Exitosas presentaciones de Acosta Danza
22 de septiembre de 2017
|Fotos: Beatriz García
Un variado programa presentó la compañía Acosta Danza, recientemente en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso.
Aunque la primera de las dos semanas programadas con el nombre de SEPTIEMBRE, tuvo que ser suspendida por la llegada del Huracán Irma, del jueves al domingo siguiente recordamos las palabras de su Director General, el internacionalmente reconocido bailarín Carlos Acosta, cuando al lograr su propósito de fundarla a finales del 2015 y hacer su Premier en abril del 2016, expresó: “Este es el legado que quiero dejar a mi país: mi filosofía, mis conocimientos, que se den cuenta de los privilegiados que somos los cubanos. Este es un trabajo de carácter educativo. El cielo es muy amplio y todos tienen cabida en él”.
Así lo sentimos al empezar la función con la coreografía de Marianela Boán “El cruce sobre el Niágara”, a cargo de dos bailarines hombres que, en momentos solos y otros unidos, transmitían ideas, sentimientos, inspirados en una pieza teatral homónima del dramaturgo peruano Alonso Alegría, Premio Casa de las Américas en 1969.
Seguidamente, con un elenco integrado por cuatro parejas y un solista, “Belles Lettres”, coreografía del estadounidense Justin Peck, se inspira en el universo lírico de la literatura y su confluencia con las artes, “se desenvuelve entre la intimidad y la vehemencia, como la música de cámara de Cesar Franck que la sustenta”.
Entonces, después de un intermedio, llegó el esperado Estreno Mundial “Imponderable”, realizado por uno de los coreógrafos fundadores de Acosta Danza, el español Goyo Montero, quien captó a Owen Belton para interpretar la música sobre canciones del trovador Silvio Rodríguez, introducidas en la obra de una enriquecedora y especial manera, pues no se trataba solo de cantar y bailar a la vez, los bailarines lo hacían cuando Silvio recitaba sus canciones poéticas; como explica Montero, se propusieron “una reflexión sobre lo incomprensible, lo indescriptible y lo que, como dice el título, no podemos medir: el peso del alma, el espíritu”.
En la siguiente obra “Nosotros”, la joven bailarina de la compañía “Malpaso” Beatriz García quiso – según sus propias palabras – “crear un viaje sobre los momentos claros y oscuros de una relación de jóvenes, sus encuentros y desencuentros”, con la música en vivo creada para la ocasión por José Victor Gavilondo e interpretada sobre el escenario por la pianista Lianne Vega y en el cello Alejandro Martínez.
Para cerrar alegremente la noche estuvo “Twelve”, con concepto y dirección de Jorge Crecis y música de Vincenzo Lamagna. En ella, doce bailarines se lanzan unos a otros botellas de líquido, muchas veces a largas distancias, pero sin fallar. La pieza fue presentada como danza-deporte, según explica el programa: “explora los límites del cuerpo humano”, “un riesgo real que pone a prueba la resistencia física y mental de doce bailarines que tienen que hacer lo imposible para lograr lo imposible”; pero sí, transcurre en un ambiente de regocijo, que promueve un final feliz, expresión de la diversidad estilística de los bailes de Acosta Danza.
Al apreciar los temas que a través de la danza se llevan al público, sentimos la diversidad del programa, su disfrute profundo, en cuanto vinculan los bailes con los hechos de la vida del ser humano que, por difíciles, no llegan para nada a ser trágicos. También damos las gracias a Carlos Acosta, al apreciar cómo la compañía, creada a partir de su interés, se consolida, sigue adelante, con criterios, ideas, que provocan al público a mantenerse al tanto de sus programas.
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