Los Corales regresan a La Habana

28 de noviembre de 2013

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Ana Lidia García Hernández.

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Cuba, Cultura, Festival de Cine de La Habana

Se acerca diciembre y, con él, los días para desempolvar bufandas y cumplir, reloj en mano, el itinerario de recorridos por los cines de la capital. Pero mientras, que aún faltan varios amaneceres para el comienzo del 35. Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, tenemos la oportunidad de apreciar hasta el 1ro de diciembre en el Cine Yara una selección de obras premiadas en ediciones anteriores del certamen.

Es así como “Amores perros” (2000), calificada en su momento de esplendor por algunos críticos como la “Pulp Fiction” mexicana, regresa a La Habana luego de haber recibido en esta ciudad el Coral de Ópera Prima. Como antítesis de la típica telenovela azteca, este filme describe la realidad de la capital más poblada del mundo a través de tres historias donde los perros constituyen metáforas para discursar sobre el amor noble y traicionero, la ambición, la vida y la muerte. La cinta de Alejandro González Iñárritu en su debut como director, no solo cautivó a la crítica especializada en Cannes, conformó la lista de los nominados al Óscar y al Globo de Oro, sino que también tuvo éxito entre los espectadores de su país y del continente que la calificaron como una película “conmovedora”, “realista” y “electrizante”.

En el mismo período en que “Amores perros” sumaba adeptos y premios, otra obra recibió los elogios de jurados y públicos. Se trata de “Yo, tú, ellos” (2000) del brasileño Andrucha Waddington, donde se narra la historia de una campesina nordestina que vive con sus tres maridos y dos hijos. Su tono de comedia y lo insólito de las decisiones de los personajes que emanan del querer ser y no del deber ser, le valieron el Gran Premio Coral en la cita habanera y el reconocimiento de la crítica en Cartagena de Indias.

Otras multipremiadas historias de amor coinciden en esta selección de Corales en el Yara. Si Ana y Ernesto, los protagonistas de “Personal Belongings” (2006) – ópera prima del cubano Alejandro Brugués y Tercer Premio Coral en el 29. Festival de La Habana – están destinados a la separación a causa del sueño de emigrar que ahora se hace realidad para él; Marcelo y Alicia están destinados al reencuentro en el filme argentino “Nueces para el amor” (2001), dirigida por Alberto Lecchi, donde el público cubano podrá ver al galán Gastón Pauls, esta vez junto a Ariadna Gil. La cinta obtuvo, entre otros, el máximo galardón de ese año en el Festival Viña del Mar y el Segundo Coral en el concurso habanero.

Desde la tierra del tango llega también “Iluminados por el fuego” (2005), de Tristán Bauer: un recuento de la Guerra de las Malvinas que se enriquece igualmente con la actuación de Pauls y que consiguió 15 galardones y 8 nominaciones de distintas instituciones y festivales nacionales e internacionales. Con esta obra, Bauer muestra los hechos históricos sin cortapisas e invita a reflexionar sobre la amistad que se afianza en momentos límites, el sentido de los enfrentamientos bélicos y sus consecuencias para los hombres que los protagonizan.

Precisamente, “Punto y raya” (Venezuela, 2004) aborda también el tópico de la amistad,  esta vez entre un soldado colombiano y otro venezolano en la frontera común, en medio de un conflicto armado. Esta cinta, donde su directora Elia K. Schneider se vale del género comedia para lanzar un mensaje antibelicista, fue pre-nominada al Oscar por Venezuela y se adjudicó 24 premios internacionales entre los que se encuentran el de La Habana, Huelva, Gramado, Biarritz, Bogotá, Santa Bárbara, Santo Domingo, San Francisco y el Festival Latino de Los Ángeles.

A pocos días de la inauguración de la trigésimo quinta edición de un Festival que comienza a cuestionarse hasta qué punto el cine que actualmente se hace en el continente es nuevo y latinoamericano, los cinéfilos de la Isla pueden acercarse a pilares de la cinematografía regional como “Tieta de Agreste” (1996), una obra del brasileño Carlos Diegues basada en la novela homónima de Jorge Amado; una película sobre los gozos y los sinsabores de la vida que muestra la estelar actuación de Sonia Braga, una viuda que regresa a su ciudad natal de donde fue expulsada en la juventud.

La mujer también se vuelve centro de atención en la “Teta asustada” (2009), filme de Claudia Llosa que sembró muchos admiradores en sus periplos de exhibición por el mundo. La cinta nos acerca a la historia de Fausta (Magaly Solier), una joven peruana de raíces quechuas que (según sus creencias) sufre una enfermedad llamada “la teta asustada”, que le transmitió, a través de la leche materna, su progenitora, quien fue violada durante la época del terrorismo en el Perú entre 1980 y 1992. Esta cinta ganó el Oso de Oro y el Premio de la Crítica FIPRESCI en el Festival Internacional de Cine de Berlín. Asimismo, obtuvo dos galardones en el 24. Festival Internacional de Cine de Guadalajara: Mejor Película y Mejor Actriz. También se alzó como triunfadora en el Festival de Cine de Bogotá y en el de La Habana. Como cierre de este círculo de lauros fue nominada a los Premios Óscar como Mejor Película Extranjera en el 2010.

Para conocer el mundillo de la prensa sensacionalista en Latinoamérica puede verse por estos días el filme “Tinta roja” (2000), por el cual el peruano Francisco J. Lombardi, quien ya nos regaló la magistral obra “Pantaleón y las visitadoras”, recibió el Coral de Dirección. Y si de directores que han atrapado corazones en Cuba se trata, es necesario mencionar al argentino Carlos Sorín de cuya autoría ahora se exhibe “El camino de San Diego” (2006), una película sobre la fe, sobre el efecto que los íconos pueden provocar en las personas, moviéndolas a actuar con una determinación inquebrantable. Una vez más sorprende el trabajo con actores no profesionales, que ya este realizador había ensayado con éxito en sus obras anteriores.

Finalmente, por Chile se exhiben “Play” de Alicia Scherson – egresada de la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños y realizadora que este año retorna con el largometraje en concurso “El futuro” –, y “Machuca”, dirigida por Andrés Wood, el artífice de “Violeta se fue a los cielos”, ganadora del Segundo Coral en la edición pasada del Festival de La Habana. La primera es una fábula urbana, una pequeña canción pop sobre un hombre que busca y una mujer que encuentra, laureada en el Festival de Cine de Tribeca, en New York; seleccionada por el público en varios eventos cinematográficos y Premio Especial del Jurado en la capital cubana. Además, estuvo nominada por Chile a los Premios Óscar.

Por su parte, “Machuca”, memoria de dos chicos de once años, exponentes de diferentes clases sociales y miembros de familias que defienden ideologías contrapuestas, se acerca al inicio de la dictadura militar en Chile desde otra visión. Obtuvo el voto popular de la audiencia en los festivales de Vancouver (Canadá), Portland y Filadelfia (Estados Unidos); además recibió el segundo Coral en La Habana y el lauro de fotografía que otorga este jurado.

Desde poéticas y geografías diversas, las obras agrupadas en la selección “Corales en el Yara”, exponen los aciertos y desaciertos de la cinematografía continental en las dos últimas décadas. La mirada a estas piezas cumbres realizadas años atrás en la región, constituye una invitación a la reflexión sobre el cine latinoamericano actual, uno de los ejes temáticos del Festival que en pocos días tendrá a los cinéfilos haciendo extensas filas afuera de los cines y desandando la Rampa capitalina.