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Fiesta del cine en lengua portuguesa

9 de mayo de 2017

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En momentos que festejamos con euforia la selección de la copia restaurada de Lucía (1968), de Humberto Solás por The World Film Foundation y la Cineteca de Bologna para la sección CANNES CLASSICS del magno certamen, la Cinemateca de Cuba inauguró el pasado viernes 5 de mayo el Primer Festival de Cine en Lengua Portuguesa. Fascinado por la arquitectura, Solás, a través de un trío de personajes femeninos tendió puentes entre otras tantas épocas clave en el devenir de nuestra nación. Con esta vocación plural, la presente muestra toma como punto de partida la lengua lusa, conmemorada justamente ese día 5, para establecer conexiones entre siete países de cuatro continentes unidos por ese idioma, desde el gigantesco Brasil, generador en los áureos años sesenta del Cinema Novo, hasta el distante y pequeño Timor-Leste, que busca un espacio para su novel cinematografía en el mapa del cine contemporáneo.

Descuella en este vertiginoso panorama que se exhibe en el Multicine Infanta, el influjo del cine portugués que no pocos clásicos legó a la historia del séptimo arte, en particular por medio de la obra de quien fuera uno de los más longevos cineastas en activo, Manoel de Oliveira, que transitó del silente al sonoro y al que solo la muerte pudo arrebatarle su pasión por el cine. La Cinemateca de Cuba se propone rendir homenaje a este hombre de tres siglos en los próximos meses en colaboración con la Cinemateca portuguesa.

Resulta difícil todo intento de establecer conexiones temáticas, estilísticas o generacionales entre los ocho títulos conformadores de esta muestra marcada por la pluralidad. El conjunto, unido por un idioma común, nos introduce en el reino de las imágenes incuestionables: estas películas tienen el don de revelarnos páginas de la historia de los países que las generaron a través del documental o la ficción con mayor o menor dosis de agudeza o mirada incisiva al aproximarse a muy diferentes realidades en cada territorio. Las embajadas de esas naciones se unieron en un esfuerzo confirmador de lo que afirmara el teórico Pierre Sorlin: “Es en este terreno, en el reino de las imágenes, en el que el cine nos cuenta algo concerniente a la visión común del mundo que nos rodea”.

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