Otras latitudes en el Festival de Cine de La Habana

2 de diciembre de 2020

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Luciano Castillo

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42 Festival de Cine de La Habana, Cuba, Cultura

 

Cada año representa un privilegio para los cinéfilos el recorrido que permite la sección “Panorama Contemporáneo Internacional” del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano por una selección de lo más descollante en la producción fílmica reciente. Y la edición número 42, pese a las restricciones impuestas por la pandemia, no podía constituir una excepción. “Como lo recetó el doctor”, según la frase de su singular campaña promocional, esta primera dosis del certamen abarca un conjunto de títulos que no deben ser inadvertidos por los espectadores según la prescripción, en especial por su repercusión en los festivales de Berlín y Venecia.
El Oso de oro, máximo galardón de la Berlinale presidida en febrero por el actor Jeremy Irons, reconoció a “There is no Evil” (Sheytan vojud nadarad), una coproducción entre Alemania, la República Checa e Irán, dirigida por Mohammad Rasoulof, también autor del guion. Una prohibición de las autoridades iraníes impidió que el realizador pudiera viajar y recibir el premio. “La imposición de tales restricciones expone muy claramente la naturaleza intolerante del gobierno hacia mí”, declaró el cineasta al difundirse la noticia. Cuatro historias en torno a la pena de muerte y a un tema como la fuerza moral entretejen el argumento del filme.

 

En la premiación del 70. Festival de Cine de Berlín, celebrada el primero de marzo, en medio de la proximidad amenazadora de la COVID-19, el lauro al mejor guion fue a parar a los hermanos italianos Damiano y Fabio D’Innocenzo por “Bad Tales” (“Favolacce”), que aparece también en el programa a disfrutar por el público habanero. Elio Germano, uno de los más prominentes actores del cine de hoy en ese país, encabeza el reparto de una cinta que sigue el itinerario vital de un grupo de habitantes de los suburbios de la capital. Para esas familias las puertas de Roma no están precisamente abiertas de par en pary, como señala la sinopsis argumental: la tensión puede explotar en cualquier momento.

 

Majid Majidi, otro talentoso realizador iraní, figuró en el concurso del 77. Festival Internacional de Cine de Venecia con su aclamada película “Sun Children” (“Khorshid”), que aspiró al León de Oro. Una sólida estructura dramatúrgica consiguieron Majidi y Nima Javidi para narrar la historia de cuatro jóvenes amigos urgidos de recurrir a disímiles ocupaciones —y algunos pequeños delitos— para la supervivencia y la de sus familias. La misión de hallar un tesoro oculto bajo tierra marcará un viraje en la trayectoria de esta pandilla de muchachos de la calle forzados a matricular en una institución benéfica creada para educarlos. Uno de los protagonistas, Rouhollah Zamani, ganó el premio en la categoría de mejor actor o actriz emergente.
El cineasta ruso Andrei Konchalovsky es un mimado de la cita veneciana desde que concursara bajo la bandera entonces soviética y anteponía a su apellido el Mijalkov acompañante hasta que emigró a Estados Unidos durante un período. En la edición 13 de la Mostra Internazionale d’Arte Cinematográfica de 1962 triunfó su amigo Andrei Tarkovski al obtener el León de Oro (compartido) con “La infancia de Iván”, para el que escribió el guion. Cuatro años más tarde, por su sensible interpretación protagónica en “El primer maestro”, su ópera prima, la actriz kazaja Natalia Arinbasarova recibía la Copa Volpi a la mejor actriz. Al retomar el carácter competitivo —interrumpido en el período 1969-1977—, una de las películas norteamericanas de Konchalovski, “Los amantes de María” (1984), es escogida para el concurso.

 

El Gran Premio del Jurado de la 59. Mostra lo reconoce por “La casa de los locos” (“Domdurakov”, 2002). El León de Plata (premio al mejor director) lo recibió por vez primera gracias a “El cartero de las noches blancas” (2014) y lo compartió a los dos años por Paraíso. Andrei Konchalovski retornó a la gala de premiaciones en la pasada edición para recoger el Premio Especial del Jurado atribuido a su película “Queridos camaradas” (“Dorogie Tovarishi!”), incluida en la selección del certamen habanero. El guion original de Konchalovsky, escrito junto a Elena Kiseleva, su eficaz coautora de “El cartero de las noches blancas” (2014) y “Paraíso” (2016), reconstruye las circunstancias que rodearon los acontecimientos ocurridos en un remoto pueblo de la inmensa Unión Soviética en 1962.
A diferencia de años precedentes, confluyen en este apartado panorámico sobre obras sobresalientes en el contexto internacional, las tradicionales muestras de cine alemán y español que, al lado de filmes procedentes de otros países, serán objeto de un próximo comentario.