La Oficina del Historiador por la salud y por la vida

23 de julio de 2021

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Maria Karla Villar Mora

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Convento de Belén, COVID-19, Cuba, Cultura, Dirección de Asuntos Humanitarios, Oficina del Historiador de La Habana

 

 

Han sido meses difíciles desde los primeros casos de COVID-19 detectados en Cuba. La capital ha sido una de las provincias de mayor incidencia de contagios por lo que proteger a su población es prioridad. En tal sentido, varias medidas han sido tomadas en aras de prevenir la propagación de la enfermedad, fundamentalmente en grupos vulnerables.

 

 

La Dirección de Asuntos Humanitarios de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH) ha sido una institución clave en este empeño al utilizar sus espacios para cuidar y proteger a personas de la tercera edad, contribuir al proceso de vacunación de la población de La Habana Vieja y más recientemente albergar en aislamiento a decenas de infantes con sospecha de COVID-19.

 

 

Desde hace aproximadamente dos semanas, el área destinada a la evacuación del antiguo Convento de Belén fue preparada por sus trabajadores para acoger en aislamiento a 50 niños y niñas junto a sus cuidadores, en espera del resultado de sus pruebas PCR.

 

 

La iniciativa, propuesta por Perla Rosales, Directora Adjunta de la OHCH y por el secretariado del Partido, fue acogida con entusiasmo y prontitud por los trabajadores de Belén y directores de otras entidades de la OHCH, garantizando en poco tiempo la habilitación de esta área con las comodidades posibles para los pequeños y el familiar que les acompaña en el periodo de aislamiento, según declaró a Habana Radio, Esther Ruiz Bofill, Directora de Asuntos Humanitarios de la OHCH.

 

 

“Nosotros somos Asuntos humanitarios de la OHCH, es decir, nos caracterizamos precisamente por la labor humanitaria que es la cara social más sentida que tiene la Oficina y realmente siempre tenemos la disposición. Hay que pensar –como plantea nuestro presidente– primero como país, después como lo que somos: una entidad del municipio de La Habana Vieja, y por tanto, de nuestra población; por lo que estuvimos muy complacidos de que se pensara en un área de nuestra institución para acoger a estos infantes, que están en una fase de espera y que ojalá la mayoría de ellos resulten negativos a esta pandemia. Para nosotros es bienvenido todo lo que se deba hacer en favor de la población, de nuestros niños, de nuestros adultos mayores, de nuestras personas con algún tipo de situación de discapacidad; y ayudamos en todo lo que resulte posible”, expresó Ruiz Bofill.

 

 

Durante más de 16 meses, trabajadores del Convento de Belén han protegido y atendido a más de 50 adultos mayores, proveyéndoles las necesidades básicas mediante la atención asistencial personalizada. Aislar dentro de la propia institución a niños sospechosos de Covid 19 no constituye un riesgo para los ancianos, gracias a las medidas estrictas que se han garantizado, así lo asegura la directora del centro.

 

 

“El área que tiene a los niños está bien delimitada, bien cerrada, no se comunica, no tenemos interrelación; o sea, los trabajadores de Belén lo que hicimos fue crear las condiciones, aportar los medios y los recursos que fueron necesarios y estuvo a nuestro alcance. Esa área está bien delimitada del resto, la entrada es por la calle Acosta, y para acceder al hogar de ancianos de Belén se sigue haciendo por Compostela. Nuestros abuelos siguen teniendo su sistema de cuidadoras y no se mezclan entre sí. Eso lo garantizamos”.

 

 

Cuenta además como un factor a favor de la prevención, que “tanto los trabajadores como los abuelos han culminado satisfactoriamente el ciclo de vacunación con Abdala y anteriormente recibieron tratamiento preventivo con Biomodulina T, las goticas de Prevengo-Vir que mejoran el sistema inmunitario, y ha sido continuo la suministración de té medicinales y el cuidado oportuno. Eso ha permitido que hasta el día de hoy ninguno de nuestros ancianos ni trabajadores se hayan contagiado de Covid, y mantenemos este mismo cuidado con el sistema de residencias acudiendo a este llamado de confinamiento por la salud y por la vida”, aseguró la directiva.

 

 

Mientras se espera y se lucha a nivel nacional por recuperar la cotidianidad y devolverle a los ancianos protegidos en el Convento de Belén sus actividades diarias, la institución, gracias al apoyo y dedicación de sus trabajadores así como de personal de Salud Pública, continua desplegando acciones humanitarias para el cuidado y la atención de los niños y abuelos, dos grupos poblacionales que han sido y serán siempre prioridad social para la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana.