La cerámica en Cuba: ¿está viva?
11 de diciembre de 2018
Por Carlos Caparrós
Cuando nos referimos a las artes plásticas el subconsciente nos traslada casi al instante a un cuadro sujeto a un clavo en una pared. Y si hablamos de la cerámica, nos viene a la mente las clásicas ferias de artesanías en lugares tan concurridos como la Rampa. ¿Pero de cerámica artística?, de eso pensamos rara vez, más cuando en una ciudad tan teatral y poética como La Habana, eventos de esta naturaleza no están al doblar de la esquina, o al menos, no se promocionan como es debido.
La Bienal de Cerámica del Centro Hispanoamericano de Cultura quizás sea el evento más exclusivo para exhibir las esculturas, instalaciones y proyectos más novedosos del arte cubano, en franca alineación con la Bienal de La Habana, a celebrarse el próximo año.
El jurado del evento está integrado por exponentes de las artes plásticas cubanas. Ninguno de sus miembros es colaborador de la institución, pues al decir de Ana Ibis Rivero, museóloga especialista del Centro Hispanoamericano de Cultura, esto se hizo intencionalmente “para evitar que la admisión de los trabajos esté prejuiciada por intereses ajenos a la calidad y estética requerida”.
Al efecto, en esta edición estuvieron como jueces Alain Cabrera, fotógrafo y editor de la Revista Arte Cubano; Martha Jiménez, galardonada el año anterior con la Beca de Creación del Consejo Nacional de Artes Plásticas; y Ortensia Peramo, profesora titular de la Universidad de las Artes.
Este año el jurado admitió 43 obras pertenecientes a 39 autores exclusivamente cubanos, pues según la museóloga Ana Ibis Rivero, la Bienal está diseñada para promover los nuevos valores de las artes plásticas nacionales. Sin embargo, no están representadas todas las provincias del país. Al respecto, la especialista señala que “los creadores tienen una carencia de materiales y de transportación. Al estar en una provincia distante esto limita acceder a este tipo de certamen, sobre todo por presupuestos económicos. No obstante, hay autores de provincias cercanas como Matanzas y Pinar del Río, pero sí hay falta de representantes de otros territorios que en años anteriores habían participado.
”Tenemos que tratar de lograr un convenio con las instituciones provinciales y el Fondo de Bienes Culturales para un apoyo en cuanto a la transportación, porque sí existen ceramistas en esas provincias con calidad suficiente para estar dentro de esta muestra de la Bienal de Cerámica”.
De los autores seleccionados hay muchos que han seguido tradicionalmente una línea de trabajo específica. Otros, por el contrario, en esta oportunidad han roto diversos estigmas y su propio quehacer profesional hasta entonces observado. Eventos como este le sirve al Consejo Nacional de Artes Plásticas para palpar el estado de creatividad del arte cubano, cuyo matriz siempre se muestra cambiante.
Los autores por lo general se repiten en dos o más categorías, por tanto, la Bienal de Cerámica constituye la oportunidad idónea para que el artista plástico redescubra nuevas miradas en la escultura, las instalaciones y los proyectos.
Para cada muestra el jurado no toma en cuenta criterios de profesionalidad de los autores. O sea, todos los interesados pueden presentar sus obras sin importar que hayan cursado o no en una escuela de artes plásticas. Según confirmara la museóloga del Centro Hispanoamericano de Cultura, lo mismo uno puede encontrar a un abogado, un arquitecto o un artista plástico de formación dentro de la selección de autores exhibidos.
No figura tampoco dentro del proceso de admisión criterio alguno referente a la edad de los participantes ni a los vínculos laborales que puedan tener o no. Lo único que importa es el interés del artesano. Ana Ibis Rivero, nos amplía en lo adelante:
“El museo está abierto a todas las personas que tengan un interés en participar. Es una bienal con poco rigor: solamente exige que la cerámica esté hecha en Cuba y reúna los requisitos potenciados por la institución, como la originalidad, el dominio técnico de la forma y el dominio de los esmaltes, aunque algunas obras, por las características y la fuerza conceptual, han sido premiadas sin esmaltarse.
”Toda persona que venga con el don creativo es respetada por el museo, y para nosotros es importante que acuda a la institución porque se puede aprender de una biblioteca, de ese diálogo nuestro con los creadores, de poder visitarlos en sus talleres y decir cómo marcha su obra. Eso es lo más importante”.
El 14 de diciembre de este año, día de inauguración oficial, se darán a conocer a las 10 de la mañana los artistas premiados en esta edición de la Bienal de Cerámica, en la sede del Centro Hispanoamericano de Cultura, sito en Prado y Malecón en La Habana Vieja.
El evento se celebra una vez cada dos años. En esta oportunidad, está dedicada a la temática de las esculturas, instalaciones y proyectos relacionados al difícil arte plástico contemporáneo. Diversas formas y temas, desde las más tradicionales hasta las más abstractas, se exhibirán al público en esta ocasión. Las obras en exhibición suelen tener un gran lirismo conceptual, a pesar de la simpleza con la que son tratadas algunas; obras que en definitiva tienen el gran valor de ser hecho desde y por ceramistas cubanos.
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