Dirección de Patrimonio Cultural de la Oficina del Historiador: retos ante la Covid-19

14 de abril de 2020

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Thays Roque Arce

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La Dirección de Patrimonio Cultural es la institución rectora de los museos y centros culturales de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana. Cerca de 1 200 trabajadores conforman su fuerza laboral, entre cuadros, administrativos, funcionarios, técnicos y personal de apoyo, convirtiéndola así en la Unidad Presupuestada más amplia de la estructura de la OHCH.

A tono con las medidas y esfuerzos adoptados por el Estado y el Gobierno cubanos para prevenir y controlar el avance de la infección Covid-19 en el territorio nacional, la máxima dirección de la Oficina ha emprendido una respuesta rápida para asegurar los bienes y servicios de la entidad pero sobre todo, su fuerza de trabajo, sin descuidar su acción humanitaria en la localidad de La Habana Vieja.

Las labores comenzaron cuando el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, que rige metodológicamente todas las instituciones museísticas del país, emitió una circular con fecha del  24 de marzo de este año, donde “consecuentes con la situación que el país comenzaba a enfrentar con el nuevo coronavirus, y con el objetivo de limitar el contagio de la enfermedad evitando las aglomeraciones y el movimiento de las personas, se aconsejaba el cierre de los museos al público”, explicó a Habana Radio Michael González, Director de Patrimonio de la OHCH.

 

 

Con esa premisa se extendió el cierre total de las salas y casas museos del Centro Histórico habanero al público, y la cancelación o postergación de las actividades que requirieran la reunión de personas, díganse exposiciones, conmemoraciones, trabajo comunitario e intercambio con escuelas locales.

González aclara que luego de este cierre, los museos se quedaron con trabajo al interior, una fase técnica dirigida en un primer lugar a la conservación preventiva “que va desde acciones simples, pero importantes, como abrir las ventanas y puertas de las salas para la circulación de aire y la ventilación de las colecciones, piezas y objetos, hasta la revisión de los guiones muselógicos y museográficos, y la documentación de las instituciones y los centros culturales”.

 

 

Acciones como el trabajo en los expedientes de las colecciones y la actualización de una nueva base de datos que se implementa en el sistema de museos de la Oficina, fueron algunas de las responsabilidades que asumieron los trabajadores de dichas instituciones. Todo el personal, desde directores, administradores, hasta los técnicos y especialistas, pasó a las diferentes modalidades de trabajo de acuerdo a su disponibilidad.

“Debidamente se han incluido en los contratos laborales, como suplemento, las nuevas responsabilidades y tareas que asumen nuestros trabajadores en esta nueva etapa”, añadió.

“Sin perder el sentido vital que es proteger las colecciones, los inmuebles y nuestro patrimonio, hemos tomado las medidas de precaución necesarias para garantizar la salud y la integridad de nuestros trabajadores”.

El pasado 9 de abril en el espacio televisivo Mesa Redonda, el Ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, anunció la paralización total del transporte público urbano (ómnibus, ruteros, y otras movilidades estatales y privadas) a partir del sábado 11. “Desde entonces comenzamos una segunda etapa en la que reducimos más el personal de nuestras instituciones, con prioridad a aquel que vive en las cercanías de La Habana Vieja, desde donde pueda trasladarse caminando”. Sin embargo, González afirma que las direcciones de aseguramiento se ha garantizado un mínimo de logística para el transporte del personal que sea impostergable, y para las responsabilidades que la Dirección de Patrimonio ha tenido que asumir, como es el chequeo de las instituciones que la integran en horarios diurnos y nocturnos, para constatar las medidas de seguridad y la debida protección de estos espacios.

“Movimos las colecciones de los museos y las piezas que por su valor estaban expuestas a riesgo para lugares seguros y preparamos los museos y las instituciones culturales en general –bibliotecas, salas de conciertos, etc.– a esta realidad”, añadió.

 

 

“Tenemos magníficas relaciones de trabajo con los agentes de seguridad y protección de la Empresa Baluarte. Algunos de ellos se sienten y son parte del personal de nuestros museos”, subrayó Michael González a propósito de la labor de aquellos que tienen la importante responsabilidad de velar la integridad de las instituciones y sus contenidos ahora que permanecen cerrados.

“Este es el momento en el que más la Oficina del Historiador se está uniendo”, calificó González. “A nuestras tradicionales buenas relaciones con el resto de direcciones se suma el apoyo total desde la máxima autoridad y una excelente comunicación entre las partes: a los habituales correos electrónicos y llamadas se incorporan los grupos de trabajo en redes sociales como WhatsApp”, dijo refiriéndose al estrecho vínculo de colaboración entre los directores de las instituciones que componen la Dirección de Patrimonio y los máximos representantes de la misma.

Como parte del seguimiento a la situación actual de los trabajadores de la Dirección, Michael explica que mantienen “un monitoreo para la atención de cada uno y hasta la fecha no hemos tenido ningún reporte de contagio de la Covid-19, riesgo de contagio o sospecha, pero sí contamos con un gran número viviendo en zonas declaradas en cuarentena”.

Integran la Dirección de Patrimonio siete subdirecciones generales: Bienes Patrimoniales, Patrimonio Documental, Gestión Cultural, Conservación, Economía, Aseguramiento, Recursos Humanos. Otras instituciones que pertenecen a la Dirección son la Editorial Boloña, la Revista Opus Habana, la Biblioteca Provincial “Rubén Martínez Villena”, entre otras.

 

 

Bajo su manto rector se encuentran 45 instituciones museísticas, una veintena de centros culturales y galerías de arte – donde se incluyen las cuatro salas de conciertos e igual número de teatros y el Anfiteatro de La Habana; 18 bibliotecas inscritas en los museos, la infantil “Antonio Bachiller y Morales”, la Biblioteca Pedagógica “Félix Varela”; el Archivo, la Fototeca y la Biblioteca Histórica con sede en el Colegio Universitario “San Gerónimo de La Habana” –. “Una estructura que cubre toda la preservación y gestión cultural del Centro Histórico habanero”, aseguró Michael durante la entrevista concedida a nuestra emisora.

Los retos que enfrentan el país y la sociedad cubana con vistas a prevenir y controlar el avance del SARS-CoV-2 se extienden, por supuesto, al accionar de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana y todos sus componentes. La Dirección de Patrimonio Cultural, “como uno de los corazones más importantes de la Oficina, tiene a su haber preservar tanto las vidas como el patrimonio que tenemos a nuestro cuidado”, señala González. Esa es la misión de la máxima autoridad de la OHCH, y el objetivo que persigue la gestión que se lleva a cabo en las actuales circunstancias en todas las direcciones que la componen.