Sosabravo: patriarca indiscutible de nuestro panorama artístico visual
5 de noviembre de 2019
|Por: Estrella Díaz
El sello Collage Ediciones, Casa Editora del Fondo Cubano de Bienes Culturales, ha puesto en manos de los lectores una verdadera joya: Sosabravo sobre papel, un enjundioso libro catálogo de cerca de 500 páginas en las que se puede disfrutar no solo de una gran cantidad de imágenes de ese veterano pintor, dibujante, grabador ceramista y escultor, sino de varios textos que se enfocan, fundamentalmente, en la copiosa obra que ha realizado el Premio de Artes Plásticas 1997 sobre ese soporte.
La presentación del mencionado catálogo se realizó el pasado 25 de octubre en el teatro del Edificio de Arte Cubano del Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana, acontecimiento en el que participó un abultado grupo de amigos y admiradores del artista, quien nació en Sagua la Grande en el ya lejano 1930: Alfredo Sosabravo está cumpliendo este año sus hermosos, productivos y lúcidos 89 años. Y —según se anunció— para sus 90, el año venidero, se está organizando una gran exposición que será vista en el Museo Nacional, la Meca del arte cubano.
El doctor Rafael Acosta de Arriba, ensayista y crítico, tuvo bajo su responsabilidad hacer la presentación en la que subrayó que Sosabravo “traza sus signos mágicos y nos recuerda una sentencia de Octavio Paz: los artistas son los que ponen los signos de puntación al mundo”. Y seguidamente acotó: “es cierto, el poeta mexicano da en el blanco porque Sosabravo nos aporta los acentos, las comas, los signos de admiración y de interrogación; su mitología personal nos sigue acompañando en este mundo austero, a veces amargo y hostil, pero siempre abierto a los placeres y las alegrías”.
Acosta de Arriba calificó al maestro como “el patriarca indiscutible de nuestro panorama artístico visual” o como “el presidente de nuestra república de las imágenes visuales de nuestra visualidad”, al tiempo que enfatizó que esa elevada posición la alcanzó no solo “por el demonio técnico (al que llegan muchos), o a lo longevidad (a la que lamentablemente arriban pocos), sino por su inalienable manera de ver el mundo con los ojos de niño y trasladarlo magistralmente a sus piezas”.
Refiriéndose a la obra apuntó que “la comunión entre letra e imagen, entre signo y palabra” es otra de las marcas de Sosabravo: “también reside en el carácter universal de sus temas; posmoderno como pocos al asumir lo paradójico de estos tiempos, el pastiche, lo lúdico (sarcasmo e ironía incluidos) y lo intertextual, nuestro artistas ha esgrimido paralelamente un barroquismo regodeado en la cargazón de la imagen, lo que lo ha convertido en un creador ecuménico y cosmopolita por su estatura estética”.
Reiteró que él “ha escapado del tiempo enclaustrado de sus fronteras personales para dejar expuesto, a la intemperie y para todos, su talento y su genio. La suya es una obra abierta y plural. No se parece a la de nadie y ninguna otra obra se le asemeja. Es único”, concluyó Acosta de Arriba.
Visiblemente emocionada la también artista de la plástica Lesbia Vent Dumois se refirió a los estrechos lazos que la unen a Sosabravo desde el año 1960, y enfatizó que la obra de Alfredo “más que ingenuidad tiene cierto matiz de malicia”. Asimismo aseveró que en un determinado momento se interesó “hasta por lo kitsch”.
Al valorar aspectos técnicos de la obra de Sosabravo, Vent Dumois reiteró que “Sosa tiene una manera muy particular de concebir sus trabajos porque no se plantea ni hacer bocetos, ni prepararlos con anterioridad, ni analiza qué tipo de herramienta usar porque es un grabador de excelencia” que, fundamentalmente, trabaja a pura cuchilla, algo muy complejo que no permite trucos y va detallando, casi, cincelando la madera para lograr lo que busca”.
Enfatizó en que este artista se hace a sí mismo un cuento y lo va procesando y trasladando a nosotros y, después, uno palpa esa narración en la obra, al tiempo que recordó la importancia de la cercanía y el intercambio que propicia la vida de taller: “el hecho de trabajar uno al lado de otro nutre a los creadores”, algo que, en alguna medida, se ha ido perdiendo, dijo.
Finalmente, y con voz entrecortada subrayó: “me siento emocionada de poder estar hoy al lado de un hombre al que quiero mucho y al que puedo llamar amigo”, concluyó.
Sosabravo sobre papel agrupa xilografías, calcografías, litografías, colagrafías, collages, tintas, acuarelas, creyones y serigrafías, así como una cronología de su ruta sobre el papel y cuatro esenciales textos que son: “¿Cuál ha sido el papel del papel en el arte de Sosabravo?” (René M. Palenzuela); “Alfredo Sosabravo, pastor de imágenes” (Rafael Acosta de Arriba); “Sosabravo: el reposo del pincel” (Aldo Menéndez) y “Graficar a Sosabravo” (Israel Castellanos). El diseño corrió a cargo de Yamilé Moya; la edición fue de Axel Li, y la fotografía de Ricardo G. Elías. Junto a la presentación del catálogo se realizó el estreno del documental Sosabravo. Su cuarta dimensión, de la realizadora Teresita Huerta.
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