Carlos Manuel de Céspedes: 150 años de eternidad

27 de febrero de 2024

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Daniel Benítez Pérez

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Carlos Manuel de Céspedes, Cuba, Cultura, Oficina del Historiador de La Habana

 

 

Es el deber de los hijos preservar la memoria de los padres, pues a toda generación le corresponde escuchar la Historia, escribirla, y recordarla. A Carlos Manuel de Céspedes, Padre de todos los cubanos, se le debe recordar todos los días y en todo momento, y se le debe honrar con nuestras acciones y recuerdo. Pero este 27 de febrero, del Año de Nuestro Señor 2024, quizás sea justo rendirle un mayor homenaje que de costumbre, pues se cumplen 150 años de la muerte en San Lorenzo que lo hizo eterno.

La Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH), fiel a la misión y vocación de su fundador y gran cespediano, Eusebio Leal Spengler, ha realizado varias actividades, que demuestran la admiración que merece el gigante de la Demajagua.

Prueba de esta admiración por el Padre de la Patria, la constituyen la presencia en estos actos de Magda Resik, Directora de Comunicación de la OHCH; Nelys García, Directora de Cooperación Internacional; Lisette Iglesias, Directora de Relaciones Internacionales; Gladys Collazo, Directora de Patrimonio Documental; Grisel Terrón; Directora de Bienes Patrimoniales; Sergio Raymant Arencibia, Decano del Colegio de San Gerónimo de La Habana; Rosa Iris Parets, Directora del Museo de la Ciudad; y Roylan Rodríguez, miembro del Buró Provincial del PCC en La Habana.

Tras la puesta de una ofrenda floral ante la estatua de Céspedes, que adorna la Plaza de Armas, directivos y trabajadores de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, se dirigieron a la sala de conferencias del Museo de la Ciudad de la Habana. Fue en este espacio, donde Yolanda Díaz Martínez, Doctora en Ciencias y miembro de la Academia de Historia de Cuba, impartió una conferencia magistral sobre la “Colección Documental de Carlos Manuel de Céspedes en los Fondos Documentales de Archivos y Museos”.

 

 

La Doctora Díaz Martínez resaltó como un mérito de las instituciones nacionales, que muchos de los objetos en exposición sean del conocimiento de los asistentes al evento y del público. Como parte de la descripción de los objetos y documentos relacionados con Céspedes, que ahora se encuentran en posesión de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, la conferenciante resaltó un soneto que Céspedes dedicado a Italia, cartas manuscritas donde el Padre de la Patria reflexiona sobre la situación del país, así como numerosos billetes de la República de Cuba en Armas que contarían con su signatura.

 

 

La conferencia también incluyó fragmentos del Diario Perdido de Carlos Manuel de Céspedes, donde queda manifiesto el compromiso de este prócer con el proceso independentista cubano. Los asistentes pudieron leer de sus palabras, las terribles condiciones de la lucha en la manigua, la pérdida de varios miembros de su familia, así como las contradicciones e intrigas políticas que lo hicieron contraponer sus posiciones con algunos de sus contemporáneos.

Al concluir la conferencia, quedó inaugurada la exposición “La virtud revolucionaria: Carlos Manuel de Céspedes”, que se encuentra desde el presente día en la Sala transitoria del Museo de la Ciudad  de La Habana. La exposición fue realizada con la curaduría y montaje de las licenciadas Natacha Moreira Lino y Rosa Iris Paret Menéndez, mientras que las palabras que acompañaron al folleto de esta exposición, correspondieron a Grisel Terrón Quintero.

 

 

La exposición fue inaugurada con la puesta de una ofrenda de flores blancas ante uno de los ítems más destacados de la exposición, el Retrato de Carlos Manuel de Céspedes y López de Castillo. Ante este óleo sobre lienzo de 1872 y de la autoría de J. Devich, colocaron las flores Rosa Iris Parets y Roylán Rodríguez en nombre de los presentes.

 

 

“La virtud revolucionaria: Carlos Manuel de Céspedes” mostró a los asistentes la bandera original que fuera alzada en 1868 en la Demajagua, acompañada por un acta manuscrita de su autenticidad. También se mostraron plumas, abrecartas, revólveres, así como fragmentos de sus diarios y sus cartas.

Con 150 años cumplidos de su abrazo a la eternidad, la responsabilidad de preservar la vida y obra de Carlos Manuel de Céspedes debe continuar siendo orgullo y patrimonio de todos los cubanos.