El Centro Histórico de La Habana Vieja: un espacio vivo, habitado

9 de noviembre de 2023

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Yoel Lugones Vázquez

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Aniversario 504 de La Habana, Cuba, Oficina del Historiador de La Habana, Patrimonio, Viviendas

 

La vivienda constituye uno de los aspectos estratégicos para el desarrollo integral de los centros históricos. Los edificios de viviendas con estructuras antiguas, deterioradas y transformadas indiscriminadamente, devienen en inmuebles densamente habitados que a mediano o largo plazo presentan una precaria estabilidad y malas condiciones de vida para sus habitantes.
El Centro Histórico de La Habana Vieja es un espacio vivo, habitado. La conservación de ese carácter residencial es uno de los principios del modelo de gestión integral que lidera la Oficina del Historiador de La Habana (OHCH) en el territorio.
En saludo al 504 aniversario de la capital de todos los cubanos, la Dirección de Inversiones, en conjunto con otras dependencias de la OHCH, acometen la intervención total e integral de dos inmuebles con el fin de que familias puedan disfrutar de sus comodidades.

 

Combinar historia con utilidad

 

 

Si nos llegamos al antiguo Palacio del Marqués de la Real Proclamación, que se encuentra ubicado en la esquina de las calles Cuba y Luz, en La Habana Vieja, seremos testigos de un intenso ajetreo.
Hagamos un poco de historia: la arquitectura del siglo XIX cubano estuvo muy marcada por la fuerte influencia del estilo neoclásico que, procedente de Europa, se constituía en una forma de retomar los cánones de la antigüedad clásica, fundamentalmente griega y romana. En la actualidad se conservan muchas construcciones de la época que constituyen verdaderas obras de arte desde el punto de vista arquitectónico, dada la cantidad de valores ornamentales y estructurales que se aprecian en ellas.

 

 

Dentro de estas edificaciones podemos incluir precisamente el antiguo Palacio del Marqués de la Real Proclamación. Gracias a datos facilitados, esta casa data de mediados del siglo XIX (1840-1850) y fue construida sobre el lote de dos parcelas anteriores, una de las cuales tenía acceso por la calle Luz.
Diversos especialistas la incluyen, junto a los antiguos Palacios de Aldama y de la Marquesa de Villalba, como uno de los mejores exponentes de la arquitectura doméstica señorial de la época en Cuba.

 

 

Actualmente la Dirección de Inversiones de la OHCH acomete su reparación capital para beneficio de 13 familias. Como nos comentara, Yazell Dorta, Directora de la Empresa de Restauración del Patrimonio de la OHCH, “esta ha sido una ejecución difícil, pues se trata de una obra antigua y hemos tenido que combinar varias técnicas constructivas. Lo fundamental de esta obra es que tiene el objeto social de otorgar viviendas de alta calidad a personas que hoy se encuentran albergadas y, sobre todo, a madres de más de cuatro hijos”.

 

 

Según la especialista, en esta intervención se han respetado muchos elementos del período de mayor esplendor de le edificación como rejas, vitrales, pavimentos de mármol, carpintería, etcétera, de gran valor patrimonial, así como restos de decoraciones murales que dan constancia de la fastuosidad de la mansión.
Su planta se desarrolla a partir de la clásica distribución de un patio central rodeado por galerías y habitaciones en todos los niveles, complementando los espacios abiertos con un segundo patio, más pequeño, al fondo del lote. La composición de su estructura la integran varios niveles, correspondiéndose tipológicamente a la edificación unifamiliar de dos o más plantas complejo de entresuelo.

 

 

Nos hizo saber Yazell Dorta que aquí junto a la Dirección de Inversiones, han intervenido otras dependencias de la Oficina como la Empresa RESTAURA – responsable del proyecto –; los trabajadores, encargados del área constructiva y la carpintería, pertenecen a la Empresa de Restauración del Patrimonio, así como la Escuela Taller “Gaspar Melchor de Jovellanos” que, como parte de un ejercicio práctico profesional, se ocupó de la restauración de la escalera catalana con un sistema de bóvedas muy antiguo, pero que lograron rescatar. “Tenemos muros de mampuesto, que hemos necesitado combinar con técnicas modernas. Ha sido complicado hacer esa composición de técnicas para poder obtener el resultado”, afirmó.

 

 

Más familias beneficiadas

 

 

Otro edificio que se acomete actualmente es el ubicado en Obispo 202, entre San Ignacio y Cuba. Como nos comenta Lisandra González, Inversionista de la OHCH, la obra, financiada por el Fondo Saudita para el Desarrollo, es un proyecto de la Empresa de Proyectos de Arquitectura y Urbanismo (RESTAURA) y es atendida por los grupos de inversiones Plaza del Cristo y San Isidro. Se trata de un edificio de once apartamentos que se encuentra ya en etapa de culminación.

 

 

“El principal objetivo del proceso inversionista ha sido mantener la fachada existente. Se rehabilitó completamente el edificio con nuevos entrepisos, nuevas recargas, diseños de tipo moderno; se mantuvo toda la carpintería de tipo francesa, que aún hay que terminarla por el grado de protección que tiene el edificio”, explicó González.
“Toda obra – continuó – supone un reto, sobre todo si se trata de una obra de rehabilitación total. Hay que tener en cuenta la fachada, las colindancias con vecinos y con otros inmuebles que pueden tener grado de protección – o no encontrarse en óptimas condiciones – y que exigen, por tanto, algún tipo de restauración, o que sean tomadas determinadas medidas para evitar accidentes; trabajar con las nuevas tecnologías; en fin, es algo complejo pero todo sea para el beneficio de la población”.

 

 

Uno de los objetivos de la Oficina en el Centro Histórico ha sido siempre diversificar los mecanismos de gestión para la producción de viviendas, teniendo en cuenta aristas como las necesidades del territorio, el desarrollo de nuevas modalidades, y a partir de la participación de los propios residentes y garantizando que no ocurran desplazamientos masivos.

 

De esta forma, el desarrollo integral de la zona más antigua de la capital se sigue realizando fundamentado en uno de sus esenciales principios: rehabilitar integralmente el patrimonio heredado mediante planes urbanos y sociales que concilien la conservación de los valores culturales con el desarrollo socioeconómico del Centro Histórico.
Es por eso que sigue la Oficina del Historiador desplegando un programa de reparación o creación de viviendas en favor de su población, esta vez saludando el 504 aniversario de la otrora villa de San Cristóbal de La Habana.