dedicarse a la investigación científica.
Durante la ocupación norteamericana, el Doctor Gorgas, Jefe de Sanidad del Distrito Militar de La Habana, solicita al sabio cubano que le asesore en la lucha contra la epidemia de fiebre amarilla que azota la Isla.
En agosto de mil 899, el Doctor Carlos J. Finlay es nombrado Presidente de una comisión que debe comprobar, en la práctica, su teoría sobre el papel que desempeña el mosquito Aedes Aegypti en la propagación de la enfermedad.
La aplicación del descubrimiento del eminente científico cubano consigue erradicar, en pocos meses, el brote epidémico.
Los intentos por arrebatar a Finlay la paternidad del hallazgo científico no logran impedir que sus méritos sean reconocidos universalmente.
En carta dirigida al Comité Nobel de Medicina, fechada el 27 de noviembre de mil 905, el doctor John Ross, Director del Hospital “”Las Animas”” durante la etapa de intervención militar estadounidense en Cuba, propone al doctor Finlay como candidato al más importante premio internacional en esa materia.
En la misiva, el médico norteamericano escribe textualmente:
“” He opinado durante mucho tiempo que no hay nadie que tanto merezca el Premio Nobel de Medicina como el Doctor Finlay, en reconocimiento de sus brillantes servicios a la ciencia y a la humanidad “”.