Marilis Machado en la Bienal de la Habana

3 de mayo de 2019

Por: Mirta Yañez

 

 

Con el nombre de “Y la luz se hizo nuestra” un grupo de pintores cubanos organizó una exposición colectiva colateral a la XIII Bienal de la Habana, en la casa de la cultura del Romerillo, del 19 de abril al 23 de mayo.

Los expositores son Alejandro Serrano, Gaston Medina, Olga Lidia Ricardo, Yandy Felipe, Ireno García, Eubanis Zerquera y Marilis Machado.

El obvio objetivo conceptual del contenido de la exposición es adentrarse en los diversos caminos formales de la religión, aportando cada cual su mirada personal y novedosa.

Según el catálogo: “Esta muestra de diversa y plural oratoria religiosa, como género temática, nos amplía la exigencia artística a perfiles estéticos más contemporáneos y postmodernos, adentrándose en encrucijadas como la nacionalidad y el concepto como representación simbólica”.

“Los artistas con sus particulares visiones del arte religioso, despliegan su pasión artística y un profundo respeto ante estos asuntos tratados, una equilibrada armonía de las obras”.

En esta intervención crítica quiero abordar específicamente la obra de uno de ellos, de Marilis Machado. Esto se lo debo porque en mi libro de poemas premiado en Estados Unidos (The Visits and other poems/ Las visitas y otros poemas), su excelente labor pictórica contribuyó con una cubierta que hizo sensación entre los lectores. Por fortuna tengo también el cuadro original donde se ve una dama en estado de deterioro y soledad, pero aceptando la presencia de una bella flor. Drama y esperanza como considero que es la esencia del arte.

Asimismo, hizo la cubierta del libro de poemas de Minerva Salado, Herejía bajo la lluvia y otros poemas, de la Editorial Letras Cubanas.

Marilis Machado, tercer año de diseño gráfico, cuatro exposiciones personales y diecisiete colectivas, tiene una formación autodidacta y desde muy joven concentró sus esfuerzos en el arte. Y no solo en la pintura, sino en los dibujos gráficos donde colaboró con nuestro querido Rapi Diego en algunas publicaciones infantiles. También ha contribuido con ilustraciones en revistas. Su primera exposición se inauguró en el año 2001. Y ya, con la llegada de la modernidad, en presentaciones digitales.

Nació en el año 1954, en Santa Clara, y ese es un hecho a señalar porque ella me ha explicado que tanto la importancia de la infancia, como su estancia en Santa Clara forman parte de sus esencias como artista. Confirma que esto es lo que más se repite en su amplio y, añado yo, bello catálogo.

La dos obras que ha presentado en esta exposición se llaman “Santo por cuenta propia” (acrílico-lienzo 100 x80 cm.) y “Acto de Fe” (acrílico-lienzo 80 x 70 cm.). En ellas, la visión de la religión es renovada tanto en la forma, incluidos los colores, como en el concepto de la realización figurativa.

Tanto el rezo como la ofrenda a determinado santo en estos dos cuadros de Marilis, además de interesantes e infrecuentes, su visión personal se aleja completamente de los calcos religiosos a los que estamos habituados y su mirada a la religión es única y novedosa. Me conmovieron fuertemente.

Cuando comenzó su labor pictórica se concretó en sus contexto, y así se ha mantenido siempre, tomando para su inspiración su entorno y su propia vida. Incluso en una época muy anterior al presente se ocupó del sincretismo religioso. Me siento inclinada a decir que en las distintas manifestaciones de su carrera artística es ante todo original.