La belleza convertida en cerámica
11 de diciembre de 2019
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La Habana y Estambul son dos ciudades que comparten el gusto por lo bello, por eso, desde este diciembre, un hermoso mural de azulejos que representa a las dos ciudades quedó emplazado en el Centro Histórico de la capital cubana.
Estos exquisitos azulejos representan el cenit cultural y artístico del Imperio Otomano, según explicó Kerim Akbaygil, Gerente General Fundación Iznik, la cual donó la pieza. En la charla se explicó, además, que la característica más importante que diferencia el azulejo de Iznik de otros azulejos, es un tipo de vidrio llamado “frito” en su masa.
El frito se mezcla con cuarzo, el cual constituye el principal ingrediente, y con una arcilla muy especial desenterrada en esa ciudad turca. La otra característica del azulejo de Iznik es su patrón. En los patrones de azulejos, los dibujos no se retratan exactamente igual, sino que se dibujan con secciones horizontales y verticales. Asimismo, los colores utilizados se colocan debajo de un vidrio como relieve.
El interés personal y los esfuerzos han permitido a la Fundación de Educación y Formación de Iznik establecer el Centro de Investigación de Cerámica de Azulejos de Iznik con la intención de investigar académicamente la cultura y las técnicas de las baldosas y cerámicas de esta región, según refiere el sitio web de la institución.
Durante el encuentro realizado en la Sala de Conferencias del Museo de la Ciudad, restauradores y trabajadores de la Oficina del Historiador de La Habana aclararon sus dudas en cuanto a las técnicas utilizadas en estos azulejos.
La calidad producida y alcanzada ha reintroducido los mosaicos de Iznik en el mundo y los ha convertido en una parte inseparable de nuestra vida cotidiana y moderna. Ahora, La Habana, y específicamente la intersección de Lamparilla y San Ignacio, se une a países como Japón, México y Chile en mostrar un hermoso mural.
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