Jóvenes jueces recorren ruta Casa Eusebio Leal Spengler

31 de marzo de 2022

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Francisco Delgado

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Es hecho indiscutible que nuestra época está llamada a preservar la memoria y el patrimonio histórico que nos distingue y nos representa en el imaginario universal. Una razón que invita a los cubanos a seguir descubriendo los enigmas de una huella interpretativa en el Centro Histórico de la Ciudad de La Habana.

A juzgar por los 20 jóvenes jueces que representan el Sistema de Tribunales de Justicia, y que en próximos días estarán sesionando en un Encuentro Nacional dedicado al aniversario 60 de la Unión de Jóvenes Comunistas y a la rendición de cuenta del Tribunal Supremo a la Asamblea Nacional del Poder Popular, los motivos de este recorrido por la ruta histórica Casa Eusebio Leal Spengler, resultan esenciales para conocer aún más de los atributos de nuestra conciencia nacional, y junto a ella, la arquitectura de los más distintivos inmuebles que conviven en la actualidad en el Centro Histórico.

 

 

El recorrido por la Ruta Casa Eusebio Leal Spengler es uno de los nuevos valores agregados a la Agencia de Viajes San Cristóbal de La Habana, en ese infinito deseo por que se reconozca y difunda la obra más trascendental del Historiador de la Ciudad, y al mismo tiempo, se disfrute de la espiritualidad que tanto defendiese Leal en su andar cotidiano por La Habana Vieja. Esos colores, sonoridades, símbolos, estatuas y calles que a su interior representan a la bella y mística ciudad.

 

 

La Plaza de Armas, el Colegio San Gerónimo de La Habana, la Casa Asia, la Casa de Gastón Recio y la Casa Simón Bolívar fueron de los sitios de referencia para el diálogo más íntimo de estos jóvenes jueces en su andar por la histórica Villa de San Cristóbal. En sus miradas reflexivas y con cierto tono de asombro, podían percibirse las ideas más románticas de un derecho propio, incluso más allá del escenario de impartir justicia, advertido en la necesaria convicción de ser actores celosos de la conservación del patrimonio.

Esta labor que pareciese solo responsabilidad social de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH) se traduce a una acción permanente para quienes la visitan, y así lo hicieron notar los jóvenes jueces en sus momentos de plática con los especialistas que participaron en la ruta Casa Eusebio Leal Spengler.

 

 

Los jóvenes Yusmielis García Clarx, Presidenta del Tribunal Municipal de lo Mercantil en Boyeros, y Alberto García Nodal, Juez Titular de la Sala 2 de lo Penal en el Tribunal Provincial de La Habana, confirmaron a la Emisora Habana Radio, cómo este recorrido les permitió aprehender aún más del camino de los historiadores, investigadores y estudiosos de la obra de Leal. Además de conocer a varias de las personalidades que nos han antecedido en las distintas etapas de la historia colonial, como mismo de los rasgos más icónicos de Cuba y de La Habana.

 

 

Aún sin llegar al destino final de la ruta Casa Eusebio Leal Spengler, una parada singular en la sede del Plan Maestro y la Red de Oficinas del Historiador y del Conservador de las Ciudades Patrimoniales, devino en atractivo y singular encuentro para conocer de las cualidades que definen el desarrollo integral en el Centro Histórico, y de una parte de sus proyectos sociales y culturales. Su coordinador, Arsenio Sánchez Pantoja, explicó cómo estas oficinas suelen representarse como la carta de navegación de ese testimonio más vivo y perceptible que estampa a las prácticas continuas de la gestión de la conservación y la restauración del patrimonio.

 

 

Durante todo el trayecto de la ruta por varias de las calles más antiguas de la ciudad, tanto Mercaderes y Oficios, como la céntrica Amargura, el responsable de la Casa Leal, el joven Ariel Gil Gómez expresó cómo se fueron trazando auténticas simetrías en el paisaje urbano, y también en el manejo con serenidad y creatividad de los trabajos de restauración para devolver a la ciudad sus aires fundacionales.

 

 

Admirados por este acompañamiento sensual con la historia y la memoria, los jóvenes jueces llegaron a la Casa Eusebio Leal Spengler. Allí desafiados por el tiempo y las lógicas narrativas continuaron hurgando en el infinito conocimiento por la majestuosa y humanista obra del Historiador de la Ciudad.

 

 

Los jóvenes jueces caminaron con delicadeza, y en silencio, observando cada detalle y pieza mostrada en los distintos salones de la que fue también casa del admirable cubano Francisco de Arango y Parreño. Y nada más exótico y profundo que contemplar los acordes de una composición prodigiosa, llena de misterio y osadía como la admiraba y recreaba el propio maestro Leal. Una filosofía de vida que respeta y enaltece con orgullo, Ariel Gil, cuando explica a detalle que cada objeto tiene en sí mismo una cualidad, un sentido ecuménico y sobre todo, una curiosidad a punto de ser revelada.

Quizás por ello, reza en el Salón de los Honores, aquella frase sentenciosa y firme de Leal cuando dice: “Es para Cuba que recibo los honores”.

 

 

El salón de reuniones, el despacho y los pequeños espacios exteriores de las dos plantas de la casa Leal fueron minuciosamente esbozados para estos jóvenes jueces, que descubrieron en los secretos de la arqueología, la intensa sed del trabajo de Eusebio Leal Spengler por rescatar cada piedra sumergida o mural escondido, tal como se puede percibir en la planta alta del inmueble.

 

 

La despedida no fue solo con el típico adiós, sino con aquel compromiso más sabio y persistente que puede hallarse a través de la lectura. De manos de Ariel, los jueces recibieron libros de Eusebio Leal, donde se recopilan parte de sus memorias. Esas que siguen denotando como el propio reloj más antiguo y futurista, los segundos y minutos de cada día y jornada de trabajo en la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana.