Never ever neverland

24 de octubre de 2014

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Jesús Francisco Yagües

Una de las agresiones más repugnantes y sofisticadas, entre todas, las que ha cometido el gobierno imperialista norteamericano, en contubernio con otros países e instituciones, contra nuestro territorio, fue el llamado programa u operación Peter Pan.

También conocido como Pedro Pan el proyecto tramitó entre los años 1960 y 1962, el éxodo hacia los Estados Unidos de alrededor de 14 000 niños cubanos que viajaron solos, hecho insólito sin precedente en el continente americano, que de no ocurrir la Crisis de Octubre de 1962 se hubiese incrementado enormemente, aumentándose sus terribles consecuencias.

Marina Ochoa directora, guionista, Licenciada en Periodismo y Sociología, emprendió la idea de llevar al cine nuevamente con Never ever neverland, pues ya la había realizado en 1995 al codirigir el documental “Del otro lado del cristal”, este tema tan complicado y sensible políticamente, pero de forma diferente, cubriendo una zona que no se había abordado en la obra anterior, ¿por qué pasó, a qué se debió, en qué contexto y quiénes lo protagonizaron?

Mediante un montaje paralelo que alterna imágenes de archivo de las transformaciones económicas que se verificaron en los años iniciales de nuestro proceso revolucionario a partir de las nuevas leyes, con la de testimonios de los descendientes de algunas de estas familias afectadas y el de personalidades que vivieron aquellos acontecimientos como Eusebio Leal Spengler, historiador de La Habana, y Manuel Pérez Paredes, Premio Nacional de Cine. A partir de estos elementos se lleva a cabo un análisis visual de aquellos tiempos y la apropiación que de esos momentos históricos hicieron los enemigos de la Revolución.

Never ever neverland, refleja objetivamente el trauma que desestabilizó a la familia cubana en aquella época en que se vio quebrada, y el capítulo más sombrío que en muchos casos provocó una separación definitiva. El material
es al mismo tiempo, como así se indica al final, un llamado de advertencia al hermano pueblo venezolano, pues en Venezuela el enemigo piensa reeditar la trágica experiencia por la que pasó el pueblo cubano.

Todos los que hemos leído, o visto el film basado, en el cuento Peter Pan, clásico de la literatura infantil del escritor escocés James Matthew Barrie, conocemos que la acción transcurre en el país del nunca jamás (Never ever neverland ), en el que los niños no envejecen, no recuerdan quiénes son, quiénes son sus padres, ni de dónde proceden, de ahí la genialidad de Marina Ochoa de bautizar su obra con tal significación.