El espíritu desafiante del cine queer

12 de diciembre de 2013

Cine queer, Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, Ruby Rich

Ruby Rich / Foto Alexis Rodríguez

Muchos recuerdos sobre Cuba revolotean en la memoria de la profesora y crítica de cine norteamericana B. Ruby Rich; por eso antes de hablar del nuevo cine queer, tema de la conferencia que impartió este viernes 6 de diciembre en el Salón 1930 del Hotel Nacional, rememoró la primera vez que participó en el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano: “Fue hace exactamente 30 años y vine a presentar una muestra de cine independiente estadounidense, hecho insólito en este país y en Latinoamérica”. En otras oportunidades visitó la cita del séptimo arte en la Isla e incluso, hace diez años, fue jurado del certamen.
En esta ocasión, Rich respondió interrogantes y compartió con los cubanos sus investigaciones sobre la historia, evolución y características formales y conceptuales de esta tendencia. “El término queer comenzó a usarse a principios de los 90 del siglo pasado para denominar una producción cinematográfica que desafiaba las imágenes positivas de la homosexualidad que hasta el momento se habían popularizado. Estos cineastas no pretendían hacer un cine de buenos y malos, o que sus personajes dieran buen ejemplo con respecto a sus preferencias sexuales, sino reflejar las diferencias sin autocensura y alejarse de las convenciones heterosexuales aplicadas a la filmografía gay”.
Asimismo, relata Ruby, a partir de esa nueva ola se visibilizó una imagen más desenfadada de gays y lesbianas y “empezó a destacarse el sentido del humor que caracteriza a muchos”. Durante el intercambio, además de mostrar algunas obras que pertenecen a esta tendencia, se refirió al desarrollo del cine queer en la actualidad y a su auge en Latinoamérica. Varias veces durante el diálogo hizo referencia a Fresa y Chocolate, un filme cubano emblemático dentro del movimiento, aun cuando Tomás Gutiérrez Alea, uno de sus directores, expresara que nunca fue su intención hacer una película sobre gays. Las obras de la realizadora argentina Lucía Puenzo y de la mexicana Ximena Cuevas fueron otros de los ejemplos mencionados por la investigadora estadounidense ante un público expectante, conformado por estudiantes, periodistas y críticos.

De igual forma, comentó que en su libro más reciente: New Queer Cinema: The Director´s Cut, se incluyen entrevistas a directores afiliados a esta tendencia, conferencias, artículos periodísticos, así como una profunda indagación sobre las causas sociales que marcaron el surgimiento del nuevo cine queer en Estados Unidos. En tal sentido, hizo alusión a la crisis provocada por el SIDA a finales de los años 80 y principios de los 90, el desarrollo de tecnologías como el video que abarataron los costos de producción y la bonanza económica que se vivía en el país, la cual permitía que las personas estuvieran dispuestas a disfrutar de estilos innovadores en el cine. En cuanto a la evolución del género, destacó películas significativas como Boys don’t cry (Kimberly Peirce, 1999);  Brokeback Mountain (Ang Lee, 2005) y Milk (Gus Van Sant, 2008).
Casi al finalizar la conferencia, se debatió sobre las fronteras del cine queer en la actualidad, ¿sigue siendo el término preciso para designar el movimiento?, ¿ha llegado la hora de hablar del post-queer? Muchas preguntas quedan en el aire, un incentivo para que Ruby continúe investigando y un acicate para, desde Cuba, continuar reflexionando sobre el séptimo arte más contemporáneo.