Espacios Ibsen vuelve a tocarnos la puerta, pero ya se marcha

6 de noviembre de 2015

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Thays Roque Arce

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Consejo Nacional de las Artes Escénicas, Embajada de Noruega, Teatro

 

Con el objetivo de apoyar y promover el intercambio en el ámbito teatral, y de canalizar el pensamiento del dramaturgo Henrik Ibsen (1828-1906), la Embajada de Noruega en Cuba convoca cada año a Espacios Ibsen. Jornadas de teatro cubano-noruego en La Habana.
Después de un pequeño respiro luego del 16 Festival de Teatro de La Habana, el Centro Cultural Bertolt Brecht, la Sala Adolfo Llauradó de la Casona de Línea y el Teatro Trianón reciben la cartelera artística de esta cuarta edición –que se desarrolla en la capital hasta el próximo domingo 8 de noviembre–, reservándose un espacio en La Habana Vieja para el desarrollo de proyectos, bajo el nombre de Residencia de Creación Zona Ibsen.
Con el auspicio del Consejo Nacional de las Artes Escénicas y el Laboratorio Ibsen, plataforma escénica de experimentación social, la muestra es el resultado de varios años de colaboración durante los cuales se han llevado a escena varias obras del dramaturgo noruego.

 

Habana Radio conversó en exclusiva con William Ruiz Morales, quien como coordinador general de Espacio Ibsen 4 –junto a Martha Luisa Hernández Cadenas– confiesa que el proyecto ha sido concebido para propiciar la participación, e integrar de tal forma a los públicos con el espectáculo y su proceso de conformación: “La particularidad conceptual del evento creo que tiene que ver con el fomento y el impulso que le podamos dar a la creación artística, ofrecerle un espacio de trabajo, de movilidad, de acción, y brindar las oportunidades para el desarrollo de una obra”, explicó.

La residencia de desarrollo de proyectos Zona Ibsen se convierte entonces en ese sitio, también físico, de confort; el fuerte principal de esta cuarta edición, como ha dejado claro Ruiz Morales: “La Zona Ibsen busca ofrecerle a cinco proyectos artísticos un espacio real de trabajo, donde poder estar experimentado, probando, donde desarrollar dicho proyecto por un mes. En cuanto a la ubicación del espacio nos interesaba que fuera un lugar donde pudiera ponerse en práctica la relación que tiene el teatro con las comunidades donde están insertados. Ese lugar ideal es en La Habana Vieja, en Villegas No. 463 entre Muralla y Sol”, comentó el también dramaturgo.

 

Los proyectos seleccionados para este segmento corresponden a jóvenes creadores cubanos, a quienes se les ha ofrecido un espacio para desarrollar el lenguaje, las técnicas y los materiales escénicos necesarios. “Es muy interesante todo lo que ha pasado durante este mes, puesto que se han desarrollado desde sus dinámica y particularidades pero también ha ocurrido cruces y colaboraciones entre ellos”.

 

De esta forma confluyen en la casa de Villegas la acción interdisciplinaria “Ánima: Preámbulo 1”, de María de Lourdes Mariño Fernández y Luis Alberto (Tito) Mariño Fernández, en el que ambos creadores mezclan música, artes visuales e instalaciones con la representación escénica tradicional. El “Laboratorio conductual para la construcción de identidades 2.0 (L´ COCO ID 2.0)” de Ambar Caridad Carralero Díaz, se centra en investigar cómo se crean las identidades en este mundo de redes sociales.

 

De Camagüey llega el proyecto “Noventísimo”, una mirada hacia la generación de los 90 y lo que significa haber nacido en esa década. La pieza “Diario de Campaña”, del joven graduado de teatrología Pedro Enrique Villareal, explora el cruce de documentos, ya sean de corte personal, de tipo histórico, y cómo a partir de estos se pueden establecer ficciones de los personajes que los escriben, y por último “Temporada de caza o Quince años después”, de Emmanuel Galbán, actor vinculado a los proyectos del Laboratorio Ibsen, y que esta vez se interesa por la temática biográfica: de cómo hablar de uno mismo en escena y convertir vivencias en un espectáculo.
Las presentaciones de estos proyectos tendrán su sesión final este sábado a las 9 de la noche en la Residencia de Creación, y se espera que resulten en “espacios de intercambio de experiencias y diálogo, para conocer abiertamente cómo la gente trabaja”.

 

En el resto de las sedes en que incursiona la jornada de teatro cubano-noruego se han programado tanto estrenos como reposiciones, que se mantendrán en cartelera este fin de semana, en el horario habitual de las funciones. Así, vuelve la colaboración de asiduos a este evento, como son Agnieska Hernández y Reynier Rodríguez. Ambos proponen “Anestesia”, premio del Concurso de Dramaturgia convocado por la Embajada de España en Cuba en 2006, que vuelve a la Sala Tito Junco del Centro Cultural Bertolt Brecht después de una intensa temporada en el mes de octubre.
Tomando como punto de partida la monumental obra del dramaturgo Henrik Ibsen, vuelven a unirse en una misma creación Luis Alberto Mariño y Luvyen Mederos, autores de Drama, by Ibsen, que llevara a escena Danza Contemporánea de Cuba en la pasada edición de este evento. Esta vez se suma a la dupla el joven creador Etien Martínez, para presentar lo que han dado en llamar “Girasoles y la historia de Terje Vigen”, inspirado en el extenso poema épico que el autor noruego publicara en 1862.
Ya en el año 2012, Mariño había traído a escena “Los girasoles o La historia de Terliz”, pieza musical inspirada en el “Terje Vigen” de Ibsen y que con los mismos aires de cruce de lenguajes, se presenta en calidad de estreno en la Sala Adolfo Llauradó de la Casona de Línea.
“Para mí lo más complicado de la pieza es estar dentro y ser responsable de montarla también. Es un honor poder contar en esta oportunidad con el trabajo de Carlos Pérez Peña, Premio Nacional de Teatro, y con él establecer toda una dinámica de  improvisación en la que se sustenta la pieza. “Girasoles y la historia de Terje Vigen” se establece a partir de un diálogo intergeneracional, desde la experiencia, y haciendo uso de la danza, la coreografía, la escritura física y el teatro natural”, aseveró Mederos, uno de los co-creadores de la obra.
El poema de Ibsen se entrelaza con una creación de Etien Martínez, físico por profesión y poeta por pasión/profesión, y los colores que aporta la música de Luis Alberto Mariño. El texto de Martínez tiene un paralelo con el poema de “Terje Vigen” a partir de la inclusión de la naturaleza, especialmente el mar, como un personaje más de la historia, y que por momentos interpreta el bailarín y actor Luvyen Mederos: “Es más preciso hablar de roles en esta obra, porque por momentos puedo ser un Terje Vigen joven, la duda que le atormenta ante las decisiones que debe tomar, o el elemento mar, la dificultad que le impide realizar sus propósitos. Y me parece que la danza es la herramienta ideal para entrar en esas zonas de interpretación”.

 

Con la vuelta a casa de Espacios Ibsen se consolida un tipo de colaboración que ha permitido, en el caso del teatro, mirar desde la contemporaneidad y desde las coordenadas cubanas el profundo y vital legado de la obra del Premio Nobel noruego, pero que muestra síntomas de expandir los bordes establecidos por las ediciones anteriores, para ofrecer un festival –dígase también así– con la intención de convertirse en plataforma transformadora del innegable teatro emergente cubano.