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Una ciudad para soñar

27 de octubre de 2014

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En el nororiente cubano continúa celebrándose la Fiesta de la Cultura Iberoamericana. Una gala protagonizada por talentosos artistas de la provincia de Holguín en el Teatro Comandante Eddy Suñol dejó inaugurada oficialmente, este viernes 24 de octubre, la XX edición del evento.

El Teatro Lírico Rodrigo Prats, la compañía Lina Sanz, el Ballet de Cámara de Holguín y el quinteto Caribe Sax regalaron su arte a los delegados que esta vez, suman alrededor de 250 y provienen de una veintena de países de Europa, América Latina y el Caribe.

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El espectáculo recreó el encuentro cultural que se produjo aquel 28 de octubre de 1492 entre el Viejo y el Nuevo Mundo. A través de la danza, el canto y la música se reflejó además, el gran mestizaje del cual nació la cultura cubana. Durante más de una hora se pudo disfrutar, en la sala principal del Teatro, del talento más joven de la ciudad, cuyos exponentes demostraron su valía en el escenario.

Las palmas del público no se hicieron esperar durante la gala, ni tampoco después del discurso del Dr. C. Eduardo Rafael Ávila Rumayor, director de la Casa de Iberoamérica, quien dejó inaugurados los festejos. A continuación Habana Radio reproduce estas palabras.

¡Holguín es una ciudad que invita a soñar!

Solo bajo esta advocación es que puede entenderse la proliferación de tantas experiencias singulares y universales en nuestro devenir cultural.
Quizás la mejor oportunidad para explicar la sentencia anterior, se refiere al encontronazo cultural de finales del siglo XV cuando el Almirante Cristóbal Colón arribó a las costas de esta gran Isla. Cierto es, que la casualidad y no pocas hipótesis marítimas, geográficas, cosmológicas o cosmovisivas, hicieron posible el trascendental encuentro.
La universalidad del hecho histórico marcó para siempre el desarrollo cultural de esta región de Cuba. Los debates nunca han faltado y en honor a la verdad resultan necesarios, desde aquellos que discuten la legitimidad del punto de arribo, hasta los que denotan las diversas interpretaciones etnoculturales o políticas del encuentro, sobre todo por el desenlace para los pueblos americanos en los siglos posteriores a ese 28 de octubre.
Ricas son las experiencias que se han vivido a lo largo de los años y que han convertido a Holguín en un escenario legítimo para el debate, la demostración cultural y la defensa de nuestra identidad. Justos han sido también los esfuerzos de muchos, desde la dirección política, las instituciones gubernamentales, la intelectualidad cubana y holguinera, las sencillas y humildes personas que han colaborado para solucionar los más disímiles problemas.
Es el sueño de una ciudad y su pueblo que no encuentra obstáculos a sus deseos de ser cultos y a la vez libres.
Desde esas experiencias nació para la ciudad y la región, la Fiesta de la Cultura Iberoamericana: conjugación de búsquedas de oportunidades para el desarrollo en una época de profunda crisis, y la posibilidad de enriquecer desde la cultura, las múltiples maneras de entender nuestra historia.
Los asideros conceptuales que han definido el evento siguen con plena vitalidad, pues cada año se puede confrontar con delegados de varios países las diversas formas en que hemos configurado nuestra identidad. Para los holguineros es una oportunidad de conocer el crisol de naciones que se han desarrollado, las cercanías culturales, las similitudes idiomáticas, las diversas formas en que cada uno de nuestros pueblos ha defendido su historia.
La Fiesta nos obliga a entender los diversos significados del encontronazo. Los llamados “Pueblos Nuevos” ya existían, tenían una organización, una cosmovisión muy bien fundamentada que les fue arrebatada casi por completo. En detrimento de ello, les fue impuesta la cultura y las ideas de los pueblos del “Viejo Continente” bajo el impúdico manejo de las tecnologías militares de la época.
Sin embargo, fue casi imposible en la mayoría de los casos desaparecerlo todo. El ideal independentista floreció y, cual ave Fénix, se levanta cada vez que soplan los aires de conquista o se pretende justificar un pensamiento hegemónico que niegue la libertad.
El más ilustre de todos los cubanos siempre nos convoca a mirar hacia el lado donde está el deber, por tanto: No más argentina sin Malvinas, no más Puerto Rico sin la bandera de la estrella solitaria, no más Chevron en la Amazonía.
Las actuales condiciones son una real oportunidad de seguir legitimando no solo el hecho histórico, sino de convertirlo en plataforma para el diálogo, la búsqueda de nuevas hermandades, romper las barreras y los abusivos aislamientos a que somos sometidos. Defender todo lo que desde estas tierras se aportó a la fragua del pensamiento americano, iberoamericano y universal es una necesidad impostergable que toca a las puertas de todos.
Este año se arriba a la XX edición y junto a nosotros, en esta ciudad, se encuentran delegaciones de México, Venezuela, Costa Rica, Ecuador, España, Bolivia, Argentina Colombia, Perú, Guatemala, Serbia, Bosnia Herzegovina, Croacia, Italia, Panamá, Portugal, Austria, Holanda, Georgia, y la hermana Puerto Rico. En resumen, cerca de 250 delegados compartirán su cultura y disfrutarán de la calidad de nuestros artistas, la calidez de nuestro pueblo y las bondades de esta, la tierra más hermosa.
Afirmar esa voluntad de defender el arte, la cultura, las esencias de nuestros pueblos, será siempre el modo más eficaz de defender los sueños de las naciones.

Bienvenidos a la XX edición de la Fiesta de la Cultura Iberoamericana.
Muchas Gracias

Dr.C. Eduardo Rafael Ávila Rumayor

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