Conducta, un filme de Ernesto Daranas
12 de febrero de 2014
|El acontecimiento cultural cinematográfico del presente año sin temor a equivocarme, lo constituye sin lugar a dudas el film Conducta, del realizador cubano Ernesto Daranas Serrano. Coproducción entre el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos y RTV Comercial, se estrena actualmente en todos los cines del Proyecto 23 del ICAIC y en las capitales provinciales del país.
Completamente alejado de una realidad edulcorada y sumamente cercano a nuestra cotidianidad, el film Conducta nos narra los avatares de una maestra primaria, con cincuenta años de magisterio en el que el día a día en las aulas la ha impregnado de una enorme experiencia, no solamente docente sino también humana, que la hace capaz de comprender a cabalidad que la labor del educador tiene que estar acompañada de una alta dosis de sacerdocio y de desprendimiento hacia los demás.
Un casting cuidadosamente elaborado, en el que se probaron a cerca de tres mil niños procedentes de escuelas primarias y secundarias de la Habana Vieja, el Cerro y Atarés y de valía en el caso de los adultos, integran el elenco de Conducta, Az de triunfo en el conjunto de barajas que responden a cada elemento que componen una película, dígase fotografía, guión, música, producción, etc.
En Conducta encontramos a la inmensa Alina Rodríguez como la maestra normalista Carmela, que impone su profesión y punto de vista, por encima de su conflicto personal y su deteriorada salud en una actuación memorable en la que se anota un tanto de excelencia en su ya fructífera trayectoria artística; la revelación en el medio Armando Valdés Freire, el niño Chala de la emotiva historia quien con su frescura natural se impone en la pantalla, se gana la simpatía del auditórium pues se perfila en la ficción como un pequeño marginal y futuro delincuente a quien hay que salvar a toda costa, pues contraproducentemente posee una extraordinaria sensibilidad y sentido de la responsabilidad; la experimentada Silvia Águila, la dogmática funcionaria, cuyo rostro helado e indoblegable quiere imponer con su personaje que todo el que le rodee piense y se comporte ante la vida como ella pretende; la camaleónica Yuliet Cruz, madre alcohólica y adicta, que vive para sus vicios, sin comprender que posee la responsabilidad de criar a un hijo que en el fondo no conoce y a quien elude constantemente y el sorprendente, Armando Miguel Gómez, cuya personalidad real no tiene absolutamente nada que ver con el Ignacio que él crea para esta ficción, un joven marginal de la realidad actual cubana, un “asere” social e ideológico en toda la extensión de la palabra, demostrando que como actor tiene el don de la transformación.
Conducta es el resultado de un taller de creación en el que intervinieron siete estudiantes de la Facultad de Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual (FAMCA) del Instituto Superior de Arte (ISA), al que se les unió Daranas, máximo responsable de esta obra, quien merece las palmas y se consagra como uno de los mejores directores de la producción fílmica de la Isla.
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