Gilda Guimeras y la profecía de Naborí
21 de marzo de 2018
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Gilda Guimeras nació en La Habana pero, por circunstancias de la vida (y del amor), hoy vive en Guanajay, provincia de Artemisa. En este pequeño pueblo del occidente cubano, Gilda ha escrito la mayoría de su obra: crónicas, entrevistas, poemas…
Hace algunos años fue perdiendo progresivamente la visión hasta quedarse completamente ciega. Todavía así, atravesando lo que creemos pueda ser un problema, Gilda sigue su labor y sigue también ganando reconocimientos. Por ejemplo, en el 2015 ganó en el Premio Tiflos de Literatura de la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE), entre otros.
Me cuenta Gilda que un día visitó a Jesús Orta Ruíz, El Indio Naborí, y como muchos ya había leído toda su obra. En medio de la conversación, Naborí le dice: “Tú eres poeta”.
La novel escritora respondió negativamente y Naborí insistió: “Pero tú puedes escribir poesía”.
Confiesa Gilda que aquello le llenó de emoción y significó un alto reconocimiento. Siguió con sus narraciones, impartiendo clases, colaborando con diversas publicaciones periódicas o como directora de museo hasta que llegó Quien llega a los andenes, su primer libro de poesía donde, de manera brillante y clara, con lenguaje transparente y comunicativo, Gilda traslada a los lectores a los paisajes caribeños, con un dominio del verso nada común y lleno de expresividad.
Gilda ha publicado los libros de cuento Es mejor la noche (2008), Estaciones de Eva (2012) y el libro de crónicas Contado en pocas líneas (2016), este último volumen un valiosísimo material para los amantes de la historia, contado como quien habla contigo frente a frente. Gilda sí sabe contar la historia de una manera diferente y ojalá vean la luz otros textos similares. Le pregunto si se atreve a conceptualizar la poesía, como lo han hecho otros. Y esta es su respuesta:
“Yo realmente no conceptualizo nada. Primeramente, porque no me he dedicado a reflexionar profundamente sobre eso y, además, porque los conceptos son un poco escurridizos: lo que tal vez un día defines de una manera, en otros se te antoja que no, que era de otra.
”Pienso que la poesía puede ser algo así como un destello, una iluminación. Es algo que, por lo menos en mi caso, llega, no sabes exactamente de dónde: tal vez de tus reflexiones, observaciones, de todo lo que has vivido, lo que has sentido y de buenas a primera te ilumina, y descubres que ilumina también a alguien, que le da un mensaje. La poesía tiene esa magia de poder abarcar en palabras cosas muy profundas, en muy pocas palabras, sintetizar cosas profundas.
”Hay algunos poemas que asumo desde mí misma, pero que en realidad no son mis vivencias, sino de otras personas que yo he tomado como propias. Es un poco complicado poder entender que yo, no solo con mi problema visual, sino con otras enfermedades en sentido general, me sienta una persona feliz, una mujer realizada, es algo difícil de entender.
”Tal vez la poesía en alguna medida ayuda a canalizar y a catalizar todas esas cosas”.
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