Pas de quatre expositivo

25 de octubre de 2016

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Jesús Francisco Yagües

 

 

Cuatro exposiciones se inauguraron al unísono en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, como parte de las actividades colaterales del 25. Festival Internacional de Ballet de La Habana Alicia Alonso, que desde el 28 de octubre y hasta el 6 de noviembre del presente año, ocupará las principales salas teatrales de la capital.
El amplio vestíbulo de la Sala García Lorca acogió dos de ellas, situadas cada una a ambos lados de su pasillo central: “Belleza olvidada” de la fotógrafa hispano-boliviana Pilar Rubí, y “La danza imaginada” del maestro cubano Alberto Méndez.
“Belleza olvidada” es una original muestra que expone “fotografías con la técnica de colodión húmedo como se realizaban en los años 1850-1880 con base de cristal o metal”. Pilar Rubí, quien es graduada en 1999 de Diseño Gráfico de la Universidad Técnica Privada de Santa Cruz, Bolivia y de Fotografía en 2011 en la Escuela Internacional de Fotografía de Madrid, España, nos revela un conjunto de fotografías realizadas con la imagen de jóvenes bailarines, que tienen como finalidad llenar espacios pequeños en antiguas polveras, cofrecillos, cigarreras y otros objetos de uso femenino, devolviéndoles de esta forma el esplendor que habían perdido con el paso del tiempo.

 

“La danza imaginada”, compuesta por pinturas y esculturas “sin título y sin firma… y sin muchas pretensiones” – como bien ha expresado su autor, Alberto Méndez, coreógrafo, bailarín, Premio Nacional de Danza, quien abandonó sus estudios de Arquitectura para entregarse por completo al arte danzario, profesión que ejerció como miembro del Ballet Nacional de Cuba durante décadas –, nos presenta, en diecinueve atriles diseminados en forma de circunferencia, su afición por las artes plásticas, creaciones que siempre se negó a exponer y que ahora somete a la opinión del público en general, que hasta el momento lo conoce en su otra faceta artística.
Las otras dos exhibiciones se hayan en la primera planta del Coliseo capitalino: “De doucer à intense” (“De lo suave a lo intenso”) del pintor cubano Joseignacio, y “Retratos de una bailarina-cisne” del fotógrafo norteamericano John Rowe.

 

“De doucer à intense”, frase que significa la suavidad de los gestos al danzar un “adagio”, unido a la intensidad en la interpretación por parte de los bailarines ejecutantes, consiste en 18 pinturas abstractas de gran formato y marcado colorido. Joseignacio, nacido en La Habana en 1963, es uno de los artistas más famosos e importante de la “Generación de los 80” y sus obras se encuentran en colecciones privadas, instituciones y lugares públicos en diferentes regiones del mundo. Las obras que exhibe, en esta ocasión, están “inspiradas en algunas de las famosas obras interpretadas por el Ballet Nacional de Cuba”, e incluye un “retrato figurativo de la Prima Ballerina Assoluta Cubana, directora fundadora de dicha compañía, Alicia Alonso”, en lo que constituye una fiesta “del color, de los sentidos y la imaginación”.
“Retratos de una bailarina-cisne” incluye fotografías inspiradas en la función de “El lago de los cisnes” por el Ballet Nacional de Cuba, que tuvo en los roles protagónicos a Viengsay Valdés y a Patricio Revé”. John Rowe es un reconocido artista del lente estadounidense, actualmente “profesor honorario invitado de la asignatura de cine documental en el Instituto Superior de Arte en La Habana”. Él captó con el obturador aquella función de lujo, que nos regalara a principios de año Viengsay y su partenaire, sin dejar por un instante de absorber con su cámara los momentos sublimes de aquel acontecimiento cultural y que ahora plasma en sus fotos con la pasión que solamente un gran artista como él puede trasmitir.
Miguel Cabrera, Historiador del Ballet Nacional de Cuba, en el cuádruple acto inaugural manifestó: “Estamos en presencia de un Grand pas de quatre expositivo”, al que nosotros le añadiríamos: hermoso preámbulo de un brillante Festival.