Las esculturas de Cárdenas regresan a La Habana

21 de abril de 2014

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Ana Lidia García Hernández.

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Agustín Cárdenas, Cuba, Escultura

“Las formas del silencio”, es el título de la exposición que hasta el 13 de mayo de este 2014 acoge el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam. No siempre se tiene el privilegio de asistir a un gran acontecimiento de las artes visuales en nuestro país; por eso, sin dudas, el hecho de apreciar las piezas de Agustín Cárdenas, considerado el más universal de los escultores cubanos, es un recuerdo que quienes la visiten guardarán por siempre como un momento inolvidable.

Con la colaboración del coleccionista francés Robert Vallois, amigo de Cárdenas desde los años setenta del siglo XX hasta su muerte en 2001 y dueño de la Galería Vallois donde el legado de esta artista ocupa un lugar predominante, llegaron a Cuba 23 esculturas y 8 dibujos que muestran la destreza de un genio de la talla. En este conjunto, explicó a Habana Radio su curadora Marilyn Sampera, puede observarse el magnífico trabajo con las líneas que caracteriza su obra y, sobre todo, “su capacidad para sintetizar el tema de la negritud de manera tan refinada”.

Este artista bebió directamente del continente africano, aclaró a nuestra emisora el historiador del arte Roberto Medina, quien se ha dedicado a estudiar su obra durante años. “No vemos en él una cercanía a la cultura afrocubana sino una mirada a lo ancestral. Luego todo ese arsenal simbólico se enriqqueció en Europa donde fue acogido por los surrealistas”, precisó.

Esas formas que hoy nos hacen levitar, que nos conducen extasiados por la sala del Wifredo Lam, impactaron a los miembros de aquel grupo liderado por André Breton en París, que vieron “su capacidad de imaginación y el desbordar del inconsciente en su arte”. Según Medina, en Cárdenas “es evidente una reelaboración a partir de un referente; sin embargo, hay un proceso tan intenso de abstracción que es prácticamente imposible apreciar una relación directa con la realidad”.

Asimismo, la muestra nos acerca a la diversidad de materiales con los que creó: mármoles, maderas, bronce, entre otros. En algunas de las piezas se observa, incluso, su intención de transmitir sensaciones a través de las texturas. Ahora tenemos la oportunidad de disfrutarlas y también de descubrir nuevas conexiones con su gran amigo Wifredo Lam. En ello radica también la relevancia de esta exposición y el hecho de realizarse en el Centro que lleva el nombre del autor de “La Jungla”.

“Es una forma de rendir homenaje a la amistad que los unió. Además, existen muchas relaciones artísticas entre ambos como, por ejemplo, el vínculo con las raíces africanas y la reelaboración a partir de la influencia vanguardista. Son trayectorias artísticas que transitan por caminos similares: la relaciones con André Breton, quien curó y coordinó exposiciones de los dos. Son artistas que generaron otra visualidad porque llegaron a Europa con un mundo interior muy rico y desconocido en esos círculos”, sintetizó Jorge Fernández, director del Centro Wifredo Lam.

“El beso”, “Planta antillana”, “Después de la ventana”, “Forma vertical”, “Pequeño fogón”, son solo algunos de los títulos que integran el conjunto de este escultor que estudió en la Academia de Bellas Artes de San Alejandro de 1943 hasta 1949, que integró el Grupo de los Once en la década del cincuenta del siglo pasado y que fue galardonada en el año 1995 con el Premio Nacional de Artes Plásticas, distinción que compartió con la también escultora Rita Longa.

 

Palabras de la curadora Msc. Marilyn Sampera en la invitación oficial de la muestra

La demasiada espera tiene al fin su justa compensación en lo que, sin dudas, puede calificarse como acontecimiento cultural de la mayor relevancia en Cuba: la obra de Agustín Cárdenas, el más universal y reconocido escultor cubano (Matanzas, 1927 – La Habana, 2001), es expuesta en nuestro país.

Privilegio para nuestra cultura artística es esta extraordinaria ocasión de acercarnos a una reveladora muestra de la dimensión del gran artista cubano, que sintetizó en su pasión y dominio de las formas la génesis nutricia de África y Europa.

Necesaria, imprescindible, es entonces esta exposición de quien anclado en París, con su raigal negritud, con su talento siempre libre, siempre independiente, de modo trascendente, dio volumen y sensualidad, ritmo y misterio a una obra que lo convierte en referencia obligada del arte escultórico del siglo XX.

Debemos agradecer al señor Robert Vallois que hoy podamos acoger y celebrar esta muestra de 23 esculturas (en mármol, madera y bronce) y ocho dibujos de este gran artista.

La Galería Vallois presenta lo más sobresaliente del arte escultórico, y en sus exposiciones y catálogos ocupa lugar predominante el cubano Agustín Cárdenas. A Robert Vallois y a Cárdenas los unió una larga amistad que perduró hasta la muerte del artista.

“Las formas del silencio”, exposición organizada por la Galería Vallois y el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, hace perdurar aquella amistad a través del tiempo y constituye un merecido homenaje que Cuba, su tierra natal, rinde al artista que fue uno de los más grandes escultores del siglo XX.