La Habana elegante o la Habana de los contrastes
30 de junio de 2017
| |Fotos: Cortesía del artista
Luis Enrique Camejo ha hecho de las ciudades el centro de su quehacer: a lo largo de los años ha pintado Londres, Miami, París, Tokio, Nueva York y otras muchas, pero a La Habana vuelve una y otra vez porque, parece, que los misterios que atesora y reguarda la capital cubana con inagotables, aún en medio del deterioro ostensible en gran parte de ella.
Esa amorosa y probada fidelidad hacia La Habana ha hecho que Camejo (Pinar del Río, 1971) haya sido el pintor seleccionado para realizar una exposición auspiciada por el Consejo Nacional de las Artes Plásticas del Ministerio de Cultura –como parte de un programa más extenso–, para festejar el Aniversario 500 de la fundación de la Villa de San Cristóbal, a celebrarse el 16 de noviembre de 2019.
Pero por el momento, en la galería Orígenes del hermosísimo y recién remozado Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, puede verse La Habana elegante, exposición que incluye 33 piezas.
En conversación exclusiva con el programa Luces y sombras de Habana Radio, Camejo reveló el porqué de La Habana elegante.
“La Habana siempre va a ser elegante y tiene que ver con el nombre de una revista muy importante que circuló en el siglo XIX; era una publicación que trataba los temas de la sociedad y de la aristocracia habanera, pero también se convirtió en la cuna del modernismo en Hispanoamérica. En ella publicaron intelectuales como Rubén Darío, Julián del Casal y el propio José Martí, y en sus páginas se hablaba de lo profundo de La Habana y de lo que estaba sucediendo realmente, es decir, La Habana de los contrastes. Asumo ese título no apropiándome del espíritu de la revista sino basándome en la idea de la apariencia.
”Son imágenes que están dirigidas a mostrar una ciudad que actualmente está contrastada por la opulencia de la inversión y el turista que viene a ver una Habana que esta apuntalada, corroída por el tiempo y son espejismos de momentos que se suceden. Y creo que la elegancia esta, precisamente, en esa ironía”.
He seguido tu obra, y me parece que esta es la exposición más comprometida con el momento, es la más cercana a la realidad en que estamos inmersos hoy, ¿me equivoco?
Desde el punto de vista crítico mi obra es contemplativa, incluso utilizo la ciudad como símbolo. Mi representación tiene mucho que ver con la fotografía porque casi no hago apuntes, sino que parto de la imagen que yo mismo tomo, como si fuera un turista que está tratando de captar la mayor cantidad de fotos en un momento determinado, y después convierto lo captado en una sensación. Mi trabajo –más allá de explicar algo de carácter narrativo– está, quizás, más cercano a lo sicológico y a una atmósfera determinada que provoca estados de ánimo.
Ahora, estoy buscando esta vertiente que viene, quizás, un poco del trabajo del proyecto que exhibí durante la pasada Bienal de La Habana: la muestra se tituló Ruinas, y eran edificios que actualmente no están en ruinas, pero es una visión futurista de lo pudiera llegar a ser la humanidad dentro de unos años.
Son temas relacionados con la sociedad a nivel global y no con el contexto nacional. Pero, en definitiva lo nacional tiene que ver con lo internacional, es decir, que a partir de los problemas nuestros se pueden tocar asuntos universales.
Creo que tienes razón en lo que afirmas: me he preocupado más en esta exposición por marcar el momento presente, inmediato. De repente La Habana se ha convertido en una atracción. Por la propia situación política y económica de nuestro país, la ciudad se ha abierto al mundo y el turismo ve los problemas diarios como algo folklórico: eso es lo que quiero subrayar con esta exposición, o sea, lo que ve el turista y lo que vemos nosotros, y determinar hasta dónde está marcado lo que se siente y lo que se disfruta.
¿Por qué el papel manufacturado para los dibujos?
Encontré una editorial el Holguín que hacía este tipo de papel que llaman papiro. Este es un trabajo muy experimental y es la primera vez que lo acometo; siento que estoy exponiendo el experimento, no el resultado de un experimento. Es un trabajo muy gráfico y que semeja los libros para dibujar en los que solamente se colorea la parte que se reconstruye.
Ese proyecto se llama Nuevo renacer y está realizado sobre papel manufacturado y emplee la tinta china con la plumilla –la misma que pudo usar José Martí en el siglo XIX– y con un poco de color abrillantado intenté poner un oasis en medio de las ruinas reales. Solo tiene color los pequeños negocios particulares que están surgiendo; de ahí Nuevo renacer.
Háblame de estas acuarelas que son, a mi juicio, muy minimalistas…
“La acuarela es una técnica que siempre he llevado conmigo. Incluso mis telas –ya sean en óleo o acrílico– están influenciadas por la acuarela que, me atrevo a asegurar, es la más difícil dentro de las diferentes técnicas de la pintura. Por lo general quien la trabaja la emplea como proyecto o para formatos pequeños, porque en grandes formatos es compleja y difícil.
La acuarela es una técnica frágil y, al mismo tiempo, implica una seguridad en su ejecución. A veces, estoy una semana con la cartulina puesta en el caballete y no hago nada, porque estoy imaginándome cómo me voy a enfrentara ella.
¿Continúas trabajando por proyectos?
Así es. Siempre hago una estructura de proyecto y hay algunos que los pensé diez años atrás, incluso tengo uno que está estructurado, dibujado y no ha salido a la luz, quizás, porque han surgido otros más oportunistas que se han adelantado.
Esos proyectos quedan como sosegados y, en algún momento, salen. Puedo poner como ejemplo la muestra Montaje que se exhibió en el Pabellón Cuba durante la 33 edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. Montaje la pensé en 2005 y la materialicé en 2011. De esta exposición hay algo que me preocupa: dos murales que se van a perder cuando se desmonte la exposición.
¡No te puedes imaginar los conflictos que ha traído ese trabajo! Tengo dos grandes amigos que me han dicho hasta loco, que estoy perdiendo el tiempo y un montón de cosas más.
Pienso que tiene mucho que ver con la exposición: ¿cuántas cosas bellas se han destruido en la ciudad que no se pueden recuperar? No estoy hablando solamente de arquitectura, es decir de cosas físicas, tangibles, sino memorias que se han borrado totalmente. Hace unas décadas atrás, La Habana no solamente era llamativa por su arquitectura y los muchos lugares hermosos que tenía, sino también por los olores: aquí se hacía un tipo de asado, allá una repostería determinada, el brillo de los leones del Paseo del Prado… todo eso ha sido sustituido por una decadencia que espanta y que tiene que ver, creo, con un sentimiento de no pertenencia hacia la ciudad. Está el esfuerzo institucional y la obra del Doctor Eusebio Leal que es inmensa, pero hacen falta miles de Eusebios para levantar esta ciudad y, también, que la voluntad de la gente vaya en función de protegerla, de cuidarla.
Estos dos murales tienen siete metros por cuatro metros de alto y se integran a la exposición, porque es la misma idea; seguramente cuando concluya la muestra serán tapados con pintura blanca para restablecer el espacio, pero queda en la memoria porque esta exposición se está documentando. Además, formará parte de un futuro libro. La idea inicial era hacer el cartel de la exposición con la misma tipografía que tiene el catálogo que está concebido como si fuera el periódico La Habana elegante. Pero me embulle y empecé a pintar mientras montaba la exposición y así quedaron estos dos murales que, creo, completan la muestra.
¿Planes?
La Habana elegante estaba destinada a Galería Habana, de la ciudad Suiza de Zúrich, pero surgió la propuesta de hacerla aquí y me pareció fabuloso. Para mí Cuba es un laboratorio –aunque se venda o aunque no–, pero siempre es importante exhibir la obra en el lugar donde la estás produciendo y al que tú perteneces: es como el termómetro para el trabajo. La Habana elegante ira para Zúrich en agosto, pero los cubanos son los primeros en disfrutarla, inspirados en ellos se hizo.
Galería de Imágenes
Comentarios
Entradas Relacionadas
La sostenibilidad social, económica, y un foro sobre La Habana, en el XX Encuentro sobre Gestión de Ciu...
22 de noviembre de 2024
Siguiendo la dinámica de la anterior sesión científica se desarrolló esta tercera reunión entre expertos de diferentes países y formaciones académicas quienes debatieron alrededor de los temas más urgentes en las ciudades patrimoniales
Continuar Leyendo >>“Ubicar a las personas en el centro de las políticas públicas”
21 de noviembre de 2024
Con el consenso de que todo proyecto debe tener en cuenta al ser humano transcurrió la segunda jornada del XX Encuentro Internacional sobre Gestión de Ciudades Patrimoniales
Continuar Leyendo >>Inauguran en el Centro Histórico habanero el XX Encuentro Internacional sobre Gestión de Ciudades Patri...
19 de noviembre de 2024
“Hablemos sobre el Plan de La Habana” es el tema medular de la edición número XX del Encuentro Internacional sobre Gestión de Ciudades Patrimoniales que se celebra en el centro histórico habanero del 19 al 22 de noviembre
Continuar Leyendo >>