Trinidad está en cada detalle de mi trabajo

26 de enero de 2022

|

Artes plásticas, Cuba, Cultura, Trinidad

Redacción: Equipo Habana Radio

 

 

Todo el que llega a Trinidad no puede dejar de visitar una hermosa casona convertida hoy en galería taller, ubicada muy cerca del corazón de la tercera villa de Cuba: la Plaza Mayor. Es que hija ilustre de la urbe es Yudit Vidal Faife, una de las artistas más virtuosas de las artes plásticas cubanas contemporáneas.
Realmente impresionante resulta la obra de Yudit, la cual nunca se detiene, siempre está soñando. Cada cuadro está caracterizado por el cuidado excesivo de los detalles. Desde lo figurativo hasta la abstracción podemos vislumbrar no solo obras místicas, de profundos significados metafóricos, sino piezas en las que se ha propuesto engrandecer la lencería trinitaria a través del arte.
Dejemos que sea ella misma quien nos hable de su obra y de una propuesta que preparó para saludar el aniversario 508 de una de sus grandes pasiones, su ciudad, en esta primera parte de una entrevista que nos concediera.

 

Háblame sobre “Hilos de identidad”, la expo que preparó para saludar el aniversario 508 de la Villa de la Santísima Trinidad.
“Hilos de identidad” es la muestra fotográfica que incluyó quince imágenes digitales e impresas sobre lona para ser emplazadas en las verjas de la Plaza Mayor; estas verjas hermosas y coloniales que rodean este hermoso parque en el Centro Histórico de Trinidad. Y qué mejor ocasión que el 508 de la ciudad y los festejos de la semana de la cultura para que estas piezas que legitiman ese trabajo de la lencería, ese deshilado a mano tan minucioso que realizan nuestras artesanas, qué mejor ocasión para magnificar esos diminutos detalles y llevarlos a una fotografía, a una dimensión diferente totalmente, llevar a escala la trama y el urdimbre que conforman estos patrones, los que se van formando cada vez que nuestras artesanas elaboran una pieza.
Estas fotos, estas tomas, nacen de un pequeño detalle de obras ya existentes dentro del proyecto “Entre hilos, alas y pinceles”, un proyecto que agrupa alrededor de veinte artesanas de nuestra ciudad de Trinidad y que precisamente legitima la lencería a través de las artes plásticas. “Hilos de identidad” llevan a una dimensión casi abstracta, diversa los detalles y los mismos nos hacen pensar en cómo lo cotidiano se transforma en algo trascendental: con tan sólo abrir el obturador se convierte un tejido en todo un diseño de luces, trazos, sombras que son peculiares. Son, incluso, tres partes de un todo que se descomponen, se conjugan a la vez en un conjunto coherente, el cual se enfoca en la feminidad, en lo erótico, dado a través de estas imágenes de ajuares confeccionados con estas telas, con estos hilos a partir de un modelo o de un diseño determinado de una obra de arte que ya existe.

 

 

Esta obra en sí da lugar a una obra, a otra y a otra y un sinnúmero de propuestas que nacen en perspectivas diversas, conviviendo en un microcosmos de una dimensión paralela totalmente. A través de esta nueva mirada, sobredimensionando estos detalles tan minuciosos, se pone en valor a la vez en todo este trabajo tanta paciencia, tanta dedicación, tanta entrega de nuestras bordadoras y tejedoras trinitarias. Es una manera más no solamente de homenajear a Trinidad, sino a sus mujeres y a este sinnúmero de artesanas que durante siglos han permanecido anónimas y hoy por hoy se alza su voz y se le rinde homenaje a través de estas obras.
Como te dije, estas quince imágenes digitales estuvieron emplazadas en las verjas de la Plaza Mayor, pero a su vez dio paso a una siguiente exhibición hilvanando dimensiones y está aún dentro de una sala del Museo de Arquitectura Colonial de Trinidad. Estas obras nos ofrecen la interpretación profunda y meditativa de un discurso que confronta la filosofía de la feminidad, de la delicadeza, del erotismo, pero también expone la mirada inquieta del espectador porque tiene el reto de descubrir el punto de partida de estas piezas fotográficas; es decir, se expone a su vez la obra original y las fotografías que nació del detalle de esta obra. Es como una adivinanza para que se pueda discernir ante la paradoja de elegir entre la textura palpable y la ilusión óptica. La mirada se puede abstraer en este caso, pues este universo estéticamente diferente nos ofrece la dicotomía pues son dos partes de un mismo todo que toma protagonismo donde la imagen se fracciona en dos: una obra procrea otra obra y a otra y un sinnúmero de propuestas que se exponen aquí para ofrecernos esta comparación entre el original y esta ilusión óptica que se crea a partir de esta textura original. Son dos propuestas que se extienden para revindicar una vez más y legitimar todo este entramado de tejidos que nacen de las fabulosas manos de las artesanas que forman parte del proyecto que te mencioné.
También se realizó una nueva propuesta de lo que fuera “Trazos al tiempo”, una exhibición de dibujos, de retratos de personalidades que fueron los pilares – y son aún, pues algunos de ellos aún están vivos – y que ayudaron a que Trinidad adquiriera la connotación histórica que tiene. Estas personas son los que ayudaron a edificar estos museos que hoy disfrutamos, las investigaciones que hoy dieron lugar a que nuestra urbe tuviera varios títulos – entre ellos, Patrimonio de la Humanidad y Ciudad Creativa y Artesanal –. En esta muestra de dibujos sobre cartulina con algunos detalles de tejidos realicé un homenaje a estas personalidades. Esto está emplazado en los predios de la casa matriz de ARTEX, de aquí del centro de la ciudad, y también fue la tercera propuesta que inauguramos en este 508 aniversario de la fundación de nuestra hermosa ciudad.

 

 

Trinidad siempre ha estado presente en su obra de una u otra manera. Incluso siendo una artista ya reconocida que como otros puede realizar su obra en la capital, se mantiene en Trinidad. ¿Que la motiva a permanecer aquí? ¿Qué elementos trinitarios están presentes en su obra?
Trinidad es una ciudad de sueños, una ciudad que nos ofrece la atemporalidad de una época que puede ser lo mismo colonial que moderna. Y tiene en sí misma unas características naturales, maravillosas: tiene el mar, la montaña y sobre todo su historia. Yo creo que Trinidad es la principal musa inspiradora de mi obra.
El maestro Cosme Proenza es un paradigma de las artes visuales cubanas, al cual admiró profundamente, y una de las cosas que me llamaba la atención siendo muy joven estudiante en el Instituto Superior de Arte (ISA) era que él nunca se había ido de Holguín y desde su ciudad proyectó su carrera al mundo. Y yo creo que fue un ejemplo en lo personal a seguir. Y me propuse eso también, pues Trinidad merece que sus artistas se deban a ella y que por ella enfoquen su carrera para homenajearla siempre porque es una fuente inagotable de inspiración. Por eso, siempre vuelvo a Trinidad, aunque exponga en otras ciudades tanto de Cuba como del mundo – es importante llevar nuestra cultura a diferentes latitudes pero siempre haciendo énfasis en nuestras raíces –. Y estas raíces trinitarias son muy fuertes y están tan arraigadas en mi ser. Lo que me motiva a permanecer en Trinidad es eso: su espiritualidad toda porque mi ciudad es una ciudad muy espiritual, muy profunda, muy inspiradora. Los elementos trinitarios que han estado y permanecido en mi obra son innumerables: desde su arquitectura (he realizado series completas que son prácticamente paisajes urbanos con algunos elementos humanos imbricados en este dibujo o en esta pintura como lo es “Detalle colonial”). Son homenajes que le he hecho a mi ciudad y todos estos paisajes de diferentes vistas, diferentes detalles, en ellos trató de restaurar la ciudad con pinceles, con dibujos. Ese es el sentido espiritual que me ha legado esta ciudad: beber de su historia, de sus tradiciones. Hoy por hoy, los tejidos que son parte de este patrimonio intangible, de esta identidad tan arraigada y local también están de una manera u otra ligados a mi obra. Trinidad está en cada detalle de mi trabajo: sus mujeres, su sensualidad, sus misterios, su magia y su espiritualidad. Y ante todo, esta tradición que se transforma. Conjugar la tradición y la modernidad en una sola pieza ha sido un reto para mí y lo es aún hoy. Pienso que Trinidad será fuente inagotable de inspiración para sus artistas.

 

 

Pudiera hablarnos de su proyecto, de su trabajo conjunto con bordadoras y tejedoras. ¿Cómo imbrica las artes visuales con las artes manuales?
El proyecto “Entre hilos, alas y pinceles” nace en el 2014 cuando realicé la obra “Bordando tu paisaje” donde se nos pidió a cada artista local que realizáramos un trabajo en el cual homenajeáramos a la ciudad pero que esa obra tuviera algo único, algo original, que cuando el espectador la mirará dijera: esto es de Trinidad, y tuviera ese sentido, esa identidad propia en sí misma. Comencé a pensar qué la caracteriza y tradicionalmente Trinidad tiene el barro, tiene el tejido con fibra de guano y tiene también el tejido con hilo con aguja propio de sus bordadoras y tejedoras.

 

 

Me viene por tradición familiar pues mi tía abuela fue maestra de la alta costura de Trinidad y pienso que ese es el espíritu divino no sólo de ella sino de tantas personalidades que inspiraron y que de una forma u otra a través de mí se han manifestado para dar lugar a esta idea de vincular las artes plásticas con estas tradiciones del bordado, el tejido, el deshilado a mano.
Así nace el proyecto con esta primera pieza, “Bordando tu paisaje”: era un paisaje trinitario en el que en cada detalle de sus ventanas, de sus balcones, de las casas, de este paisaje, estuviera implícito el punto la trinitaria que es un deshilado a mano que evoca todos estos patrones tan locales y originarios de aquí. Esta pieza era un gran aro de bordar de una dimensión de ciento cincuenta centímetros de diámetro y magnificar este instrumento de trabajo al llevarlo esta escala y hacer este paisaje que tuviera imbricado estos detalles de deshilado a mano fue único en ese momento y me llamó mucho la atención no sólo a mí, sino tuvo gran aceptación de la crítica hasta el punto de que fuera elegida esa obra para participar representando a Cuba en la Segunda Bienal de Arte Contemporáneo de Argentina y se expuso en el Palacio Borges de Buenos Aires. Esta pieza me dio el punto de partida para convocar a una serie de artesanas que quisieran seguirme en este trayecto y crear este proyecto; un proyecto hecho por amor, un proyecto hecho para legitimar y reivindicar este trabajo durante años anónimo y cambiar el concepto de lencería utilitaria, pues estos tapetes, estos manteles, estos ajuares de vestir que se utilizan para el uso cotidiano y que tienen un fin utilitario cambian de contexto al formar parte estas texturas de lo que fuera o de lo que es hoy una obra de arte en sí misma para ser expuestas en galerías y museos con otros fines artísticos.

 

 

Este cambio de contexto ha llamado tanto la atención al punto que el proyecto “Entre hilos, alas y pinceles estuvo incluido en los avales que se realizaron para que Trinidad tuviera los títulos de Ciudad Artesanal del Mundo por el Consejo Mundial de Artesanías en 2018 y de Ciudad Creativa posteriormente por la UNESCO en 2019, de los cuales estamos muy orgullosos de forma parte de este aval.
Este proyecto agrupa hoy por hoy alrededor de casi veinte artesanas, con dos de ellas que han fallecido pero que en homenaje póstumo sus piezas las tenemos como estandarte. Me refiero a Teresa Toscano Ruiz y a María Matilde Puy Paneca.

 

 

Imbricar las artes visuales con las artes de la aguja ha sido todo un reto. Pienso que me planteé desde un principio destruir el mito de que la lencería, el deshilado y el tejido es un arte menor y elevar a otros planos artísticos estas manualidades, pues les ha otorgado a estas artesanas también otro sentido a su vida: no solamente se han empoderado estas mujeres que me acompañan hoy, sino que han comenzado a manejar otros lenguajes, se le han abierto puertas en otros espacios expositivos ya que estaban acostumbradas a las ferias artesanales, y hoy por hoy ven y disfrutan que su trabajo manual forme parte de toda esta textura de una obra de arte que se expone en una galería. Cada paso que damos para exponer en cada lugar es un nuevo logro del proyecto que no es de una persona en particular, sino es de todas y es Trinidad la que se muestra cada vez que exponemos nuestra obra. Hemos expuesto en la XII Bienal de La Habana, en la Comisión Nacional Cubana de la UNESCO, en la Casa de la Obra Pía, hemos participado en eventos como coloquios y simposios, obteniendo primeros lugares; hemos participado en eventos internacionales como la Bienal de Cueva de Manos también en argentina y en diferentes países como lo más reciente que fue la exposición en la cuarta Bienal del Sur “Pueblos en resistencia” que se realizó en Caracas el pasado año. También hemos expuesto obras en la sede de la ONU, hemos participado en subastas benéficas en Nueva York; es decir, un sinnúmero de actividades y de exposiciones que hoy por hoy le han dado logros a este proyecto.
El reto que tenemos hoy por hoy es superarnos a nosotras mismos y seguir llevando el arte y la cultura cubana a otras latitudes con mucho orgullo y con mucho honor.