El tornado y la Bienal: reacción inmediata
22 de febrero de 2019
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“Ahora que Guanabacoa enfrenta un período de recuperación luego del devastador paso del tornado del pasado 27 de enero, es más importante que nunca que se consoliden proyectos culturales que contribuyan a apoyar a la comunidad”, dijo el artista de la plástica cubana, Tomás Núñez (Johny).
El ceramista y escultor (4 de febrero 1973, Granma) que tiene su estudio/taller enclavado en la localidad de Guanabacoa, una las más afectadas por el evento meteorológico, tiene previsto para la venidera XIII Bienal de La Habana –abril/mayo próximos– inaugurar su proyecto Corral falso 259, pero “ha habido que anticiparse y ya por estos días acuden niños al taller para recibir clases de pintura y modelaje”, afirmó Johny en conversación con estas páginas electrónicas.
Precisó que el proyecto va más allá de las artes visuales y puntualizó que el propósito es vincular varias esferas de la creación: “por ejemplo –dice– damos espacio a los alumnos del Conservatorio de música de Guanabacoa Guillermo Tomás y también queremos hacer lanzamientos de libros, representaciones teatrales y proyectar videos de arte”.
Subrayó Johny que en la sala de video funcionará como un centro de información a partir de una pequeña biblioteca que contiene revistas especializadas, libros de arte y literatura en general: “en esa sala tendremos invitados a niños de la comunidad y se proyectarán documentales, películas didácticas y también animados acorde con las distintas edades”.
¿Con qué instituciones de la comunidad se vincula el proyecto?
Tenemos vínculos con diversos grupos de teatro que existen en Guanabacoa y también con el Museo Municipal de Guanabacoa: queremos que nos presente proyectos de mutuo interés. Igualmente, con el Poder Popular y el gobierno municipal estamos en estrecho contacto.
¿Por qué te interesa ese trabajo de extensión cultural con la comunidad, con el barrio?
Es que la comunidad necesita contar con varios diapasones que es la mejor manera de crecer culturalmente. Es por eso que el proyecto tiene entre sus propósitos fundacionales realizar talleres de distintas manifestaciones. Por ejemplo, quiero desarrollar el movimiento cerámico con la comunidad, pero también invitar a otros artistas reconocidos a que vengan aquí a trabajar.
Hay un segmento poblacional que me interesa mucho: el adulto mayor. Quiero tener un espacio de privilegio para las personas de la tercera edad: si a un abuelo le interesa aprender a hacer cerámica, tendrá en Corral falso un espacio para su realización.
La idea inicial era trabajar con niños y adolescentes con el fin de que se superaran y aquellos que quisieran estudiar arte, lo mismo música que pintura, contaran con un espacio de aprendizaje y expansión. Como el envejecimiento poblacional es una realidad que nos golpea, considero vital acoger a los abuelos.
Ofrecería el espacio físico para la creación y también el horno…
Eso lo haremos con la ayuda de otros artistas que se comprometan con el proyecto.
El proyecto se inaugurará oficialmente en los días de la Bienal con una exposición personal titulada Jardín.
Son once piezas instalativas de gran formato y dos esculturas. Es decir, pintura que tiene adicionada elementos reciclados que van desde papel hasta cerámica. Son telas a las que les he adicionado objetos por lo que están concebidas bajo la noción de técnica mixta. Esas once obras están elaboradas con desechos plásticos y metales y los he vinculado a los retablos: son retablos, pero en tela. Las piezas que incorporo en cada obra, siempre toman una lectura adicional porque cobran una nueva vida a partir de una renovada visualidad.
En esta exposición hay una pieza titulada DVD que dedicó a una persona muy cercana, que ya no está, ¿por qué le interesa mostrar esos sentimientos humanos?
Siempre trato que la obra sea sincera e intento hablar de espíritu, no de conceptos preestablecidos. La sensación es una constante en mis piezas y cuando no me siento capaz de transmitir algo, sencillamente, ese día me dedico a otra cosa porque tengo muchos proyectos diferentes y acumulados. Cada obra mía es como exponer un pedazo de mi alma. DVD son las siglas del nombre de un gran amigo que falleció y esa pieza es un homenaje personal a todas las personas que, en algún momento, me han aportado algo. También es la reverencia a la existencia y al apoyo incondicional que me han brindado en algún momento puntual y difícil de mi vida o en mi preparación como escultor. Por eso en toda mi obra pongo mi mayor empeño y fuerza.
Hay otra obra que tiene incorporada el freno de un caballo…
Todo tiene que ver con mis vivencias y es que mi obra tiene un alto contenido autorreferencial. Esa pieza tiene que ver con el fallecimiento de un caballo en mi niñez. Ver morir a ese animal me marcó tremendamente y a partir de esos sentimientos nació la obra que se titula Caballo muerto.
Su obra es aparentemente ruda, sin embargo posee una gran delicadeza, ¿cómo va componiendo todo ese arsenal de objetos?
Eso lleva un estudio. Hay quien ve una pieza y puede pensar que se trata de colocar objetos de manera arbitraria. No. Puede que haya un elemento que se quieres colocar en la obra y lo pones a la derecha y no funciona. Ahí es cuando tienes que empezar a jugar con el tamaño y con el color para logar una armonía. Hay que ir componiendo porque un elemento mal situado puede cambiar el sentido de lo que quieres transmitir. Puedo estar realizando una pieza durante dos años y más. Es un trabajo meticuloso.
¿Cuál sería la escultura de gran formato con que sueña?
En mi taller tengo varias maquetas hechas que siempre las concibo pensando en una futura realización y emplazamiento. Es una especie de contenedor con alas y dentro de él hay cualquier tipo de desechos no degradables como llantas de un automóvil y otros elementos de hierro que son los que van a perdurar. Esos elementos existen y han tenido usos anteriores y, por supuesto, historias pasadas. Esa pieza tendría unos cinco metros.
¿Dónde sueñas que podría estar emplazado ese contenedor con alas?
Cerca de la bahía de La Habana, en un lugar público y de mucho tránsito de personas. Trato que lo que esté incluido en mis esculturas haya sido recogido en las zonas aledañas. Es, también, una forma de llamar la atención porque me interesa el diálogo con el espectador y que la gente interactúe y toque con sus manos las piezas. Mi obra no es un periódico, pero me preocupo mucho porque la gente piense y se comunique a través del lenguaje del arte: la obra tiene que decir algo no solamente por su estética o su diseño sino por su contenido.
¿La Habana?
Creo que La Habana me hizo crecer. No me arrepiento del lugar donde nací porque ahí están mis raíces, pero aquí crecí como ser humano y como artista. La Habana me abrió puertas. Además me ha servido de inspiración constante y el reciclaje es algo que llevo muy adentro. Soy ahorrativo y detesto despilfarrar el agua y me molesto cuando alguien tira un papel o una lata en el piso. Muchos de esos desechos los utilizo en mi obra y los recojo, con mis propias manos, de en medio de la calle.
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