Fiesta del piano en el Centro Histórico

26 de mayo de 2013

Ofelia Sandar Valles

Eusebio Leal, Jóvenes pianistas, La Habana, Música, Oficina del Historiador, Sala Ignacio Cervantes

Con sede en la Sala Ignacio Cervantes (Prado esquina Ánimas) y la Basílica Menor de San Francisco de Asís del 25 de mayo al 9 de junio tendrán lugar, todos los días a las seis de la tarde, los conciertos del Primer Encuentro de Jóvenes Pianistas.
El agobiante calor no fue limitante para que la Sala Ignacio Cervantes, del Antiguo Casino Español, se colmara de público durante la gala inaugural del I Encuentro de Jóvenes Pianistas, celebrada este sábado 25 de mayo, a las seis de la tarde.
“Ahora lo importante es que asistimos al primer encuentro de jóvenes pianistas y mi primera palabra debe ser una gratitud al maestro cubano Salomón Mikowsky, que durante mucho tiempo ha extendido su esfuerzo y su mano generosa, para que esto sea posible”, dijo el Dr. Eusebio Leal Spengler, Historiador de La Habana durante las palabras de bienvenida a los que se dieron cita.
Leal, aseguró que dedicaba su mensaje también “a todos aquellos artistas que han decidido sumarse -gracias a la invitación del maestro Salomón- para participar en este encuentro. Quisiera destacar que no será el primero y que muy pronto esta sala tendrá en el propio paseo de José Martí -el Prado de La Habana- un equilibrio perfecto con la inauguración el próximo mes de noviembre de la gran sala del teatro José Martí”.
“La restauración del teatro Martí- que es inmensa en relación con lo que pudimos hacer en este sitio- merece especial detenimiento. Quizás allí aprovechando las excelentes condiciones acústicas, la perfección del trabajo de restauración, podamos tener, eventualmente, además de las funciones del teatro lírico y otras de la tradición cubana ajustada a nuestros tiempos; un festival con esta jerarquía que nos mantendrá durante varios días, prisioneros del piano, que es precisamente el centro de este primer encuentro, un piano que en este caso atravesó el mundo gracias a la generosidad de nuestro amigo -tanto físicamente, como espiritualmente. Yo sé lo que significa para él este día y sé que ninguna palabra escrita podrá superar la gratitud que le profesamos”.
“En nombre de la Oficina del Historiador y en el mío propio quiero agradecer también a la Doctora Musicóloga, Miriam Escudero que incansablemente trabajó durante todo este tiempo para hacerlo posible y a todos aquellos que han contribuido, muy particularmente a mi colaboradora Gertraud Ojeda, que a lo largo de los años estuvo intensamente al servicio de la cultura y de la música, y así seguirá siendo”, concluyó el Historiador de La Habana.
En tanto, el profesor Salomón Gadles Mikowsky -director artístico del evento- dio las gracias “al excelentísimo Historiador de la Ciudad de La Habana, una persona que ha hecho milagros. Yo que nací aquí en el año 36 y me crié aquí hasta los 18 años recuerdo esta ciudad muy bien, y claro hay mucho por hacer pero me siento orgulloso del trabajo que se ha realizado y lo que quisiera es vivir largo tiempo para ver el fruto final de una labor tan importante”.
Recordó Mikowsky que aunque la idea del encuentro de jóvenes pianistas empezó hace muchos años “con entrevistas que el Historiador y yo tuvimos con la ayuda de nuestros mutuos amigos”, se cuajó en un vuelo hacia La Habana que realizaron juntos. “Esas dos horas que él no tiene para dárselas a nadie me las tuvo que dar a mí porque estábamos sentados uno al lado del otro”.
Este es solo el comienzo, el valor del Festival se verá al final, aseguró. Quiero también recordar en este momento a mi gran amigo Germán Amado Blanco, nadie como él me instó a realizar estos conciertos, él sabía el entusiasmo que yo tenía, y me aconsejó tanto, intercambiamos tantos correos, tantas conversaciones. Me siento muy triste que él no pueda estar con nosotros pero su esposa está aquí y al final del programa del concierto se le rendirá tributo con la pieza Estudio op. 2 de Scriabin, que mi alumna Wenqiao ofrecerá.
Así comenzaba esta primera jornada del Encuentro de Jóvenes Pianistas. Pero, sin dudas, lo mejor estaba por ocurrir. Todos esperábamos el momento en que apareciera en el escenario la joven china de 15 años Wenqiao Jiang, encargada de ofrecer el primer concierto de los 16 que recoge este encuentro que se extenderá hasta el 9 de junio.
Como bien dijo su profesor, Wenqiao asumió el reto no solo de interpretar el programa de este sábado que incluyó obras de Franz Liszt, Béla Bartók, Enrique Granados, Gian Carlo Menotti y Frédéric Chopin, con técnica y virtuosismo sorprendentes. Sino que también se aprendió de memoria las 40 danzas de Cervantes que interpretará en su presentación de este domingo 26 de mayo y las seis danzas afrocubanas de Lecuona.
“Es un reto para una joven pianista china y para un profesor cubano enseñar el ritmo, el sabor de una danza cubana, lo importante es que memorizó no solamente la música sino los títulos que tuvo que traducir al chino para saber de qué se trataba el contenido de cada una de las danzas”, culminó Salomón.
Wenqiao brillo con luz propia, arrancó aplausos ininterrumpidos al finalizar la ejecución de cada obra, buena antesala de lo que será su revelación este domingo cuando cautive a los asistentes con la interpretación de las danzas de Cervantes y de Lecuona.
Al terminar su concierto Wenqiao, recibió el saludo de Zhang Tuo, Señor Embajador de la República Popular China en Cuba.
Al I Encuentro de Jóvenes Pianistas asisten talentosos ejecutantes de ese instrumento de diversas partes del orbe. Músicos de China, Belarús, España, Corea del Sur, Rusia, Egipto y Estados Unidos, mostrarán lo mejor de su arte a partir de partituras de Wolfgang A. Mozart, Ludwig van Beethoven, Federico Chopin, Johann S. Bach, Franz Liszt, Serguei Prokofiev, Ignacio Cervantes, Ernesto Lecuona, José María Vitier y Frank Fernández, entre otros.
La participación cubana estará marcada por la presencia de Liana Fernández, Willanny Darias, Daniel Rodríguez, Aldo López-Gavilán y Harold López-Nussa, estos últimos a cargo del cierre del programa de conciertos el 9 de junio, en la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís.