Esto es Paraguay, no se confundan

15 de julio de 2013

Por Thays Roque / Estudiante de periodismo
Un país con nombre de río se pierde en la memoria de los pueblos que le rodean, que le hacen sombra, que comparten con él sílabas y fronteras. Se pierde porque se ignora, porque se confunde, pero existe, allí está: al sur, hay un país con nombre de río.

“Esto no es Uruguay”, es Paraguay.  Así se titula la exposición que quedó el inaugurada en el Centro de Arte Contemporáneo Wilfredo Lam, en La Habana Vieja. Una institución cultural destinada al estudio, la investigación y promoción de las artes visuales contemporáneas, y que esta vez abre sus salas a la producción artística proveniente de Suramérica.

“Esto no es Uruguay”, es una muestra de los artistas Erika Meza (Paraguay) y Javier López (Cuba), un dueto artístico que comparte la inquietud de expresar, a través de video-performances y fotografías de ácido y crítico humor, una mirada trasgresora a la desmemoriada sociedad paraguaya, a la pérdida de la identidad, la política y actitudes mercantilistas, y de consumo.
Jorge Fernández, director del Centro, comenta que con la exposición  “se propone un acercamiento, desde el arte, a la compleja realidad del Paraguay. A su vez, presenta una panorámica de la producción artística de esta pareja creativa, que opera sobre ejes temáticos específicos como la dinámica de –lo que ellos llaman mercado de la pobreza–, el poder político y también la familia”.
Enunciada como un slogan desde el mismo título de la muestra, “Esto no es Uruguay” comparte algunos de los cometidos y estrategias que estos creadores condensan en su quehacer: la construcción metafórica, la síntesis expresiva, la denuncia, la inmediatez, e incluso, la ironía.

Según Margarita González, curadora de la exposición, Erika y Javier se han propuesto “promover el análisis del modus operandi del sistema poscolonial imperante en Latinoamérica, a través del diseño de mapas socioeconómicos de lo que ellos llaman el mercado de la pobreza, donde se insertan variables en tránsito que les permitan generar cortocircuitos mediante la construcción de imágenes”.
El tratamiento de la llamada “cultura periférica”, las crisis de valores, la actitud de las minorías étnicas frente a la globalización, el rostro indio de un Paraguay desprotegido ante la injerencia, de todo tipo, son matices que conforman el discurso de la muestra, que permanecerá hasta el 16 de agosto próximo. Temáticas que aparecen abordados desde las bondades del video (soporte con el que registran las acciones performáticas que realizan en espacios públicos), la gigantografía digital, la escultura y la instalación, y que aparecen reorganizados en la muestra en tres subtemas, para su mejor comprensión: Economía, Memoria e identidad y Legitimidad dentro del campo cultural.
Desde su título, “Esto no es Uruguay”, los artistas aclaran con sarcasmo una de las habituales confusiones con el país vecino, una confusión que sin ánimos problemáticos, y si bien de lucidez,  puede advertir un menosprecio que sendos Erika y Javier, enfrentan en toda la producción que les caracteriza.

Contra ese estereotipo post-colonial se rebela su arte. Guiños de la realidad latinoamericana, con las particularidades de un país como Paraguay, se cuecen en las obras de ambos autores (también actores de cambio), a partir de la utilización de pocos recursos materiales igual de dialógicos e interesantes. “Recursos que se valen de las vivencias y la percepción de múltiples factores, cuyas interacciones han ido conformando las variables de la producción de estos artistas”, explica Margarita González.

Una producción un tanto marginal en su concepción de la obra, pero igual de incisiva y pertinente en el tratamiento de temáticas como la familia, los programas de protección social, los organismos internacionales, la globalización, la comunicación de masas, y el uso de las nuevas tecnologías.
Queda hecha la invitación: la exposición “Esto no es Uruguay”, en el Centro de Arte Contemporáneo Wilfredo Lam, propone un (re)descubrimiento hacia la multiculturalidad y riqueza étnica que hace auténtico, e inconfundible, a un país con nombre de río: Paraguay.