Elogios para La Habana

18 de noviembre de 2013

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Ana Lidia García Hernández.

La Habana es una ciudad de mar, historia, leyendas y tradiciones. Ciudad que inspira e invita a caminar por sus calles, plazas y barrios. Ciudad donde confluyen culturas de todo el planeta pero donde, sin dudas, todo se hace cubano.

¿Quién no ha disfrutado alguna vez la brisa del malecón o ha escuchado palabras de amor al atardecer sobre su emblemático muro? ¿Cuántos no hemos transitado por la bulliciosa calle Obispo o contemplado los círculos en el aire de las palomas en la Plaza de San Francisco? Otros han vivido momentos inolvidables en la transitada calle 23 y en las visitas a Coppelia y el Cine Yara. Cada rincón de esta urbe conserva su encanto, incluso aquellos a los que el tiempo ha dotado de la extraña belleza de lo añejo.

Seguramente estos recuerdos llegaron a la mente de quienes, capitalinos o no, conversaron con Habana Radio a propósito del 494 aniversario de la fundación de la otrora villa de San Cristóbal de La Habana. Para unos “es un privilegio poder transitarla cada día y admirar a sus mujeres que son bellísimas”. Hay quienes destacan su “diversidad de personas, culturas, la riqueza de su historia” y creen en la necesidad de conservarla y “limpiarla para que mantenga su esplendor”.

Aquellos que la visitan por primera vez, se enamoran del inseparable y legendario trío Faro – Morro – Cabaña, que constituye un preludio de las riquezas de la ciudad. Incluso, los que han recorrido el mundo y conocido otras capitales, se asombran de la belleza de esta pequeña Habana del Caribe. “Todo aquí transmite calidez: sus pobladores, su cultura, sus construcciones”, decía un costarricense. “La historia se siente a cada paso, hay color y alegría incluso en sus sitios más antiguos”, señalaba un argentino.

Otros viven enamorados de la conjunción de estilos arquitectónicos que aquí conviven, de cómo lo colonial y barroco dialoga con lo neo-clásico y lo contemporáneo. Un joven arquitecto la definió como “un libro de texto”, porque “recorrerla es revivir los diferentes períodos por los que ha transitado su historia”. Eso, en Cuba, “solo sucede en esta ciudad”.

Muchos la han añorado en la distancia y han ansiado volver a verla: “Un habanero sin su Habana no es nadie, uno extraña su olor y, sobre todo, el carisma de las personas. Es difícil encontrar eso en otras geografías”. También para las nuevas generaciones, que ya aman el lugar donde nacieron y aprecian la belleza de todo lo que les rodea, La Habana guarda sus encantos. “Hay muchos museos y uno aprende todo el tiempo”; además “aquí está nuestra familia y amigos, podemos jugar en un ambiente siempre saludable y alegre”. Este 16 de noviembre, 494 años de historia adornan la ciudad. Los elogios de sus moradores y visitantes también la hacen más bella.