Ciclo vital para una oración de izquierda

8 de octubre de 2015

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Thays Roque Arce

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Artes visuales, Centro HIstórico de La Habana, Cuba, Cultura

 

 

 

La exposición bipersonal “The Left Sentence” coloca al espectador de golpe ante un lápiz de dibujo que media entre la actitud mágica del artista y el resultado final de un proceso creativo inexplorable como infinito. La muestra, que integran los artistas Iván Perera y Marlon Portales, busca trascender su perpetuidad en la renovación constante de los campos a los que acuden ambos artífices desde sus respectivas obras.
En sus tempranos veintitantos años, Iván y Marlon acumulan ya importantes experiencias como creadores. “The Left Sentence”, expuesta hasta el 23 de octubre en la galería Rubén Martínez Villena, en la Plaza de Armas, los reúne nuevamente en un mismo espacio creativo. Ambos cursan estudios en el Instituto Superior de Arte y coincidieron este año en dos exposiciones: “Éticos y Estéticos”, en el Centro de Prensa Internacional, y “Mise en scène” durante la XII Bienal de La Habana.

 

 

“Desde el primer año de la carrera hemos encontrado cierta conexión entre nuestros trabajos, la forma de abordar la obra a partir de una estructura de pensamiento muy procesual, muy previa a la puesta en escena, y un poco que nos hemos identificado con la forma de asumir ese proceso creativo y su resultado, también nuestras preocupaciones se asemejan; pero hay un sello distintivo que siempre nos diferencia”, comenta Marlon Portales sobre este encuentro entre ambos. “En conjunto con las curadoras tuvimos la idea de presentar este tipo de obra, con características principalmente objetuales, pero que se refuerza con el uso de determinado lenguaje, en algunos casos literal y en otro más metafórico”, comenta.
“The Left Sentence” mueve los procesos que existen detrás de la historia de estos objetos, a veces colocados per se, otras manipulados, “para crear una trama e historias nuevas. Una reflexión sobre la vida posterior de estos materiales con que estamos trabajando”, sentencia el joven artista quien recientemente concluyó la residencia Art OMI 2015, patrocinada por el Centro de Arte Internacional OMI en New York.

 

 

Pero una importante parte del mérito de “The Left Sentence” se la llevan sus curadoras, las también jóvenes, y no por eso menos experimentadas, Yudinela Ortega y Claudia Taboada. Ambas concibieron el proyecto hace aproximadamente un año, y después de un tiempo de madurez, la propuesta que entretejen desborda sentido.
Gracias a la estructura de cubo blanco que posee la galería de la Biblioteca Pública “Rubén Martínez Villena”, el espectador puede apreciar instalaciones y dibujos que se encuentran resueltos en el ejercicio y uso de medios innovadores y tradicionales. A Iván Perera y Marlon Portales los une la reutilización de un objeto específico, con una historia y un precedente, “que hasta cierto punto se erige símbolo o signo de una generación o varias, para desde el espacio galerístico, darle una lectura otra”, comenta Yudinela Ortega, quien refiere que la selección del título, en español “La oración izquierda”, está dada por la experiencia que comparten tanto los artistas y sus curadoras, al crecer en el epicentro del llamado Período Especial, a partir de los años 90.

 

Esas inquietudes generacionales del equipo resultaron, por un lado, en el proceso de armar y darle un sentido lógico a estas piezas; por el otro, se concretan en las miradas que como individuos estos jóvenes artistas tienen.
Yudinela Ortega y Claudia Taboada agrupan lo colectivo en una sola voz, oración de izquierda, como las dos caras de una misma moneda, porque “si bien uno es muy sutil en la elaboración de su discurso, con una obra estéticamente cargada de símbolos y niveles sígnicos impresionantes, el otro artista tiene una vocación más directa de comunicar, lo que permite una compensación en esta muestra bipersonal”, explica Taboada.
Si una palabra pudiera definir a “The Left Sentence”, esa sería heterogénea; pese a que la cifra expuesta no excede las ocho piezas. En el caso de Marlon Perera (Pinar del Río, 1991), este utiliza el lenguaje verbal y sus experiencias personales como matrices formales para discursar en torno a preocupaciones sobre su propia condición como artista.

 

 

Con importantes piezas en el registro de lo autorreferencial y la figura del líder, adopta frecuentemente una postura política. Se cuestiona contantemente elementos relacionados con los valores, la educación y las tradiciones, como en la caja de arena que ha resultado en llamar “Tradition” (2014).
Incita constantemente el análisis del receptor que se enfrenta a sus piezas, asumiendo que este posee las herramientas para decodificar el mensaje propuesto, o al menos despertar en él el interés por lo que se desconoce. De eso trata “Diga F o V” (2013), donde en una pizarra escolar dispone fragmentos de las “Palabras a los intelectuales” que el líder de la Revolución Fidel Castro Ruz pronunciara en el año 1961.

 

 

Sobre este ejercicio de “Falso o Verdadero”, Marlon devela que su intención está en que “cada cual, desde este contexto histórico determinado, haga una especie de reflexión, un review sobre qué ha pasado en estos casi 55 años en cuestiones del arte, sociales, ideológicas, políticas y culturales, en sentido general”.
Completan su propuesta dos piezas que ante ciertas lecturas parecen estar relacionadas: Mientras que en un antiguo cartel lumínico estampa con óxido 17-12-2014, fecha que marca el inicio del proceso de restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos, en otra retoma un parabrisas accidentado donde se lee: “Aquí todo sigue igual. Sin embargo, todo parece tan distinto”, frase extraída del filme “Memorias del subdesarrollo”, de Tomás Gutiérrez Alea. El artista revela que trabaja “a partir de un sistema de asociaciones y los niveles de identificación que puede tener el espectador a partir de sus referencias culturales” y las posibilidades que le ofrece la pieza de ser manipulable, según la idea perseguida.
Entre la multiplicidad de formas el espectador se desliza con soltura, navegando entre un segmento y otro como quien explora las páginas de un libro. Hablando de libros, llama poderosamente la atención en la obra de Iván Perera (La Habana, 1993) su acercamiento a la reutilización del papel de textos impresos. Como soporte o materia prima, fibra, savia de la pieza en cuestión, expuesta.

 

Sobre una síntesis minimalista que hurga no en el vacío contenido en la materia, sino en una materia que comprime en sí demasiados contenidos, se mueven las cuatro piezas de Iván. La primera de ellas, de la serie “Textum reductio” (2013) (en latín texto y tejido se expresan mediante el mismo término), revela un peculiar proceso de trabajo que consiste en desmenuzar libros, llevando sus páginas a los hilos que las condensan, para luego con ellos tejer una red de contenidos –científicos y de valor cultural–, conduciéndolos a una expresión visual que los despoja de su volumen y su forma para convertirlos en un ser nuevo: un pañuelo.

 

 

“Iván trabaja con registros de conocimiento como pueden ser la religión y la filosofía. De esta forma toma hilos de 77 Biblias para realizar el pañuelo y replantearse un poco toda esta tradición religiosa o de nación –si se quiere–, a través del canal de su interpretación como individuo social”, comenta una de las curadoras de la exposición Yudinela Ortega.
En este caso mantiene en don perdurable el conocimiento, pese a la brevedad de los textos impresos, pero a su vez ha privado al espectador del saber que esos libros contienen. Su búsqueda entonces parece ser un desmontaje de las formas cuando se indaga en las esencias, y sobre esa cuerda gira su serie “Inmanente” (2013), compuesta por nueve dibujos realizados con ceniza de cadáveres en hojas de libros.

 

 

“Las obras que hago son producto de su proceso, partiendo de un conocimiento o un objeto físico como tal. En ese devenir transformo el objeto en otra cosa, o lo devuelvo tal cual es al espacio galerístico”, comenta Iván, quien ha desenterrado una estrella de gran formato hecha escombros, oculta en algún lugar, pero nunca despojada de su significado artístico: “La pieza de la estrella no está realizada por mí, sino por otros, que con el paso del tiempo quedó olvidada en el suelo. Mi proceso fue ubicarla, desenterrar los restos que quedaban y recomponer nuevamente el objeto que ya existía”.
El trabajo de Iván Perera nos remite a lo profundo, lo íntimo de un proceso, para venir a recalar en el sacrificio del individuo, no solo creador sino también producto artístico. Cuestionamientos del pasado, presente y futuro del hombre, en su complejidad y territorialidad propias.
“Toda mi obra responde a un orden lógico: encontrar objetos preexistentes, con cierta carga simbólica, y convertirlos, transmutarlos hacia otro estado intelectual o físico, defiende Iván. “Casi nunca realizo algo desde cero, me interesa más la transformación, los reductos de conocimiento y qué es lo que se entiende por él”.

 

 

Tanto Marlon Portales como Iván Perera parecen tener la intención de desbordar el cotidiano límite del “white cube” de la galería Rubén Martínez Villena, sin que el espacio escogido sea punto de menos. Al contrario, en palabras de Yudinela Ortega, cuenta con la volumetría suficiente como para invadir el sitio en la connotación que tiene el espacio galerístico dentro de la historia del arte. La visual de la galería también juega a su favor, “de pronto son piezas que están dentro de un espacio cerrado pero que a la vez dialogan con los transeúntes que cohabitan en el Centro Histórico”, lo que resulta en una idea de “doble lectura”.

 

 

La apuesta por estos dos jóvenes talentos y el diálogo silencioso que se entreteje entre ellos es el gran acierto de “The Left Sentence”, más allá de su lucidez conceptual explícita. La intención se revalida cuando el espectador se halla frente a la indagación perpetua y el virtuosismo contenido en las producciones de esta dupla de artistas noveles, que redescubren desde otras perspectivas y nuevos valores añadidos, la esencia del objeto depositado que ha cobrado vida propia, ha existido y desaparecido, como parte del ciclo vital de la existencia.