Se vende

20 de junio de 2013

|

Jesús Francisco Yagües

… cuando la muerte
es el pretexto para hablar de la vida…

Merecedora del Premio de la Popularidad en el pasado 34. Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, llega al circuito de estrenos de la capital la película cubana Se vende, del realizador y actor Jorge Perugorría.

Al decir de su director, en un inicio Se vende era un cortometraje de ficción incluido en una película integrada por tres cuentos, proyecto cinematográfico, posteriormente frustrado, llamado “Decameron habanero”, con el paso del tiempo se transformó en un guión, del propio Perugorría, más ambicioso y que trajo por consecuencia el actual largometraje, que ahora se pone a disposición de todo aquel que no tuvo la oportunidad de verlo en su pase festivalero.

En el filme, su creador rinde homenaje a Tomás Gutiérrez Alea y a Juan Carlos Tabío, artífices del memorable film “Fresa y Chocolate”, que abrió las puertas del Séptimo Arte a Perugorría. La película es un constante guiño a “Muerte de un burócrata”, obra emblemática de Titón y todo un clásico de la cinematografía nacional.

 

El elenco está encabezado por Dailenys Fuentes, Jorge Perugorría, Yuliet Cruz, Mirtha Ibarra y Mario Balmaseda, quien caricaturiza la antológica representación del personaje de “Lenin” interpretado por él en la pieza teatral “El Carrillón del Kremlin”, una de sus mejores caracterizaciones en las tablas.
Los protagonistas se encuentran secundados por una pléyade de consagrados actores en pequeños, fugaces pero certeros papeles que convierten la entrega en un film coral desde el punto de vista de la actuación, en una especie de auto referencia a personajes de su pasado, tal es el caso de  Salvador Wood en “Muerte de un burócrata”, Aurora Basnuevo refresca a la popular Estelvina de “Alegrías de sobremesa” y Aramís Delgado rememora a su “Hamlet” escénico, por citar alguno de ellos.

Se vende, indiscutiblemente, por poseer como tema central la muerte, se encasilla dentro del género del humor negro, un humor con el que nos reímos de principio a fin pero cuyo epílogo nos hace meditar, pues como bien expresa Nácar, su protagonista: “mi madre es una especialista en el arte de la supervivencia… de eso se trata esta historia”, de sobrevivir a costa de la muerte.