Por: Yimel Díaz Malmierca
Los primeros días de noviembre y las semanas que le preceden, son quizás los de mayor ajetreo constructivo en la ciudad. Las autoridades se empeñan, contra viento y marea, en embellecer fachadas, parques y plazas, en alistar los surtidores de agua, las aceras y calles, incluida la de Madera…, y en culminar obras que se integran para siempre a la vida cultural de la otrora villa de San Cristóbal de La Habana.
Entre esos espacios novedosos con los que este año festejaremos el aniversario 504 de la fundación de la ciudad, destaca la Casa Vitier García-Marruz, ubicada en San Ignacio núm.104, entre Obispo y O´Reilly. Allí, muy cerca del Colegio San Gerónimo de La Habana, en un remozado inmueble, habitará este centro cultural, cuya idea primigenia contó con el impulso del Historiador Eusebio Leal para rendir tributo y dar continuidad al quehacer intelectual de una familia de amplio arraigo en la cultura cubana. La Casa Vitier, como ya se le conoce, se propone maximizar ese legado a través de la implementación de tres programas: La Isla Infinita, Nemósyne, y El corazón al corazón habla.
La Isla Infinita, que antes fuera una revista literaria, es una colección de libros arte encuadernados de manera artesanal e ilustrados empleando técnicas de grabado y dibujo. Nemósyne responde al propósito de preservar la obra de cuatro 
figuras paradigmáticas de las artes y el pensamiento cubanos: el filósofo Medardo Vitier, los poetas Cintio Vitier y Fina García Marruz, y el compositor José María Vitier; mientras que El corazón al corazón habla, se encargará de coordinar talleres, seminarios y ciclos de conferencias sobre temas artísticos, filosóficos, culturales o de divulgación científica. También organizarán concursos de creación infantiles y juveniles, exposiciones de arte, veladas musicales, degustaciones y presentaciones literarias.
Este nuevo centro cultural se ubica en una parcela del Centro Histórico cuyo impulso renovador trascenderá el aniversario 504. Con la mira puesta en el año siguiente (2024), se trabaja en el edificio de viviendas de Obispo 202, que volverá a tener al café París en los bajos; en el inmueble conocido como Galván-Lobo que hospedará la residencia estudiantil del Colegio Universitario San Gerónimo; y en una edificación muy peculiar, diseñada desde una perspectiva ecológica, donde habitará la Fundación Antonio Núñez Jiménez de la Naturaleza y el Hombre.
El que sí se ha convertido en un regalo para este 16 de noviembre es el edificio de viviendas Real Proclamación, en las calles Cuba y Luz, donde a partir de ahora residirán trece familias que llevaban más de veinte años viviendo en las comunidades de tránsito de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana. En declaraciones al Programa Cultural, Johanna Aedo Gutiérrez, directora de inversiones de la Oficina, recordó que ese inmueble fue saqueado años atrás:
«Eusebio Leal luchó mucho por recuperar cada una de las piezas robadas y gracias a eso completamos casi toda la herrería y el mármol de la escalera que ahora lucen en sus espacios originales».
Aedo comentó que, a propósito del aniversario, darán por culminada la primera etapa de la restauración de «uno de los edificios más bellos de la Plaza Vieja, el Palacio del Conde de Jaruco, donde estará la sede de la Dirección de Gestión Cultural y su Espacio de Desarrollo Cultural Comunitario». Esta obra ha contado con el apoyo de Elankidetza – Agencia Vasca de Cooperación al Desarrollo, y el Ayuntamiento de Bilbao, a través de Kultura, Communication y Desarrollo KCD-ONGD. «En Conde de Jaruco aplicaremos una estrategia similar a la empleada en el Capitolio y en otras restauraciones, que es darle valor de uso al inmueble en la misma medida en que vamos terminando los objetos de obra. Por eso, con casi el 40 % del Palacio listo y la totalidad de su cubierta, comenzarán a laborar allí varios especialistas, entre ellos los hacedores de la vida cultural de la Oficina».
Este año, justo el 16 de noviembre, el Museo Casa de la Obra Pía cumplirá 40 años de fundado. En homenaje a esa fecha y, a partir de un proceso inversionista que ha contado con el apoyo de proyectos de cooperación internacional desarrollados de conjunto con Kultura, Communication, Desarrollo (KCD ONGD) y financiamiento del Ayuntamiento de Bilbao y la Agencia Vasca de Cooperación para el Desarrollo, se reinaugurarán la Sala Introductoria, la Sala de Exposiciones Transitorias, y el Salón Polivalente de la planta baja, según confirmó Marbelys Giraudy Gómez, directora de la institución.
De manera paralela se ha trabajado en la Casa de los Árabes, que exhibirá un nuevo montaje museográfico en varias de sus salas. Sin abandonar el inmenso fin socializador y cultural que distingue a la Oficina, varios de sus espacios han sido arrendados a proyectos pertenecientes a las formas de gestión económica privada y cooperativa que operan actualmente en el país. Es así que han florecido negocios que ahora se expanden, como es el caso de ArteCorte que abrirá un nuevo 
salón de belleza en Habana y San Juan de Dios, el cual también ha contado con apoyo de la cooperación internacional.
Este noviembre se reincorpora a la oferta cultural y educativa el Aqvarivm del Centro Histórico, que contará con un nuevo concepto museográfico y exhibirá ejemplares de la ictiofauna cubana. Su gestión estará a cargo de La Quinta, sociedad unipersonal de responsabilidad limitada fundada por la OHCH, cuya sede principal radica en el Jardín Botánico de la Quinta de los Molinos.
«Tendrá un espacio donde se mostrará la relación que existe entre los ecosistemas de agua dulce y los marinos, así como la necesidad del cuidado y conservación de ambos», aseguró Eglis Liel Torres, quien está al frente del proyecto. Johanna Aedo, directora de inversiones de la OHCH, añadió que en la Quinta de los Molinos ha culminado además «la segunda etapa del Centro Especial de Energías Renovables de la Quinta de los Molinos (CEDER), con la instalación de nuevos equipos que permitirán avanzar en el propósito de generar electricidad y ahondar en el estudio de ese tipo de fuentes energéticas».
A la Avenida del Puerto, en la esquina a Jústiz, le ha nacido un espacio polivalente al aire libre que servirá de parqueo y también de área de descanso y recreo para vecinos, transeúntes y turistas. Sobre la pared del fondo crecerá otro de los jardines verticales que ha ido sembrando la Oficina en distintos puntos del Centro Histórico; y del edificio colindante brotará música, de la buena, gestionada por el destacado jazzista cubano César López, proyecto cuya culminación ha sido prevista para aniversarios futuros de la ciudad.
