En el Teatro Martí, agasajo a Eusebio Leal

4 de febrero de 2018

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Cuba, Eusebio Leal Spengler, FILCuba2018, Teatro Martí

Por: Indira Hernández Alonso y Ana Margarita Martin Guerrero

Fotos: Alexis Rodríguez

 

 

Al incansable defensor de la belleza de La Habana, esa que él no puede dejar de historiar y al tenaz cultivador del patrimonio nacional, Eusebio Leal Spengler, se le dedicó un sublime espectáculo, en el que se imbricaron las raíces hispánicas y cubanas, en un coliseo que él soñaba que reviviera, y gracias a su tenacidad se logró hace algunos años.

En el Teatro Martí, se efectuó este sábado tres de febrero, a las seis de la tarde, una gala homenaje al Historiador de la Ciudad de La Habana, intelectual a quien está dedicada en esta ocasión la XXVII Feria Internacional del Libro.

El merecido tributo es parte de un itinerario que abarcará, en el contexto de la mayor fiesta de la lectura en la Isla, actividades culturales tanto en el complejo militar Morro-Cabaña como en otros sitios colaterales.

 

 

La función inició con la proyección de fragmentos de un material audiovisual que recoge entrañables testimonios de diversas personalidades y amigos de Leal, así como sus propias declaraciones acerca de lo que representa para él su “amada patria”.

Musicalizado por la Banda Nacional de Conciertos, dirigida por el Maestro Igor Corcuera, el espectáculo titulado “De la romanza a la canción”, exhibió un vasto repertorio que recordó desde las más emblemáticas zarzuelas hasta la cancionística cubana actual más genuina.

El programa propuesto para la tarde-noche abarcó bellísimas obras tales como “Cecilia Valdés”, de Gonzalo Roig; “María la O” de Ernesto Lecuona, y “La Marchenera” de Federico Moreno Torroba, entre otras composiciones del excepcional músico Lecuona, entre las cuales destacan “Mi corazón herido sin piedad”, “Tus ojos azules”, “Noche azul” y “Canto siboney”. Todas interpretadas por un talentoso y variado elenco de dúos y solistas pertenecientes al Teatro Lírico Nacional.

 

 

Daniel Noriega, director de arte de la función, conversó con Habana Radio acerca de la organización de la especial velada:

“La Feria Internacional del Libro, en nombre del Instituto Cubano del Libro, ha determinado este año, por buena suerte y creo que muy justamente, dedicar a Eusebio este espacio. Inicialmente íbamos a celebrar una sola gala, pero debido a la gran afluencia de público hemos decidido hacer dos. Lo que las distingue: son muy cubanas desde lo patrimonial con nuestras zarzuelas, nuestra cancionística. Y es que es en homenaje a Leal, por ser tan cubano, por la obra que él ha dejado, y que se imbrican muy bien entonces este tipo de canciones y romanzas con un espacio tan especial y significativo para la cultura cubana como lo es el Teatro Martí. Decidimos invitar a la primera bailarina Irene Rodríguez y al Ballet Español de Cuba para darle un toque colonial a estas galas”.

Así, disímiles obras representativas de nuestro género lírico, junto a danzas que avivaron las llamas del corazón de los espectadores, subieron a la escena. Dentro del género de la zarzuela, interpretado con estilo melódico y expresivo, sobresalieron las romanzas de aires poéticos y amorosos. Las composiciones musicales se vistieron de lujo en esta ocasión, pues voces y orquesta protagonizaron el dramatismo de las cantatas. “La Patinera”, “Dulce Quimera”, “Marcha Habana” y “Ruiseñor” fueron algunas de estas romanzas.

Igualmente, el público disfrutó de la maestral ejecución de “La danza ritual del fuego”, a cargo de la compañía Irene Rodríguez, agrupación que con poquísimos años de fundada ha logrado ubicarse ya en un lugar cimero entre los cultivadores del género danzario español en nuestro país.

 

 

El domingo cuatro de febrero, el Teatro Martí abrirá nuevamente sus puertas para homenajear al reconocido intelectual; pero esta vez harán resonar las tablas el Ballet Español de Cuba, dirigido por Eduardo Veitía, un importante creador y continuador de los valores de la danza española en la Isla.

Casi al final de la primera gala, se mostraron otros instantes del documental donde Leal recorre inquieto La Habana y se cruza con las personas hasta llegar a su destino final. Otro personaje presente en el material: una obra arquitectónica en construcción, una de las muchas que ha supervisado y avivado como reflejo de su diario quehacer, al cual se debe gran parte del trabajo de rescate realizado en el Centro Histórico de la capital.

Al concluir el espectáculo, las voces de todos los intérpretes se aunaron en la afamada composición “Quiéreme mucho”, de Gonzalo Roig, estremeciendo el teatro, en donde los asistentes ovacionaron la función y al propio Eusebio Leal.

 

 

El Historiador de la Ciudad de La Habana fue artífice del impulso en la recuperación del también conocido como Coliseo de las Cien Puertas – convertido en templo de esplendor recobrado, testigo ya experimentado hace muchísimos años de la zarzuela “Cecilia Valdés” –, que resurgió definitivamente de las ruinas en 2014, tras 40 años de cerrado. Esa acción fue calificada por Leal en aquellos momentos como un pequeño y modesto tributo a la obra de la nación cubana.

Hoy, esa misma joya arquitectónica – donde se interpretaron piezas antológicas de la tradición musical nacional como zarzuelas, operetas, vodeviles, bailes públicos y espectáculos de compañías de bufos criollos y de circo – le rinde culto al gestor de su recuperación.

 

 

La primera bailarina y coreógrafa, Irene Rodríguez, una de las figuras más prominentes de la danza cubana contemporánea y directora de la compañía del mismo nombre, ofreció declaraciones exclusivas a nuestra emisora sobre Eusebio Leal Spengler:

“Fui convocada a esta gala homenaje a nuestro queridísimo Historiador y mi entrañable amigo personal, Eusebio Leal, a quien admiro muchísimo desde que tengo uso de razón y a quien quiero de corazón desde que conozco personalmente. Por supuesto, aquí me doy cita para homenajearlo, para con mi grano de arena contribuir a que él se sienta feliz; a provocar en él una sonrisa, esas que tantas ha provocado él en todos nosotros, no solo en cada uno de los cubanos, sino también en cada uno de los artistas que, con su mano protectora, con su mano de mecenas, ha sabido apoyar para que hagamos nuestras creaciones artísticas. Yo soy uno de esos artistas privilegiados y apoyados por la mano de Eusebio. Se lo agradeceré y se lo agradezco eternamente cada día, porque con su cariño y con su apoyo ha ayudado enormemente a engrandecer mi carrera”.

Rebosada de zarzuela y danza, pero sobre todo como un tributo de la cultura cubana a uno de sus más férreos defensores: a Eusebio Leal, esta gala, sencillo homenaje en un espacio que soñó y hoy es una realidad.