Enrike Solinis: Por encima de todo, la música

11 de octubre de 2013

Por Eydi Sanamé Fores, estudiante de Periodismo

 
“Él toca con rigor barroco absolutamente todos los instrumentos de cuerda pulsada y además de eso la guitarra normal”, con esta presentación de Leo Brouwer inició el concierto ofrecido por Enrike Solinis en la Basílica Menor del Convento San Francisco de Asís, como parte del  Festival de Música de Cámara.

Solinis aparece reseñado por la crítica especializada como “uno de los más virtuosos guitarristas de su generación”, y aunque para el solista español de guitarra clásica “eso lo dicen de todo el mundo”, el director de orquesta cubano resaltó también esa cualidad en sus palabras al público.
El intérprete ofreció un repertorio con compositores característicos del barroco español como Gaspar Sanz y Santiago Murzia, el italiano Domenico Scarlatti y el propio Brouwer, al tiempo que describió a los presentes instrumentos como la tiorba, derivado del laúd y típico de este período.

Así, interpretó sonatas y fantasías, que son piezas para un instrumento solista, con uso de la improvisación, relativas a esta etapa.
En su recorrido por el panorama sonoro de España en los siglos XVI y XVII, Enrike Solinis invitó al grupo IL Delirio Fantástico, para un homenaje conjunto al violinista italiano Antonio Vivaldi, y entonces, la sorpresa.
En un repertorio clásico, introdujo sagazmente la guitarra eléctrica, lo que suscitó la admiración del público. Para él, no existe contradicción o prejuicio en emplear este instrumento: “uso la guitarra eléctrica en el barroco como mismo otros usan el violín moderno para interpretar a Vivaldi”, comentó en diálogo con Habana Radio.

“No tenemos datos para saber qué ocurría exactamente durante el barroco, sólo tenemos unos pequeños bocetos escritos, y por encima de todo eso está la música, y tocar cualquier instrumento, lo mismo una guitarra eléctrica que un laúd del renacimiento.
Nadie ha estado allí, y solo conocemos un veinte por ciento de la música, el resto lo tiene que cubrir el intérprete y las ideas del intérprete, que es lo único que pervive del barroco hasta ahora, es decir, las personas.”
Leo Brouwer ha concedido a Enrike Solinis composiciones originales suyas y este a su vez se declara estudioso del maestro cubano.