El arte es felicidad
8 de diciembre de 2022
| |Iniciados en 1972, los grabados de amplia edición instaurados por el artista colombiano Álvaro Barrios se han convertido en símbolo de su obra y muy valorados actualmente por Museos de Arte de todo el mundo.
Un conjunto de sus Grabados Populares y Obra Gráfica llegan a la parte más antigua de La Habana en forma de exposición, la cual fue inaugurada este jueves 8 de diciembre en el Palacio de Lombillo, lugar donde permanecerá durante los próximos 30 días.
Al acto de apertura asistió el propio artista acompañado del excelentísimo señor José Noel Ríos Muñoz, embajador de Colombia en Cuba, así como otros representantes de la misión diplomática en nuestro país, artistas y público en general.
“Es un honor mayor contar con la presencia del maestro -aseguró el representante de Colombia en la isla-. Él ha querido acompañarnos para dejarnos la impronta de su arte, para expresar el inmenso respeto que tenemos a este país y su cultura; y seguramente para dejarnos el mensaje de su obra conceptual, de sus influencias, de sus paradojas y de su amor interminable”.
Igualmente, Ríos Muñoz reconoció la labor de los Ministerios de Cultura de ambos países y de Relaciones exteriores de Colombia, así como al Palacio de Lombillo por “hacer posible esta fiesta cultural”, la cual se ha sumado a los numerosos eventos desarrollados en Cuba, donde Colombia tiene una participación privilegiada. “Durante todo el año próximo trabajaremos cogidos de la mano para desarrollar proyectos conjuntos y honrar siempre la frase famosa de Gabriel García Márquez: «no hay medicina que cure lo que cura la felicidad, y el arte es felicidad»”, adelantó el diplomático.
Por su parte Álvaro Barrios dijo sentirse muy feliz de estar en La Habana, una ciudad muy similar a su región natal en Caribe en cuanto a su idiosincrasia. El artista, considerado uno de los dibujantes más notorios de su país, explicó las peculiaridades de su obra.
“Se trata de un conjunto de obras gráficas y grabados populares que inicié hace ya 50 años. Ni yo mismo sabía que estaba creando cierto tipo de grabado que no existía –eso lo supe después porque otras instituciones me lo hicieron ver-. Muy desprevenidamente vino a mí hacia 1972 la idea de publicar mis obras, dibujos e ilustraciones, a través de los periódicos y decidí llamarlos grabados populares, porque al publicarse allí las ediciones no eran tan limitadas sino que eran el mismo número que la de los periódicos de manera que son ediciones masivas. Una de las más grandes que he hecho fue para el periódico El Tiempo, de Bogotá, y fue de 500 mil ejemplares. El público podía -y aun lo pueden hacer porque los continúo haciendo hasta hoy- adquirir los periódicos por el precio módico de su valor y acordando el encuentro; yo recibía a quienes me trajeran la página del periódicos para firmarla y enumerarla gratuitamente. La idea era llegar a través de un medio masivo de comunicación como lo son los periódicos y las revistas al mayor número posible de personas.
“Esta idea -continuó el artista- fue motivada por el hecho de que yo observaba que los grabados que originalmente surgieron como una forma de democratizar y popularizar la pieza única, terminaron siendo tan costosos como piezas únicas (…) Entonces se desvirtuó el origen de lo que era el grabado”.
Su concepto, tan elogiado en la actualidad, en su momento fue menospreciado por los grabadores tradicionales, quienes al decir Álvaro Barrios, no comprendían por qué insistía en llamarlos grabados “siendo ediciones muy grandes, con firma gratuita y en un papel de muy mala calidad (…) No niego que dudé en algún momento de si mi idea tendría algún progreso”, confesó el artista ante el público que hoy asiste maravillado a observar su arte, el cual no fue hasta el año 2004 que, tras ser llamado por el Museo de Arte Moderno de New York para adquirir su colección, ganó valor en su país y en otras partes del mundo.
“Yo quise llamarlos populares en honor al grabador mexicano Posada (José Guadalupe), porque yo tenía la ilusión que algún día los míos se convirtieran en populares, entonces sentí una gran satisfacción en que los museos empezaron a recibir mis obras. Ya han pasado muchos años y siento orgullo de que mi idea hubiera alcanzado ese punto”
El conjunto de grabados populares acompañados de otro grupo de obras gráficas de técnica más convencional que se presenta desde este jueves en el Palacio de Lombillo, ubicado en la Plaza de la Catedral, llegará a Casa de las Américas en calidad de donación, gracias a la voluntad de Álvaro Barrios.
“Para mí es una gran alegría y honor que Casa de las Américas reciba la donación que he querido hacer de esta colección y que quede en un país tan intelectual y maravilloso como es Cuba”, culminó el artista.
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