Los periodistas cubanos se pronuncian por la libertad de los Cinco
14 de julio de 2013
|El IX Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), llamó este sábado a periodistas y organizaciones del mundo a reclamar al presidente norteamericano, Barack Obama, la liberación de cuatro antiterroristas de la isla condenados en Estados Unidos.
En la jornada de trabajo del sábado 13 de julio se dio a conocer la declaración que insta a los periodistas honestos de esa nación americana a demandar el regreso a Cuba de esos hombres, y a dirigirse también en este empeño a las autoridades estadounidenses y al Congreso.
El documento recoge el pedido a los comunicadores estadounidenses que defienden el principio del ejercicio de un periodismo ético y objetivo, su ayuda para que los grandes medios rompan el muro de silencio en torno a este caso.
Se conoció que este llamado se realiza “luego de que René González cumpliese la injusta sanción y regresara definitivamente a la Patria, y cuando las puertas de una solución en los tribunales están casi cerradas”.
Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Fernando González y Antonio Guerrero cumplen largas condenas, mientras que René González se encuentra en Cuba tras pasar más de 12 años en prisión y luego de renunciar a la ciudadanía norteamericana como condición para su retorno a la Isla.
La declaración hace referencia a que, desde el mismo momento en que fueron arrestados, se puso en marcha una verdadera conjura mediática llamándolos “espías” y “peligrosos criminales” que querían destruir a Estados Unidos.
Muchos años después, agrega, quedó al descubierto que agencias oficiales del gobierno de ese país habían pagado a periodistas de medios de la Florida, al servicio de grupos terroristas, para incrementar un clima adverso a los detenidos e influir en la decisión del jurado reunido en Miami.
Recalca el documento que la voz del periodismo cubano no ha podido ser apagada en los últimos 15 años en la denuncia del arresto, falsedad del proceso judicial y las desmesuradas e injustas condenas impuestas a Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, Fernando González y René González, quien se encuentra ya en Cuba.
La declaración sostiene que, mientras esos hombres permanezcan encarcelados, los periodistas cubanos, junto al pueblo y las fuerzas progresistas y amantes de la paz y la justicia social en el mundo, continuarán movilizándose por el justo reclamo de su liberación.
DOS PONENCIAS QUE ESTIMULARON EL DEBATE EN EL CONGRESO
Amplios y ricos debates promovieron este sábado, dos ponencias presentadas sobre el periodismo que requiere el socialismo cubano en el escenario mediático actual, y la prensa como sistema, profesionalidad y gestión de la calidad, en el IX Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC).
Ante la presidencia encabezada por Miguel Díaz-Canel, Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, las
exposiciones de Rosa Miriam Elizalde y El Doctor Raúl Garcés acerca de esos temas, originaron intervenciones en busca de consenso sobre el periodismo que debemos y queremos hacer.
La periodista Rosa Miriam, editora de Cubadebate, alertó de la convergencia de los medios de comunicación tradicionales con los nuevos medios sociales asociados a la Internet y la informática, lo cual complejiza el desempeño de los primeros, los obliga a actuar con inmediatez y cambiar su relación con los públicos heterogéneos.
Llama en su ponencia a la participación efectiva y activa de la ciudadanía, una posibilidad potenciada por la existencia de los nuevos medios en Internet, que van desde un blog personal hasta un portal institucional.
En tanto el Doctor Raúl Garcés, periodista y profesor de la Facultad de Comunicación, dejo claro que el periodismo cubano está obligado a dar un salto definitivo, y consolidar su autoridad moral en función de discutir los problemas de la sociedad y ganar credibilidad. Enfatizó que si el actual proceso de transformaciones económicas y sociales del país ha entrado en un periodo de mayor complejidad, se requiere crear las condiciones para que los periodistas cuenten historias con mayor complejidad, incluyendo las contradicciones de la sociedad.
Garcés agregó, en aplaudida intervención, que una Ley de Prensa dotaría de respaldo jurídico el desempeño de los trabajadores del ramo, sin embargo, hace falta crear una cultura de la información y de la transparencia, que ponga fin al secretismo por las fuentes, al negar estas el acceso a lo que pueblo merece y necesita conocer.
Por su parte el carismático periodista José Alejandro Rodríguez, del periódico Juventud Rebelde, aseguró que si hay un gremio leal a la Revolución es este, sin embargo, para enfrentar mejor los desafíos de la sociedad y cumplir lo que de él reclama la dirección del país, necesita librarse de trabas u obstáculos que atentan contra su mejor desempeño.
La colega Ana Teresa Badía, de Radio Rebelde, llamó a transformar el sistema de prensa en Cuba y opinó que lo primero es la lealtad al ciudadano común, ese que cada día necesita de más explicaciones, de argumentos sobre mundo que lo rodea.
Hay que preconizar la crítica, no la complaciente sino la que lleva al mejoramiento del entorno, hay que redefinir el papel de los medios como productores y reproductores de ideologías, manifestó.
Defendió la necesidad de que la configuración de las agendas editoriales sea un acto de creación y fiesta colectiva entre profesionales, y criticó que muchas buenas noticias se quedan atrapadas en notas oficiales.
SITUACIÓN MATERIAL
No podía faltar en el plenario la tan llevada y traída, desde las asambleas de base, precaria situación material, que sin dudas se
agudiza más en unos medios que en otros. Ariel Terrero, analista de temas económicos, dijo que en su desempeño cotidiano el gremio pone a prueba la voluntad por salir adelante ante la carencia de recursos y mantener su compromiso político.
Respecto a la retribución monetaria se refirió al consenso en contra del sistema salarial igualitarista, en vigor actualmente, y alertó sobre los salarios insuficientes, lo cual alienta la fluctuación de periodistas y su traslado hacia sectores y trabajos mejor retribuidos.
Escasos medios de transporte y de computadoras, poco ancho de banda para acceder a Internet, franca desventaja de la televisión frente a sus homólogas internacionales, y limitaciones de la radio para garantizar con inmediatez sus transmisiones, demuestran esa precariedad.
Terrero abogó por que los medios administren sus recursos y presupuestos y hagan uso de ellos en función de solucionar las
necesidades más apremiantes. De excelente, sin demeritar las diversas intervenciones- todas aportan sin dudas criterios en beneficio de nuestra organización y por ende de sus afiliados- la exposición de la Doctora en Ciencias de la Comunicación Isabel Moya, directora de la Editorial de la Mujer, quien exhortó en que invertir en la prensa no es un gasto superfluo, sino una cuestión estratégica que se relaciona directamente con su papel de crear y reproducir ideología y valores en la construcción consciente del socialismo.
“Estamos llamados a ganar cada vez más espacio en las audiencias, necesitamos más que nunca fomentar sueños e ideales y los medios pueden ayudar a crearlos; invertir en los medios es invertir entonces en el futuro”, insistió.
Valiosísimas para el perfeccionamiento del trabajo periodístico, fueron las múltiples intervenciones de los colegas en la sesión
matutina del Congreso pero sería imposible reflejarlas todas o mayor cantidad de ellas en este trabajo.
Ya en la tarde en el Congreso se expusieron experiencias de varios órganos de prensa nacionales y territorialesen función de elevar la eficacia informativa y favorecer la credibilidad de los contenidos.
Ricardo Ronquillo, subdirector del periódico Juventud Rebelde, narró las prácticas más recientes en la construcción de la agenda mediática del diario entre su dirección y los periodistas, a partir de los temas que más preocupan a la población.
Sobre las nuevas maneras de hacer periodismo, se destacó el trabajo de Cubadebate para favorecer el intercambio con los lectores desde diversas partes del mundo, quienes con sus comentarios contribuyen a los contenidos, sugieren temas, alertan de noticias, denuncian ilegalidades o maltratos, ofrecen apoyo a las grandes tareas y metas del proceso revolucionario.
Randy Alonso, su director, criticó que si algo ha lastrado el intercambio con los lectores ha sido la participación de los organismos en las discusiones, pues la mayoría de estos ha preferido el silencio al debate revolucionario.
El también presentador de la Mesa Redonda Informativa comentó la conveniencia de aprovechar estos espacios para informar, aclarar, argumentar, en función del valor de la información.
Para la sesión final del IX Congreso de la UPEC está previsto en sus primeros minutos homenajear a nuestro héroe nacional José Martí en el 160 Aniersario de su natalicio.
Luego, en la propia sesión matutina continuarán los debates en torno a La UPEC que tenemos y la que necesitamos a 50 años de su creación; Superación y formación, Atención a periodistas en activo y jubilados; Círculos especializados; Casas de la Prensa y Comunicación e imagen propia.
Para la tarde está prevista la Aprobación de los documentos rectores y de las proyecciones de trabajo para los próximos cinco años. También se presentará el libro Revolución, socialismo, periodismo. La prensa y los periodistas ante el siglo XXI, del reconocido y ya fallecido profesional de la prensa Julio García Luís.
Al filo de las 5:00 de la tarde se realizará la clausura del IX Congreso de la UPEC que durante dos intensas jornadas ha sesionado en el capitalino Palacio de las Convenciones “Con la pasión de la Verdad”.
La UPEC que ha ido – que va – con nosotros
Por Enrique Román
Pocas agrupaciones de profesionales en Cuba pueden exhibir un recorrido como el que la Unión de Periodistas de Cuba presenta hoy, a los 50 años de creada, cumpliendo no solo el papel de representante de sus asociados, sino afirmándolos y calificándolos para el servicio al periodismo de la Revolución.
El nacimiento de la organización que agrupa a los profesionales de la prensa en Cuba marcó una transformación medular en el periodismo cubano.
En 1963 estaban aún muy frescas las confrontaciones que tanto en las redacciones de la prensa escrita como de los noticieros de radio y televisión, se dieron en los años inmediatos al triunfo revolucionario entre periodistas y dueños, o entre periodistas revolucionarios y aquellos otros que no lograron rebasar las fronteras ideológicas del sistema que desaparecía y, con él, de lo peor del viejo periodismo cubano.
Una buena parte de los dueños de periódicos y emisoras de radio y televisión se alinearon desde los primeros momentos junto a la clase que se batía en retirada. Los periodistas revolucionarios – los más, por cierto – se enfrentaron a ellos en el manejo cotidiano de la noticia, respaldando a la Revolución y criticando los artículos que la denostaban, ocupando cargos de dirección en la misma medida en que los propietarios los abandonaron, paulatina, pero masivamente.
De manera natural, nació la organización de los periodistas cubanos, que no era una simple sucesora de agrupaciones previas – el Colegio Nacional de Periodistas, la Asociación de Reporteros de La Habana, la Asociación de la Prensa de Cuba, entre otras –, del mismo modo que los periodistas cubanos ya no fueron los mismos.
A lo largo de medio siglo, y en cumplimiento de las responsabilidades que cada etapa de la Revolución ha reclamado de la prensa cubana, la organización de los profesionales de la prensa cubana ha evolucionado y ha incorporado al repertorio de su acción las tareas más urgentes de cada momento.
Si las etapas de la UPEC pudieran coincidir con el aporte de sus presidencias, podríamos resumir que a los tiempos de Honorio Muñoz, culto y recto y su primer presidente, y a quienes le acompañaban, le correspondió fundar y encabezar la organización en años de peligro militar y enfrentamiento cotidiano con la reacción y los medios internacionales; a los integrantes de la presidencia de Ernesto Vera, noble y modesto, le tocó desplegar la participación y la imagen internacional de los periodistas cubanos, y jerarquizar un esfuerzo que no ha concluido, en la superación profesional del sector. A la época de Julio García Luis, excelente en la redacción y en su humana sencillez, le correspondió, además de seguir los rumbos trazados, subrayar la necesidad del ejercicio crítico de la prensa, y finalmente, la UPEC en tiempos de Tubal Páez debió ajustar sus proyecciones a los requerimientos de dos épocas decisivas: los duros años del período especial y la lucha por la dignidad que representó, en lo más profundo, la Batalla de Ideas.
El Congreso abrirá paso a responsabilidades cruciales. Las que corresponden a años de perfeccionamiento de la sociedad, con un público sustancialmente más instruido y analítico, con el paso al protagonismo en el sector de una numerosa hornada de periodistas jóvenes, sustancialmente mejor preparados que sus predecesores, en un mundo donde la tecnología está obligando a una reformulación sustancial de los medios y de la profesión misma. Que hará que estos primeros cincuenta años se vean, finalmente, como una larga y honrosa preparación para esta sociedad más compleja, pero mejor y más exigente y participativa hasta en nuestra misma profesión. Si la historia de la UPEC que ha ido con nosotros durante medio siglo ha sido el antecedente necesario para que nuestro periodismo se despliegue a plenitud en estas nuevas condiciones, aquellos que la integraron a lo largo de este extenso recorrido podrán sentir la mayor de las satisfacciones que pueda deparar la ética de cualquier profesión: la de haber cumplido con el deber, de forma sencilla y natural.
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