El Generalísimo en la casa de 5ta y D. Su memoria en Cárdenas y en La Habana
30 de marzo de 2022
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El 17 de junio de 1905 toda Cuba se conmovió con la noticia de la muerte del Mayor General Máximo Gómez Báez, General en Jefe del Ejército Libertador cubano, quien falleciera a pocos meses de cumplir los 69 años de edad, en esta casa. Era en aquel momento el último sobreviviente de los tres grandes dirigentes principales del movimiento independentista cubano, pues José Martí y Antonio Maceo habían caído en combate en la última de las guerras cubanas por independizarse de España.
Se dice que sus últimos días los había pasado en esta casa, propiedad de su amigo Silveira, pero lo cierto es que la investigación del Registro de la Propiedad no arrojó ningún propietario ni arrendatario con este apellido, a menos que esta última condición haya sido sin contrato alguno que no constara en dicho archivo. En el año del deceso del General la dueña de la finca era doña Josefa Sánchez y Giquel, de ahí que este estudio no relacione la familia que la ocupó durante años con la del Generalísimo.
Por su parte, la revista El Fígaro de esa fecha reveló las imágenes del momento en que el féretro salía de la casa hacia el Palacio de Gobierno y luego al Cementerio Colón.
En el primer aniversario del fallecimiento de Gómez y por iniciativa del General Emilio Núñez, se colocó una tarja de mármol para rememorar la muerte en ese lugar del patriota dominicano. A partir de estas fotografías se puede inferir que, con los diferentes usos y las transformaciones sucedidas –especialmente la eliminación de la segunda línea de fachada y portales por la calle 5ta– la lápida fue removida. Imposible que con el fervor patriótico aún latente en los primeros años de la República y el respeto y admiración que le profesaba el pueblo cubano a Máximo Gómez, una inscripción de ese tipo se ubicara fuera del alcance de la vista y en un sitio de poca jerarquía dentro de la vivienda. Baste con detallar la cobertura que le dio El Fígaro, la solemnidad del acto, y la concurrencia voluntaria del público.
De igual manera, para rendirle tributo al gran hermano de Cuba, se erigió, posteriormente, un busto que fue colocado en el jardín de la vivienda original y luego cambiado de dicho emplazamiento.
Posee Grado de Protección I, siendo precisamente esta edificación la que encabeza la lista conformada a propósito y publicada en Regulaciones Urbanísticas. Ciudad de La Habana. El Vedado, 2006. Esta antigua residencia que vio partir al prócer dominicano, hijo adoptivo e ilustre de Cuba, está ubicada, además, en el área de valor histórico-cultural de El Vedado, con declaratoria de zona de protección.
La habitación mortuoria de Gómez: de La Habana a Cárdenas
Como quedó expresado en los asientos anteriores del Registro de la Propiedad, la señora Josefa Sánchez y Giquel vendió la casa en 1908 a la Iglesia Católica, representada en este caso por Monseñor Pedro González Estrada, Obispo de esta Diócesis, por el precio de 23 000 pesos oro español.
Un rumor de que el Obispado demolería o modificaría la casa para emplear los terrenos en otras funciones, hizo que los cardenenses Benito Lagueruela y Vicente Font se apresuraran a realizar diligencias para rescatar la habitación donde había fallecido Máximo Gómez, gestión exitosa pues se sabe que, según consta en Acta Notarial, del 28 de octubre de 1908, el Obispado de La Habana “…hace donación gratuita al Museo Oscar María de Rojas, de Cárdenas, de los techos, pisos, y puertas que constituyen la citada habitación del ángulo derecho del frente de la casa (…) en la que falleció (…) el ilustre General del Ejército Libertador de Cuba…”.
Así, fueron trasladados desde La Habana hasta la ciudad matancera de Cárdenas, los componentes de aquel aposento, extraído de la vivienda de 5ta y D. El montaje concluyó en 1909, en el antiguo local del Museo y Biblioteca Pública. Se trabajó con la mayor exactitud posible, respetando, incluso, el color de las paredes, ventanas y techos, así como su orientación con respecto a los puntos cardinales.
En 1913, Margarita Gómez de Vargas, hija menor de Gómez, al visitar la estancia reconstruida quedó impresionada por la fidelidad con que fue montada. Su testimonio hizo que Urbano Gómez Toro, otro de sus hijos, un año después donara el mobiliario del dormitorio para ubicarlo en la pieza rescatada. En ello insistió mucho el propio Oscar María de Rojas. El mismo consta de:
-Cama de hierro. Está incrustada en nácar de finales del siglo XIX y bastidor de alambre (la enseña nacional siempre estuvo sobre el lecho desde su donación).
-Mesa de noche. Es de madera dura, estilo francés, con los mármoles color cenizo.
-Silla de noche. Con su vasija de loza para su uso privado dentro.
-Escaparate. De madera de pino, enchapado en roble, de dos puertas estilo perillita.
-Silla. Utilizada por Máximo Gómez en la Quinta de los Rojas en su estancia en febrero de 1889.
-Pantuflas. Fue el primer objeto donado. Son bordadas a máquina usadas por el Generalísimo hasta el momento de su muerte.
-Copa de cristal. Usada por Gómez en un banquete realizado en su honor en La Dominica durante su visita a Cárdenas, en febrero de 1899, al terminar la guerra.
-Horcones del rancho natal. Sostuvieron la cuna del Mayor General Máximo Gómez en su casa natal en Baní, República Dominicana.
-Mascarilla mortuoria. Del Jefe Supremo del Ejército Libertador, Realizada por el escultor cubano Ramos Almeida.
En 1986, la habitación se trasladó al patio del Centro de Veteranos, por solicitud expresa de Elvira de Rojas, hija de Oscar María de Rojas, quien consideró que el mambí dominicano debía estar junto a los patriotas cardenenses con los que Gómez había compartido ideas y momentos de lucha. Igualmente, el cuarto fue colocado en similar posición a la ocupada en la casa de 5ta y D, en El Vedado habanero, pero en esta ocasión se incluyeron otras piezas importantes relacionadas con su figura y que enriquecieron la colección de alto valor histórico y patrimonial.
Este segundo movimiento quedó reinaugurado el 30 de julio de ese año en conmemoración al 150 aniversario del natalicio de Máximo Gómez. Contó con la presencia del Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, de familiares de Veteranos de la Independencia y dirigentes del PCC y el Gobierno, y muy especialmente, del nieto del Generalísimo, Pedro Máximo Vargas Gómez. Desde esa fecha el Centro de Veteranos –inmueble que pertenece al museo “Oscar María de Rojas”–, adoptó el nombre del insigne Jefe del Ejército Libertador Cubano.
La habitación reconstruida de Máximo Gómez está considerada el primer monumento trasladado en Cuba. Actualmente, gracias a un proyecto de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, la casa de 5ta y D es restaurada para acoger la Unión de Historiadores de Cuba (UNIC) y su filial de La Habana.
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