Para conocer a fondo toda la cultura vernácula

28 de marzo de 2024

Centro HIstórico de La Habana, Cuba, Empresa RESTAURA, Oficina del Historiador de La Habana, Patrimonio, XVIII Jornadas Técnicas de Arquitectura Vernácula

Por: Thalía Aguilera Pi y Álvaro Cuesta Juviel

Con un homenaje al arquitecto y conservador cubano Daniel Taboada, las XVIII Jornadas de Arquitectura Vernácula, llegaron este miércoles 27 de marzo a su último día de ponencias y debates en el Centro para la Formación en el Restauro y el Diseño (REDI).

Durante el evento, dedicado a los 20 años de la Cátedra Gonzalo de Cárdenas y al 505 aniversario de la Ciudad de La Habana, se presentaron arquitectos, historiadores y otros especialistas en patrimonio para llamar la atención sobre un mejor manejo y conservación de la herencia vernácula cubana e internacional.
“Por ser muy vulnerable por el tipo de materiales que se utilizan, nos reunimos cada año para hacer un llamado a su salvaguarda, a su conservación. Por ser algo efímero, y a pesar de eso es algo que sigue ahí, no debemos perderlo; es algo que nos habla de nuestra tradición”, comentó al respecto la licenciada y coordinadora del espacio Zenaida Iglesias Sánchez.
La historiadora recordó, a su vez, que si bien siempre se parte del típico bohío cubano como ejemplo, la arquitectura vernácula es algo que va más allá: “Se trata también de un patrimonio tangible e intangible, que se va trasmitiendo de generación en generación. Y son esas construcciones tan típicas que nos identifican en todas las regiones de Cuba”.

En el primer día de estas jornadas, se trataron temas como las casas de madera en el Cerro, el estudio de las casas con cuarto alto esquinero y el estudio de una casa de este tipo en San Ignacio #602, las casas de la Rayonera de Matanzas y los ‘trullo’, construcción típica de Alberobelo en el sur de Italia.
Ricardo Machado, arquitecto y profesor del Colegio San Gerónimo, Ilamó la atención sobre el mal estado de las viviendas de madera en el Cerro, las cuales él considera un “patrimonio a punto de desaparecer” por la poca disponibilidad de maderas en el país. Asimismo, el experto señaló la necesidad de hacer un levantamiento y estudio antes de que estas desaparezcan.
Machado también asesoró al joven arquitecto matancero Alfredo Artime en su ponencia sobre el particular tema de las “casas de la Rayonera”, un singular caso en el entramado urbano de la llamada Atenas de Cuba. Para estas viviendas, que pertenecieron a los administradores de la fábrica de rayon, se importó totalmente el modelo suburbano estadounidense – incluso incorporando chimeneas funcionales –, y muchas aun mantienen su mobiliario original.

Por otro lado, la doctora Rosalía Oliva habló sobre la necesidad de intervenir para su conservación el inmueble ubicado en San Ignacio #602. Este espacio, que actualmente es utilizado como vivienda unifamiliar, es una “casa colonial con cuarto alto esquinero”, definición creada por la especialista, que aún mantiene los restos originales de un fresco elaborado a partir de la técnica tradicional pompeyana: de ahí su importancia.
Alberobello es un municipio de la región italiana de Apullia, famosa por sus “trullos”, una construcción típica hecha de tierra seca, piedra caliza encalada y techo en forma de cono. Sobre este característico tipo de vivienda versó la conferencia del máster en ciencias y arquitecto René Gutiérrez Maidata, quien explicó a los asistentes sobre el origen y los esfuerzos del gobierno local para mantener sus originales “trullos”.
En el segundo día del encuentro, los asistentes pudieron ser parte del homenaje al arquitecto Daniel Taboada, quien desde la fundación de la Cátedra Gonzalo de Cárdenas de Arquitectura Vernácula en 2003 ha sido su Titular. Familiares, amigos, y colegas del gremio celebraron sus fructíferos 93 años de vida y lo reconocieron como uno de los arquitectos cubanos que más ha aportado al rescate del patrimonio monumental de la nación.
También durante la segunda jornada, se impartieron conferencias sobre Viñales como Patrimonio Mundial, los azulejos sevillanos en Cuba, los mosaicos y otros elementos constructivos esmaltados, y las experiencias universitarias con la arquitectura vernácula en Islas Canarias.

Sobre Viñales, la doctora Isabel Rigol Savio enfatizó en la necesidad de que se proteja su patrimonio constructivo eminentemente vernáculo. Asimismo, recomendó que se perfeccionen la gestión patrimonial en el territorio, e instó a que las entidades de la zona aprovechen bien las fuentes de ingreso externas, para mantener un monitoreo sistemático, sustentándose en el potencial académico.
El espacio también fungió como un punto en común para los investigadores María Victoria Sardova Laureda y Osmany Alemán. Ambos realizan trabajos sobre la cerámica en Cuba (Sardoya Laureda sobre los azulejos sevillanos, su procedencia, y por qué llamarlos sevillanos, y Alemán sobre otros tipos de cerámicas y lozas producidas en Cuba).

Ambos expertos señalaron la necesidad de que se continúe estudiando este patrimonio, así como la creación de un museo, espacio o institución en específico que se dedique a la protección de lozas o este tipo de cerámica. También coincidieron en que existe el suficiente patrimonio azulejístico para este fin.
La Cátedra Gonzalo de Cárdenas propone la promoción, investigación y salvaguarda de la arquitectura vernácula no solamente cubana en especial, sino caribeña, latinoamericana y del mundo en general. La Cátedra, que ha logrado rescatar parte de este tipo de patrimonio cubano, pretende regresar en un nuevo encuentro el próximo año para seguir conociendo a fondo toda la cultura vernácula de Cuba, tal como lo pidió el eterno Historiador de La Habana, Doctor Eusebio Leal.