“La felicidad es hacer feliz a los demás”

8 de febrero de 2019

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Cuba, Cultura, FILCuba2019, Frei Betto, Literatura, Magda Resik

Redacción Habana Radio / Fotos: Alexis Rodríguez

 

 

Uno de los momentos más esperados durante la Feria Internacional del Libro son los habituales Encuentro con, que conduce la periodista Magda Resik desde hace casi 20 años. En esta 28 edición de la cita literaria, el primer invitado del espacio fue el teólogo brasileño Frei Betto quien compartió con los presentes sobre la reedición de su libro Fidel y la religión.

Resik inició el diálogo –prolongado por 40 minutos–, cómo presentaba nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro a Frei Betto, al calificarlo de “una persona de vasta cultura, amplios conocimientos y profundas convicciones. Un revolucionario de alta lealtad que ha defendido con vehemencia a Cuba y la Revolución. Sencillo, justo, igualitario y con una conducta comprometida con la realidad latinoamericana. En Frei Betto está presente un alto sentido de lealtad y amistad (…)”.

Publicado en varios idiomas, Fidel y la religión, vendió en Cuba más de un millón de ejemplares. “Después de tantos años sigue impactando a la gente leer las opiniones de Fidel, un líder comunista hablando positivamente del fenómeno religioso”, explicó Betto.

 

 

“No solamente tuvo un fuerte impacto”, continuó, “cuando salió en el ‘85 había colas y colas en las librerías. En Santiago de Cuba había 10 mil personas en la Plaza, en la presentación”.

“(…) Me alegra mucho que de nuevo, se haga una edición de este texto. Hacía falta. Espero que ustedes saquen mucho provecho de él”, agradeció.

Para la confección de este importante título, Betto conversó durante 23 horas en cuatro encuentros con el Comandante en Jefe, donde estaba presente el desaparecido intelectual cubano Armando Hart Dávalos, quien tuvo a su cargo el prólogo del volumen.

Lo novedoso de la actual edición, presentada en la sala Nicolás Guillén de la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña, lo constituyen las notas incluidas para la ocasión. El propósito es que la gente tenga mayor noción del contexto en que fue concebida la publicación.

Con respecto a los primeros años de estudios del Máximo Líder de la Revolución cubana, y de Raúl Castro Ruz, sentenció: “tuvieron una formación profundamente religiosa. No solo venían de una familia religiosa. Los dos estuvieron diez años en una escuela de jesuitas”.

Por tales razones Raúl Castro le comentó a Frei Betto en cierta ocasión: “he ido a más misas en mi vida que tú. (…) En aquel tiempo un alumno de un internado de una escuela católica tenía la obligación de ir a misa todos los días”.

 

 

“Muchos cubanos no saben que en la guerrilla de la Sierra Maestra había un cura, el padre Sardiñas. Estaba como capellán de la guerrilla, bautizando a los hijos de los campesinos, casándolos. Y luego del Triunfo, el padre recibió el título de Comandante de la Revolución·”. Recordó que el Papa Juan XXIII, “que era un hombre progresista”, le autorizó usar una sotana verde olivo, “como los uniformes militares de los Comandantes. Hay que rescatar esa historia que es importante y muchos desconocen”, señaló.

De igual forma se refirió al pueblo cubano “como muy religioso, sea la santería, el espiritismo, el catolicismo. Hay una cultura cubana fuertemente religiosa (…)”.

“Estuve en la peregrinación de San Lázaro, el 7 de diciembre. Me impactó muchísimo porque habían más de 5 mil personas rumbo a la Iglesia de San Lázaro. Entrevisté a muchas personas: jóvenes que hacían penitencias duras, de rodilla por la calle. Y yo preguntaba por qué tanta devoción. Un joven me comentó que era porque estaba agradecido. Había regresado vivo de Angola”.

El fraile brasileño rememoró sus primeras visitas a Cuba, coincidiendo con las giras papales, para brindar consultoría al gobierno cubano. Betto recordó que luego de la visita de Juan Pablo II, Fidel se reunió con un grupo de teólogos extranjeros que vinieron con el mismo propósito que él. Uno de ellos, italiano, “quiso agradar a Fidel y le salió mal”, dijo Betto, “diciendo que era absurdo el regalo de la corona de oro que el Papa trajo para la Virgen del Cobre, y que con el valor de la prenda se podían comprar muchas medicinas para los hospitales pediátricos”. A lo que el Comandante respondió, indignado: “La Virgen del Cobre no es solo la patrona de los católicos, es la Patrona del pueblo cubano”.

Resik en su siguiente pregunta recordó que Fidel, en su pensamiento, recurría siempre a esa sintonía entre los caminos del Señor y los del Socialismo. “Usted lo prueba en este libro”, le comentó la entrevistadora.

 

 

“Para mí el Socialismo es un nombre político para el amor. Cuando hablamos de Socialismo hablamos de una sociedad en la que la gente comparte lo que tiene, tiene los mismos derechos, no hay excluidos, oprimidos. Eso para mí es evangélico. Lo que quiso Jesús fue crear una sociedad donde compartir los bienes de la tierra y los frutos del trabajo humano”.

“En Brasil la gente me pregunta ‘Por qué si eres Fraile te metes en política‘. Porque yo soy discípulo de un prisionero político”, dijo enunciando la respuesta. “Que yo sepa Jesús no murió de hepatitis en la cama (…) Él fue aprisionado, torturado, juzgado por los poderes políticos, y condenado a la pena de muerte de los romanos, que era la cruz”.

“Y queda la pregunta ¿Si Jesús era tan bueno, tan dulce (…) por qué lo mataron con tanta crueldad? Porque dentro del reino del César él anunciaba otro reino, el de Dios. (…) Era un proyecto político histórico que estaba adelante. Ese proyecto se basaba en dos pilares: las relaciones personales –la capacidad de personar y amar–; y sociales –compartir los bienes–. Compartir el bien principal que tenemos que es la propia vida con los demás, sobre todo con aquellos que las tienen amenazadas. El proyecto del evangelio de Jesús es un proyecto político”. “(…) Creí que era importante rescatar esa imagen de Jesús y la religión como una propuesta profundamente liberadora”.

“No alcanzo a entender cómo hay religiosos que están en contra del Socialismo si viven en sociedades microsocialistas. Un convento, un monasterio es una sociedad microsocialista. Claro, por la fuerza ideológica que tiene el Capitalismo, que hace una asociación entre Capitalismo y Democracia. En el Capitalismo no hay Democracia”.

Magda Resik, para formular su siguiente pregunta, recordó a Betto una frase anterior suya: “En la cárcel aprendí que es posible vivir con muy poco, y que la vida vale por el sentido que le imprimimos y no por los bienes que poseemos”. ¿Por qué usted ha decidido apostar por ese bien espiritual que debemos poseer?, le interrogó.

“Lo que buscamos en la vida es ser felices. Pero el Capitalismo nos impone la idea de que la felicidad resulta en la suma de placeres y bienes. Cuanto más carros, casas, dinero en el banco, más feliz serás. La felicidad es una experiencia subjetiva y solamente se siente feliz la persona que hace a los demás felices”.

 

 

“La educación es un proceso de hacer a la gente feliz (…) No es para preparar mano de obra especializada para un mercado de trabajo. Esa es la concepción de la educación en los países capitalistas. La verdadera educación es aquellas que prepara a la gente para participar en los procesos sociales con conciencia crítica, y capacidad de discernimiento”.

“Cada vez más tenemos que trabajar la educación como un proceso político, no política de Partido, sino el sentido amplio de esta palabra” dijo el intelectual brasileño, invitado a la edición más reciente de Congreso Internacional Pedagogía 2019.

“Me alegra que cada año se haga en este país un evento internacional de educación. Es una manera incluso de valorar la función educativa de los profesionales cubanos”. Se refirió al método “Yo Si Puedo” y su aplicación en todas partes del mundo. “Ustedes tienen un patrimonio educativo inestimable. Tienen que estar orgullosos de él”.

“¿Cuáles son los aportes que usted reconoce de Fidel al pensamiento de izquierda en Latinoamérica?”, preguntó la anfitriona de la cita.

El Comandante devino “la inspiración básica de la Revolución cubana. Fidel fue profundamente martiano. Antes de liderar el proceso revolucionario cubano –reconoció Betto– Fidel siempre tuvo un espíritu internacionalista, que se manifestó en la presencia de médicos, maestros y profesionales en diversos países, donde brindan servicios al ciudadano necesitado de atención.

Otra de las cualidades del Máximo Líder de la Revolución fue su constante interacción con el pueblo “escuchando, hablando, participando y preguntando. Iba a los campos de cañas, las escuelas, las universidades y los centros de trabajo”.

 

 

Cuba es patria de grandes hombres y mujeres, que fueron recordados por Betto: “que este país tenga personas como Fidel, Martí, Raúl, Camilo, Vilma Espín, Haydée Santa María, quien fundó la más importante institución cultural en toda América Latina: la Casa de las Américas. Todo eso es una riqueza de esta Revolución, que tenemos que defender”.

Momento difícil resultó para nuestro país la desaparición física de Fidel Castro Ruz. No obstante ni Frei Betto, ni el pueblo cubano, demostraron temor. Así lo ratifican sus palabras: “la gente fuera de aquí me pregunta por qué Estados Unidos ha entrado a Irak, Libia, Siria y no a Cuba”.

“En Cuba –añadió– Estados Unidos va a tener que enfrentar un pueblo y vencer a un pueblo es imposible”.

La última pregunta de Resik tuvo una fuerte carga emocional para el entrevistado. “¿Cómo es eso de que se puede ser brasileño y cubano de corazón?” Su respuesta demostró una vez más su amor por la Isla: “es una razón afectiva. Ya perdí la cuenta de cuántas veces he venido aquí, me siento participante del proceso revolucionario”.