La fotografía no puede escapar del referente, pero puede trascenderlo

27 de septiembre de 2013

Artes plásticas, Habana Vieja, Oficina del Historiador

Por Onedys Calvo
Este viernes, a las 6 de la tarde, la Fototeca de Cuba, en su sede de la Plaza Vieja, inaugurará dos muestras fotográficas en las que figura Pedro Abascal, un artista cubano conocido por sus fotografías urbanas, en las cuales el referente documental se visualiza desde la impronta personal de este reportero poeta.

Fototeca de Cuba

En una de las propuestas Abascal, con curaduría de Ibis Hernández,  hace un mano a mano con imágenes del colombiano Santiago Escobar, en un verdadero diálogo entre los testimonios urbanos que cada uno ha realizado. La directriz de la muestra la conforman la manera personal en que cada uno ha percibido las múltiples coincidencias que en sus respectivos entornos, han interesado a ambos: ventanas, sombras, monumentos conmemorativos, transeúntes, reflejos, vehículos y otros elementos de la dinámica citadina.
En la otra, Universo Interior, se exhiben los resultados del taller que durante meses ha impartido en la UNEAC y que ha involucrado tanto a más conocedores como a principiantes, en una búsqueda a través del lente ya no solo del buen manejo técnico, sino de una sensibilidad personal y elocuente. Sobre el taller Abascal refirió: “Allí discutimos técnicas fotográficas, uso y manejo de la cámara, qué es un ensayo, cómo se arma un proyecto…, pero en definitiva, desde el primer día, todo lo que se habló sobre composición, de los recursos del lenguaje de la fotografía, de la filosofía de la fotografía,  de lo que es poesía visual, “caligrafía visual”, que es como me gusta llamarla a mí, estaba concebido para revertirlo en un proyecto que cada uno iba a realizar. En un momento determinado del taller se revisaba lo que cada uno había hecho y se hacían críticas. Yo pienso que fue enriquecedor para todos, porque yo pienso que todos somos aprendices; yo soy un grandísimo “amateur”, en el amplísimo sentido de esa palabra: amador, y aficionado, de afición.”
La exposición, conformada por tres piezas por cada tallerista, resulta una revisitación seductora de temas como la soledad, el glamour, la espera… pero que tienen como hilo común al hombre como integrante del contexto, fundamentalmente el habanero, desde el cual se sugieren múltiples nociones de vida con ángulos muy personales. La plasticidad que han logrado, enfocando escenas precisas y permitiendo fluir las capacidades semióticas de los fragmentos de la realidad que les interesan, recuerdan constantemente el proceder del líder del taller, quien aclara: “ es muy probable que se filtre mi manera de ver, pero cada uno tiene una mirada bien propia, muy particular, ninguno se parece al otro. Por supuesto, las ideas que hemos manejado en este tiempo están ahí, el ideario colectivo está ahí, y la fotografía no puede escapar del referente, pero puede trascenderlo, que es lo que han hecho ellos de manera maravillosa.
Integran esta visión múltiple y personalizada de la realidad: Amarilis Alemán, Ariadna Guillama Calvo, Daylene Rodríguez Moreno, Eduardo E. Pérez ramos, Elvys Ariel Urra, Isabel M. Pérez, José Ariel Alonso, Juan Alberto Matamoros, Julio César Imperatori, Laura DeMilán, Lorenzo López, Lourdes E. Bermúdez, Raismary Diamett Vargas, Víctor Manuel Méndez, William Ferrer, Williams Cruz, Yamel Santana y Yoel Ramón.