Lisette, la manisera de la Habana Vieja: “La Habana es la cosa más linda del mundo”

1 de abril de 2015

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Jaime Masó Torres

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Habana Vieja, Pregón, Tradición

Por las calles del Centro Histórico de La Habana, una voz potente rompe con el ruido de la cotidianidad. La mañana toma esplendor en los pregones  de los vendedores callejeros y allí encuentra un lugar de privilegio: Lisette, una criolla que para vender su producto apostó por la mejor vía: la música.

“Me dicen la manisera cantante, otros, Rita, de cariño”, confiesa a este sitio mientras camina poco a poco y se detiene, una y otra vez, a saludar, a posar junto a algún extranjero que parece ver en ella algo “exótico”.
Lo sui géneris de Lisette no es que cante la famosa canción de Moisés Simons por las calles de La Habana Vieja. No, eso no es lo único que la hace original. Cuando conversas con esta morena gorda encuentras a un ser humano sencillo. Encuentras a una “cubanaza” que ve en su Habana la ciudad más bella del mundo aunque nunca ha estado fuera de ella, sólo en otras provincias del país.
Lisette quiere cantar con Lourdes Torres y Haila. Esos son sus sueños. “Esos pequeños sueños que también ayudan a vivir”.

¿Cómo empezó todo, Lisset?

 
Mira, te voy a explicar. Cuando empezaron las licencias, dieron demasiadas. No sabía qué hacer con mi producto, llevaba 14 años vendiendo. Un día se hizo aquí en La Habana una reunión de personas muy importantes, vinieron muchos a La Habana. Había frío, bueno, no había mucho frío, el cielo estaba nublado y tenía como cuatrocientos manís. ¡Jum! Qué me iba hacer, Dios mío.
Yo soy educadora de círculo infantil. Todas las educadoras sabemos que tenemos que ser “la mujer orquesta”: tenemos que cantar, cambiar culeros… Y siempre me gustó “descargar” desde joven. Tengo una amiga, Leticia, que me dijo: Lisset, canta El Manisero. Le dije: tú estás loca, si canto El Manisero la gente me va a tirar piedras aquí.
Empecé bajito, con pena. Pero vi que hubo una reacción tan linda y me quedé así… Desde ese momento dije: esta va a ser mi arma de trabajo.

¿Qué te dicen las personas por ahí?

 
Me desean mucha salud, que tengo mucha voz, que me la cuide. Otros me dicen que tengo la profesión equivocada, pero bueno, esta es la que me gusta.

 
¿Te gustaría cantar profesionalmente?

 
¡Me encantaría!

 
Junto a quién lo harías, ¿por ejemplo?

 
Te voy a decir francamente, el cubano tiene muchos sueños, pero yo me atrevería, así sin miedo, a cantar con Lourdes Torres. Sé que es muy buena cantante, que tiene una voz muy linda y de verdad que la admiro. Me gustaría mucho, sería uno de mis mejores sueños. Me encanta bailar casino y me atrevería también, francamente, a cantar con Haila. Son sueños, sueños que a lo mejor un día se me dan pero como dice el dicho: de la suerte y la muerte, nadie se escapa.

 
Lisette, ¿a que tú le llamas cubanía?

 
Cubanía yo le llamo respeto, amistad, solidaridad. Una cosa que tú puedas llegar a una persona y no sólo le compres su producto. Mira, yo me siento y todo el mundo me cuenta sus problemas. Yo no soy el cura y a eso le llamo cubanía. La gente me confiesa sus problemas, ¿y cuántos problemas tengo yo? Nadie sabe lo que se esconde bajo la piel de Lisette.

¿Cuánto influye La Habana en ti?

 

La Habana es la cosa más linda del mundo. Yo no he salido a ningún lugar pero he ido a provincias y tú extrañas todo: la bulla de los carros, los perros, el edificio.
Las personas se piensan que es mentira, pero La Habana es corazón, es un paseo, una diversión. Si te vas para otro lugar te sientes vacía. Yo, te lo juro, en otro país no me sentiría feliz.

 
¿Te sientes totalmente a gusto con lo que haces?

 
Sí, estoy complacida conmigo misma, que es lo principal en la vida. Al principio me sentía bien pero con pena, ya creo que la pena me la comí. No estoy haciendo nada malo, estoy siguiendo la línea que me enseñaron mis padres: el respeto y la amistad.

 
¿Tienes tiempo para divertirte?

 
Bueno, soy sandunguera como buena cubana. Lo mismo te bailo una rumba… un tango no me atrevería. Pero te juro que si me lo enseña un argentino soy mejor que él diez veces (Se Ríe).